𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟔

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     𝕸𝖚𝖊𝖗𝖙𝖊 𝖆 𝖑𝖔𝖘 𝖙𝖗𝖆𝖎𝖉𝖔𝖗𝖊𝖘


CAOS

(Horas antes del secuestro)

Se que querer salvar a alguien a quien no conozco es tonto, apresurado, se que me castigarán por hacerlo, pero lo vale, fue mi culpa, yo la besé, le arrebate esa desición y ahora pagará por ello. Debo admitir que esa mujer tiene algo atrayente, es himnotico verla, es como una trampa andante, con un hermoso vestido y un sonrisa incandescente, de la que fui preso. No puedo cambiar lo sucedido, pero al menos puedo intentar ayudarla a huir de mi padre.

—Caos, hijo mio, todo está saliendo como lo planeamos, tu te casarás con la princesa del reino de los cisnes y tendremos la alianza, lo único malo es que después de lo que hiciste—Se pasa la mano por la barba frustrado—Tendre que ver cómo conseguir también al reino de las rosas rojas, ya sabes que ese siempre fue mi objetivo.

—Padre, no creo que se prudente seguir con mi matrimonio, usted sabe que esa mujer no me interesa para nada, no quiero terminar amarrado a alguien a quien no soportaré...

El levanta su copa y los sirvientes le sirven más vino.

—Caos, sabes perfectamente que esté casamiento debe llevarse a cabo, todo está arreglado, invitados, banquete, anillos, ceremonia, está todo listo, la Reina ya ha puesto una fecha. Deberías estar emocionado, te casarás en un mes.

Siento como si mi pecho frenara a mi respiración, un  mes, tan solo me queda un mes de libertad y luego viviré en la miseria por el resto de mi vida, no estoy preparando para esto.

—Pero padre—me interrumpe levantándose de su trono y comenzando a caminar hacia los escalones en donde estoy. 

—Sin peros, te casarás con esa muchacha o de lo contrario ya sabes que hacer, esto está fuera de discusión, no seguiré perdiendo mi tiempo contigo.

"sabes que hacer", si, claro que sí, largarme, ser desterrado del puesto de heredero y tener que alejarme de mi pueblo, si deseo una vida diferente tengo que perder toda la que ya tengo.

Con toda la ira nadando en mi sistema decido retirarme del palacio y salir a practicar un poco de tiro. Salgo al jardín y me dirijo a campo de entrenamiento, con suerte no habrá nadie.

Atravieso el lugar y me dirijo a los arcos, tomo un par de flechas y me preparo para disparar, casi no hay personas entrenando así que lo hace aún mejor. Estiro, suelto, la flecha viaja veloz, girando sobre si misma hasta clavaste en el borde del blanco. No le dí, ni de cerca, estoy demasiado desconcentrado para apuntar con claridad.

—¿Problemas con tu padre?—Habla alguien detrás de mí, que se acerca con sus manos en los bolsillos de su pantalón.

Se posiciona a mi lado y sonríe como siempre, radiante, como si nada a su alrededor le afectara.

—Sabes como es, solo le importa su fortuna, su hijo es algo que pasa a segundo plano.

Bastian es mi mejor amigo, nos conocemos desde que tengo memoria, el es el hijo mayor de la mano derecha del rey, por lo que crecimos juntos. Él es jefe de armería, entrena a los soldados para sus misiones y a su vez, me entrena a mí. No existe hombre que maneje mejor la espada que Bastian.

—No te preocupes, Caos, el matrimonio no puede ser tan malo—dice poniendo su mano en hombro a modo de consuelo.

—No lo es cuando tú eliges casarte, ¡ni siquiera conozco a la chica! ¿Y si no me gusta?.

Los Juegos De ErisWhere stories live. Discover now