𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏𝟔

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𝕷𝖆 𝖈𝖚𝖗𝖎𝖔𝖘𝖎𝖉𝖆𝖉 𝖒𝖆𝖙ó 𝖆𝖑 𝖌𝖆𝖙𝖔...

 𝖔 𝖆 𝖑𝖆 𝖕𝖗𝖎𝖓𝖈𝖊𝖘𝖆.

ERIS

El jardín es inmenso, está descuidado, pero sigue siendo hermoso, está repleto de arbustos que rodean el estanque de los peces luciérnaga, unos animalitos tan extraños que son casi imposible de encontrar en esta parte del mundo, son pequeños, pero brillan como si de diamantes se tratasen, hacen bailar las luces reflejadas por toda el agua e ilumina el sitio sin necesidad de lámparas.

—puede sentarse allí—me indica mi guardia y yo lo sigo, sentándome a su lado a la espera de Bastian.

—Bien, ahora, dígame qué necesita de mí señorita—Bastian habla con tanta amabilidad que incluso parece verdad, pero yo sé cómo es él, se lo que planea hacer con mi familia, su falsa tranquilidad me pone nerviosa.

—Hoy he explorado el castillo, quería conocer nuevos lugares y encontré uno que me llamó la atención, un cuarto cerrado, al final del pasillo de las habitaciones, Haru me dijo que le pertenece a Caos y yo quiero saber que hay dentro.

—Lamento no poder ayudarla princesa pero esa es información que no tengo permitido revelar, Caos es reservado en cuanto a personas que saben de aquel sitio, no puedo decirle nada.

Su respuesta me enfurece, ¿Qué podría tener allí dentro como para querer ocultarlo con tanto afán?

—Pero, no pretendo entrar, solo quiero saciar mi curiosidad...

—Lo entiendo, pero creo que debería preguntarle al príncipe si desea saber, porque de mi boca no saldrá nada señorita, él es mi mejor amigo y la lealtad es la prioridad en nuestra amistad.

Refunfuño enojada y me levanto de mi lugar.

—Voy a abrirla de todas maneras.

Comienzo a caminar rápidamente rumbo al castillo otra vez seguida por Haru y Bastian.

—¡Señorita!, ¡no lo haga!, ¡si Caos se entera las cosas podrían acabar muy mal!

—ese niño mimado no podría lastimarme ni aunque lo intentara, Bastian, deja todo en mis manos, de todos modos si las cosas salen mal, puedo decir que tú me abriste la puerta.

Haru y Bastian vienen detrás de mi a paso apresurado, pero no me detengo, voy a abrir ese cuarto.

—¿Siempre es así de terca?—escucho como Bastian habla con Haru mientras me siguen.

—Sip y puede ser peor—dice Haru entre risas, tal vez recordando las veces en que hice lo que quise aún cuando me advirtió que no lo hiciera.

-—No creo que sea capaz de abrir ese cuarto, no llegará tan lejos... ¿No?, no podrá con un Caos enojado.—dice el asesino de mi madre.

—Bas, créeme, lo abrirá, si hay alguien que puede enfrentar el enojo del príncipe, es ella.

—De eso no cabe duda, pero tengo miedo... Cuando Caos se entere rodarán cabezas, ¡y la primera será la mía!

Dejo de escucharlos una vez que entro al castillo, recorro el pasillo central hasta llegar a los cuartos cerrados.

La puerta tiene una cerradura grande y oxidada, como si nadie le pusiera atención a este cuarto.

—Haru.

—¿Si?

—¿Tienes un abre sobres?—pregunto esperando que sacara uno de su bolsillo.

Los Juegos De ErisWhere stories live. Discover now