Capítulo 22

121 21 10
                                    

Mikaela reía enternecido observando cómo su novio veía toda la tienda de decoraciones como si fuese un niño en dulcería. Entendía su sentimiento, después de todo también le emocionaba el cumpleaños de Michi, y por esa razón era mucho más emocionante ver a un padre amoroso buscar los mejores objetos para realizar la fiesta de su pequeño.

—¡Esto le encantará a Michi! ¡Lo sé! —expresó Yuu tomando una pistola que disparaba serpentinas, así que en seguida la metió en el carrito de compras.

—Yuu-chan, el carrito está lleno, ni siquiera irán tantas personas.

Yuu ignoró al rubio con tanta evidencia que segundos después, ambos comenzaron a reír.

—Quiero que todos sus cumpleaños sean especiales. Eso es todo —sonrió dejando otra pistola en el carrito.

Mikaela imitó el gesto de Yuu sin poder quitarle la vista encima.

Este hombre lograba enamorarlo todos los días con la pasión que desprendía desde que Michi había llegado a su vida. Incluso si antes ya era la persona más importante en su vida, incluso si siempre lo había amado, incluso si a ese punto tenía lo que alguna vez deseó con Yuu pero que jamás se atrevió a decirlo.

Solo lo dejó estar, hasta que terminó por escoger todas las decoraciones, así que antes de que volviera a recorrer los pasillos, tomó su mano y se dirigió a la caja con rapidez.

Tras salir del comercio, Yuu sonrió un poco avergonzado al tener que pedirle a Mika prestado para comprar todo lo que había escogido porque su presupuesto para la comida y el regalo de su pequeño podría verse afectado.

—Mimas tanto a nuestro pequeño —sonrió Mikaela pasando su brazo por el de Yuu, mientras este solo restregaba su rostro en el hombro de Mikaela aún un poco tímido.

—También lo mimas —quiso defenderse, aún sabiendo que no había comparación, incluso miró mal a su novio cuando este soltó una carcajada por lo escuchado.

—Apurémonos o no alcanzaremos a ir por el pastel —comentó el mayor observando el reloj de cuero negro en su muñeca que marcaba las cuatro cuarenta de la tarde, y el local en el que pidieron el pastel mencionó que cerraba a las cinco y no habría hasta las seis nuevamente.

Después de comprar el pastel y otros productos necesarios como vasos, platos y cubiertos desechables, regresaron al coche y así dirigirse a casa para empezar a ordenarla.

Habían dejado a Michi al cuidado de Krul debido a que la fiesta organizada sería sorpresa, así que Yuu se sentía muy animado pensando en la carita que pondría Michi el día siguiente.

—¿Sabes...? —comenzó Yuu cuando dejaron las bolsas que cargaban en la cajuela—. Me encantaría saber cuándo nació Michi exactamente —sonrió el moreno con un toque de tristeza en sus ojos verdes.

Mika tomó su mano llevándola a sus labios, besando el dorso de esta en un intento por hacer sentir a Yuu un poco mejor. Sabía que ese tema le afectaba mucho al moreno, porque Michi era lo más importante en su vida.

—Hey, para Michi no es importante el día todavía —murmuró—. Solo sabe que siempre recordaremos lo especial que es para nosotros cada aniversario que pasamos con él, ¿De acuerdo? —animó abrazándolo con fuerza.

Yuu correspondió el abrazo en seguida, asintiendo con la cabeza en un intento por no pensar más en eso.

—Te amo —susurró Mika en su oído, besando la comisura de sus labios después.

—Te amo —rió Yuu devolviendo el beso.

Suaves besos después, una voz a sus espaldas llamado el nombre del rubio les hizo separarse en seguida.

Ambos se sorprendieron cuando vieron a una joven que hace mucho tiempo no veían.

—Oh... Hola —saludó Mika cuando esta se acercó a él.

Era evidente su sorpresa, pues había visto a su ex novio besarse con su mejor amigo, lo que de algún modo no le caía tan raro ya que era fácil darse cuenta de los sentimientos que ambos albergaban, pero que siempre reprimieron.

—¿Podemos hablar un momento? —le pidió bajando sus pestañas con evidente nerviosismo—. A solas...

Yuu no tenía ningún tipo de inseguridad en que Mikaela hablara con quien fuera, incluso si su propia autoimagen era pésima, y aún si se trataba de la ex novia del rubio, sabía que este sería incapaz de traicionarlo de algún modo, así que solo sonrió cuando el mayor lo miró en busca de su consentimiento, indicándole con la cabeza que fuese.

Se sentó en el copiloto, observando su teléfono en un intento por dejar de sentirse nervioso. Porque una cosa era que Mika no lo traicionara... Pero otra muy distinta que este pudiera llegar a volver a enamorarse de su ex novia, incluso cuando tenía muy en claro que jamás la amó ni le gustó lo suficiente como para pasar toda su vida con ella.

Le pareció extraño que después de media hora, Mika todavía no llegara, así que se reincorporó y se planteó la idea de ir a buscarlo.

No fue hasta diez minutos después de su larga espera, que el rubio volvió, con el rostro un poco pálido, pareciendo muy extrañado, como si se hubiera enterado de algo sumamente grave.

—¿Todo bien? —quiso saber Yuu, incluso por un momento pensó que lo terminaría.

Mika solo asintió con la cabeza, y tomó la mano de su contrario.

—Todo bien, solo me aclaró por qué terminó conmigo hace tiempo —suspiró quitando el freno de mano sin soltar a Yuu en ningún momento—. Regresemos a casa.

Yuu no dijo nada, solo observó con preocupación a su novio, sintiendo que algo andaba mal, en especial porque mientras decoraban su hogar, Mikaela seguía actuando extrañado, distraído, observando su teléfono a cada rato.

Quiso preguntar en varias ocasiones si en realidad no había sucedido algo, sin embargo se rindió después del décimo intento en el que Mika simplemente cambió de tema.

Una familia para Michirou Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin