𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏𝟏

2 1 0
                                    

𝕴𝖓𝖛𝖎𝖙𝖆𝖈𝖎𝖔𝖓𝖊𝖘


Salgo de la piscina lo más rápido que puedo, quiero encontrar a Caos, debo explicarle, no quiero que le lleguen malos entendidos a su padre y terminen castigando a Haru por algo que no hizo, Caos es capaz de todo, incluso de sentenciar a muerte a un chico inocente. Tengo que explicar, aunque probablemente no tenga sentido, intentaré no pelear, quiero que nos llevemos bien, después de todo pasaremos mucho tiempo aquí, será mejor que dejemos de intentar asesinarnos cada vez que nos vemos.

—Tal vez debería esperar un momento señorita, él podría estar enojado...

—Si él está enojado, entonces yo me enojaré el doble.—digo intentando dar humor a la situación, pero en el fondo se que Haru tiene razón, será mejor esperar a que se le pase el enojo, de otra forma no me escuchará.

Mi guardia suelta una carcajada sin querer, pero en un instante vuelve a su expresión seria.

(...)

Ya han pasado dos horas desde que vi a Caos, decidí esperar en el borde de la piscina hasta que mi piel se seque e igual la ropa de Haru.

Es momento de enfrentar al gran príncipe.

Haru va a mi lado mientras yo subo las escaleras rumbo a la habitación de Caos. Sé que no es buena idea, pero debo hablar con él, arreglar las cosas para que no queden malos entendidos entre ambos.

Llego a su habitación, observo la gran puerta negra, adornada con filamentos dorados a su al rededor y por en medio, pero antes de poder golpear en ella, escucho la voz de Caos en otro cuarto, un poco más alejado del anterior. Él parece estar hablando con Bastián y realmente se escuchan enojados.

—Caos, no puedes permitir que tú padre haga esto, como tu amigo, quiero lo mejor para ti, si asesinan a su hermana no podrán frenar a Eris, sospecho que esa chica es más de lo que tú y tu padre están viendo.

¿Qué? No puedo creer lo que estoy oyendo...

—Ya lo sé Bastian, ¿pero qué puedo hacer yo?, Mi padre planea hacerlo luego de la boda, ya tiene todo planeado, he venido a ti para que me ayudes a mantener entretenida a Eris.

—Señorita, ¿se encuentra bien?—pregunta Haru sosteniendo mis hombros.

De pronto siento que todo me da vueltas, es como si el mundo se me viene abajo, mis piernas no son capaces de sostenerme, me desvanezco en los brazos de Haru, pienso que me desmayaré pero eso no sucede.

Haru me carga firmemente de la misma forma en la que me salvó de mi supuesto ahogamiento. El alboroto que mi guardia arma, hace que la puerta frente a nosotros se abra y Caos sale de ella furioso, sin embargo, al verme en este estado su expresión cambia drásticamente, dejando a la vista un ápice de... sorpresa, tal vez... ¿No puede ser posible verdad?

En su mirada veo algo que no había visto jamás en él.

Preocupación genuina.

—¿Qué sucedió?—pregunta Caos haciendo el intento de tomarme en brazos pero yo me aferro al cuello de Haru para que no pueda hacerlo. No quiero tenerlo cerca, un ser tan despreciable como él no merece mi aprecio.

Mi guardia baja las escaleras a una velocidad medida y me lleva hacia los médicos del castillo.

—Bien, ella está bien, solo tuvo un mareo, está comiendo muy poco, es casi seguro que sea el motivo de su descompostura, de igual manera pasaré por su cuarto para hacerle unos exámenes más, para descartar posibles enfermedades.—el doctor parece buscar algo en sus archivos pero luego se le cruza un pensamiento repentino y vuelve hacia nosotros—Y también necesito hacer un examen para asegurarme de que no se trata de un embarazo.

Los Juegos De ErisOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz