𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟐𝟏

1 0 0
                                    

𝕾𝖊𝖗á 𝖓𝖚𝖊𝖘𝖙𝖗𝖔 𝖘𝖊𝖈𝖗𝖊𝖙𝖔

ERIS

Debí suponerlo, debí saber lo que tramaba, me lo advirtieron... ¿por qué no lo vi?, ¿por qué no hice caso?, soy una idiota y lo que me paso fue únicamente mi culpa aunque me gustaría, no tengo a quien culpar de nada, ni siquiera a Caos, el no lo sabia y su deber como príncipe es mas importante que una niña tonta condenada a ser azotada. 

El cuerpo me duele, las heridas aun no terminan de sanar y el color rojo de mi propia sangre ha manchado casi toda mi ropa, me siento débil, no puedo moverme por mi cuenta, no puedo ir al baño sola, ni hacer cosas que me gustaban.. como alimentar o jugar con  mis mascotas, tengo que mantenerme acostada boca abajo para no llorar de dolor al intentar dormir.

 Haru ha estado ayudándome a sobrellevar todo este encierro, viene cada tarde, me lee, alimenta a mis mascotas y aunque las mucamas le rogaron que no lo haga, que ellas lo harían, el se negó, parece haberse encariñado con mis cachorros. A la serpiente aun le tiene algo de recelo pero se acostumbra rápido, al igual que yo con su compañía. Cuando llegue al castillo pensé que estaría sola y aburrida, que sufriría todos los días por no tener a alguien con quien hablar, pero a veces siento que mi madre me ha mandado a este niño  para que no estuviera sola, para que me sienta a salvo aún estando lejos de casa. Eso es lo que provoca ese chico en mi, me hace sentir segura, pero no hablo de cuidarme físicamente, con espadas y esas cosas, (que no dudo de que será completamente capaz si algo así es necesario), hablo de protegerme mentalmente, de cuidar de mi estabilidad emocional, controlar que no explote, que no caiga en un cuadro psicótico o algo parecido. Él, con sus ocurrencias, su mirada de niño y las tímidas sonrisas que logro sacarle, me han mantenido cuerda en este manicomio. 

—¿esta bien?, parece que va a llorar.... ¿necesita que llame al medico?, ¿le duele?—pregunta el niño levantándose y acercándose rápidamente a mi cama haciendo que las ganas de llorar que siento se incrementen. 

—Estoy bien... es viernes, deberías ir con tu familia, seguro te esperan.

—No hay problema con eso, madre entenderá que debía quedarme, no se molestará.

—Ella no, pero yo si, vete Haru, disfruta de ellos mientras los tienes, porque cuando no es así... duele, incluso mas que estas tontas heridas para nada estéticas. 

—Lamento no poder hacer mas por usted... entonces... volveré mañana temprano, así puedo sacarla a tomar aire al jardín, que estar aquí encerrada debe ser cansador.

Sonrío agradecida, ya que tiene toda la razón.

Él se retira y me quedo en silencio otra vez, Grim, Amarok y Hati, mis perros, se encuentran dormidos en la gran alfombra de mi cuarto. Poco a poco van saliendo de la habitación y van recorriendo el castillo, pero el rey aún tiene miedo de que lo ataquen así que prefiere que no salgan tanto.

La puerta suena una vez y yo dejo que pasen. Por ella entra el rey, con su típico traje blanco y negro y su barba prolijamente cortada.

—Eris, venía a ver cómo te encontrabas...

—Pues, como una persona que ha sido azotada puede estar, he pasado cosas peores debo decir.

Él se acerca a mí pero Amarok, mi perro, no lo deja, se pone en posición de ataque y lo observa meticulosamente, esperando a que se mueva para atacar.

—Sabes que no podía detener a la reina, ella tenía razón, no debiste hacer lo que hiciste.

—Lo hice para salvar a tu hijo, en este reino son todos unos malagradecidos, aunque no me sorprende.

Los Juegos De ErisМесто, где живут истории. Откройте их для себя