Capítulo 17

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Habían pasado alrededor de dos años desde que Yuu se mudó con Mikaela.

Tras haber pasado tanto tiempo juntos, descubrieron que realmente eran almas gemelas.

A pesar de que Yuu vivió en un entorno familiar tóxico, y era tan cerrado, con una autoestima tan baja, no solía tener problemas de comunicación con su novio, ni siquiera solían discutir por malos entendidos, incluso si al principio de la llegada de Michi sí tuvieron sus problemas.

Claro que aquello también se debía a la preocupación de Mika, en especial por la temporada de trabajo que tuvo su novio en el tipo de lugares que menos le gustaría que visitara el azabache.

Afortunadamente habían consensuado su relación y era muy agradable tener algo que sabían que sería para siempre.

Michi por otro lado, había aprendido a ser muy responsable gracias a Mika, incluso si solía ser muy mimado por Yuu, que siempre solapaba sus travesuras y le compraba todo lo que le pedía. En ese tipo de situaciones, el rubio regañaba a Yuu, más este se excusaba diciendo que los regalos sorpresa no afectaban a nadie.

Mikaela solo suspiraba, no podría enojarse con los dos amores de su vida, aunque prefería que Yuu fuese más consciente con Michi.

~

Michirou se encontraba observando con atención a su padre rubio doblar una camiseta, para que el pequeño comenzara a hacerse responsable de su propia ropa, haciendo suspirar divertido a Yuu, intuyendo que el pequeño de la casa no sería todavía tan capaz de llevar acabo ese tipo de tareas. Apenas iba a cumplir sus tres años de edad, después de todo, apenas comenzaba a hablar de manera adecuada y apenas aprendía a comer sin mancharse tanto, sin embargo, le agaradaba la dinámica de sus amores.

—¿Quieres intentarlo?

—¡Si! —expresó emocionado el azabache menor, tomando una de sus pequeñas camisas para intentar doblar como su padre lo había hecho, terminando por arrugar mucho su camisa.

El mayor solo sonrió y felicitó a Michi, aún si se había sentido un poco impotente e incluso un mal maestro.

—¡No se ve igual! —murmuró Michi al punto de las lágrimas, observando a Mika con intención de que le dijera en qué había fallado.

—Amor, no te preocupes, es tu primera vez doblando ropa —intervino Yuu acuclillándose a la par de su pequeño para darle palmaditas en su cabeza, tomando así la camisa del menor—, con mucha práctica podrás hacerlo, ¿Bien?

Michi miró a Yuu con esperanza de que así fuera.

—Ve a jugar, yo me encargo por hoy de doblar lo que falta —le dijo con intención de animarlo, mirando a Mika que parecía reacio. Sabía que su novio quería que Michi terminara de doblar su ropa incluso si todavía le hacía falta algo de práctica, así que solo hasta que el pequeño se retiró de la habitación, Yuu rió besando rápidamente a Mika tomando la palabra—, es todavía un niño, no le exijas tanto, se hace responsable de sacar la basura y tender su cama.

—Pero pronto entrará a la escuela y necesita responsabilidades.

Yuu se sentó en la cama al lado de Mikaela, sin dejar a un lado su expresión divertida.

—Es poco a poco, Mika —rió.

El rubio sabía que de la noche a la mañana nadie aprende a hacer todas las labores del hogar, así que solo se dedicaron a terminar de doblar la ropa de los tres integrantes de la familia.

Al anochecer, después de cerciorarse de que su pequeño ya se encontraba durmiendo, ambos se acurrucaron en un abrazo dispuestos a descansar de aquel largo día.

—Yuu-chan —llamó el rubio recordando un anuncio que había visto ese día por internet.

—¿Mh? —el azabache alzó su rostro para prestarle mayor atención a su novio.

—¿Quieres terminar tus estudios?

Yuu se sorprendió por la pregunta elaborada, y es que, a pesar de que el rubio había tenido la intención de apoyar a su novio para que terminara la escuela, no fue hasta ese momento que había visto una muy buena oportunidad.

—Me encantaría —admitió él—, sin embargo, no tengo tiempo para eso, el trabajo y Michi me consumen por completo.

—¿Y si te tomas un tiempo del trabajo para terminar la escuela?

—No puedo dejarte pagar todo por ti mismo, yo también vivo aquí —espetó el de ojos verdes.

Mika atrajo más a su novio hacia su propio cuerpo para darle más calor. Evidentemente, la economía de Mika era mejor que la de Yuu, aún si este había escalado de lava lozas a cocinero y por ende tenía una mejor paga.

—Yuu-chan, no te falta mucho para terminar la escuela, además, puedes estudiarla con una especialización.

El de ojos verdes lo medito por un momento mientras era llenado de besos del rubio por todo su rostro, lo que logró que sonriera a más no poder.

—Un año sin aportar algo a casa ya es mucho, además también están los gastos de Michi. Michi fue mi decisión, por lo que no puedo dejar que te hagas cargo de él. Incluso si tomo una modalidad vespertina, ¡Tampoco quiero dejar mis actividades en casa ni el cuidado de Michi!

El tiempo completo de Yuu era cansado. Trabajar en el ámbito gastronómico requería mucha energía, pues iba y venía de un lado a otro, ya sea emplatando, preparando e incluso limpiando su zona de trabajo. Después de su jornada laboral recogía a su pequeño y al llegar a su casa solía tomar una ducha refrescante ya muy entrada la tarde, intentando recargar energías y limpiaba un poco en caso de que Mika no hubiese llegado. No quería tomarse tantas atenciones de Mikaela, ni económicas, ni con su pequeño.

—Todavía tendrías el dinero de la renta de tu casa, amor. Piénsalo un poco más.

Con ese dinero pagaba los gastos de Michirou, así que para Yuu, todavía no era suficiente aquello y siempre sería importante aportar en el hogar.

—Puedes verlo como una inversión a largo plazo.

Aquello captó la atención del azabache, mientras guardaba silencio pensando en la propuesta de Mikaela.

—Y, por cierto, quiero que sepas que incluso si en algún punto termináramos, me encantaría seguir viendo a Michirou. Con esto, lo que te quiero decir es que, aún si no me permites apoyarte con sus gastos escolares, para mí también es como un hijo, Yuu-chan —admitió—, nuestro hijo —sonrió alzando la barbilla de su novio y besando a este con ternura.

Aún si a Yuu le costaba aceptar y pedir ayuda, Mika tenía sus maneras para salir adelante al lado de su amado.

No le importaría si para el menor no fuese importante los estudios, sin embargo, sabía bien que le afectaba y le hacía sentir inferior, así que no quería verlo de esa manera, por lo que quería verlo crecer no solo personalmente, sino también quería verlo cultivar su futuro laboral y escolar.

—¿Te parece bien, Yuu-chan? Permíteme apoyarte, somos una familia, y quiero cargar con la mitad del peso que llevas en la espalda.

Yuu sintió unas enormes ganas de llorar al escuchar de ese modo a Mika, así que solo lo abrazó y asintió con la cabeza.

Solo porque quería terminar rápido sus estudios, decidió pausar su vida laboral un poco para dedicarse por completo a terminar la escuela y hacer una especialización como había propuesto su novio, lo que era la idea principal de Mika, además tampoco quería que su chico se sobreesforzara. Tenía un apoyo en él, y también sabía que sin importar cuaquier situación, Yuu lo apoyaría incondicionalmente.





Me muriiIiIi :c perdón, pero no me olvido de este fic uvu

Una familia para Michirou Where stories live. Discover now