𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟓

5 1 1
                                    

𝕰𝖑 𝖆𝖈𝖚𝖊𝖗𝖉𝖔

Estamos en un sitio extraño, parece ser la entrada a una casa, es pequeña, no tiene el lujo correspondiente a el hogar de un príncipe, está a las afueras del pueblo y rodeada de árboles frondosos.

—¿Qué hacemos aquí?—pregunto cuando él intenta meterme a la casa.

—verá magestad yo...—lo interrumpo.

—deja las formalidades, háblame claro Caos.

El respira hondo y luego suelta el aire.

—Estoy salvandote—dice, entramos y cierra la puerta detrás suyo. Caos se sienta en un sillón de cuero color negro y me indica que haga lo mismo, lo cuál hago, pero en el sillón de enfrente.

—¿de qué?.

No es bueno que ambos estemos juntos en una casa, nada sale bien si me dejo llevar por él.

—De alguien que las quiere muertas...

—¿Por qué alguien nos querría muertas?—intento mantener la calma pero estoy muy nerviosa.

—Porque en segundos, nosotros rompimos un acuerdo que hace años nuestros padres intentan mantener.

—¿De qué acuerdo hablas?

Jamás había oído de algo así.
Tal vez por eso mi madre no me quería cerca de él.

—Cuando el padre de Gena murió, mi padre y tú madre llegaron a un acuerdo para mantener la paz entre ambos reinos, es un acuerdo que no favorece al tuyo, debo decir, y gran parte del trato aún no se ha cerrado, ahí es donde entramos nosotros, pero el punto es que habían pactado que tu hermana y tú debian casarse con los hijos del Rey de picas, una familia poderosa y llena de riqueza, para crear así una triple alianza entre familias, tres reinos unidos por sus herederos. Tu hermana ya conoció a su esposo, pero tú aún no y viniste a mí esa noche. Debo admitir que fue culpa mía realmente y es por eso que hoy intento salvar tu vida.

—pero, ¿qué tienen que ver tú y tu padre en mi matrimonio?—pregunto confundida, esto del matrimonio me desestabiliza.

—Tu madre se iba a casar con mi padre, tú y yo seríamos hermanastros, pero nos besamos frente a los siete reinos y lo arruinamos todo. El acuerdo está roto y la paz ha acabado, tu familia corre peligro.

Me siento congelada, no sé en que momento contuve tanto la respiración, me duele el pecho.

—¡Matarán a mi familia!, ¡Tú lo sabías!, ¡Carajo!, ¡lo sabías y aún así me besaste frente a todos!—grito, me encuentro desesperada, debo respirar, el aire se estanca en mi garganta.

Caos me mira con arrepentimiento, pero sé que no lo siente en absoluto.

—Lo siento, realmente lo lamento... Yo solo quería...

—¡No me interesan tus disculpas!, ¡Debo salvar a mi madre!, ¡tengo que decirle a mi hermana!—digo levantandome rápidamente y saliendo de la casa a toda velocidad. Él va detrás de mí pero corre aún más rápido que yo.

_¡Eris!, ¡Si tú mueres todo se acaba!, ¡Intento salvar tu vida!

Lo ignoro por completo y solo corro por el bosque, sin mirar atrás y sin detenerme, debo salvar a mi reina, no las dejaré morir.

El bosque desaparece y empiezo a ver los adoquines de los callejones, corro por ellos desesperada, no me importa el dolor en mis pies, soporto el ardor demis pies descalzos por haberme quitado los zapatos al correr. En mi mente solo está una cosa, debo salvarlas, tengo que advertirles.

Los Juegos De ErisOnde histórias criam vida. Descubra agora