𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏𝟖

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𝕸𝖔𝖒𝖊𝖓𝖙𝖔 𝖞 𝖑𝖚𝖌𝖆𝖗 𝖊𝖖𝖚𝖎𝖛𝖔𝖈𝖆𝖉𝖔

CAOS

Desde la última pelea con Eris todo se ha complicado, ha descubierto mi secreto, Bastian ha sido castigado y ahora, tan solo quedan unas horas para la llegada del reino de los cisnes. Mi padre no ha cambiado de opinión respecto a mi casamiento, por mucho que intenté persuadirlo, sigue firme con la idea de que esto fortalecerá a la familia. Lo cual dudo completamente.

me lavo la cara débilmente y me termino de vestir para recibir a la mujer que será mi esposa. Pensar en eso me da dolor de cabeza, quiro huir, encerrarme en mi cuarto hasta que se vaya.

(...)

—Caos, ellos están aquí, acomódate en tu sitio, como siempre y mantén los modales en todo momento, por favor no hagas ninguna idiotez.—Dice mi padre mientras yo tomo asiento en mi trono.—¿Dónde demonios esta esa chica?, se supone que debía estar aquí para las 11.

Eris debe estar retrasada, lo cual altera de sobre manera a mi padre, el cual quiere que todo se perfecto en cuanto a negocios se trata. Observo como la puerta del gran salón es abierta, mientras por ella ingresa una Eris muy agitada pidiendo disculpas. Se ve... no... se ve bien, creo... lleva puesto un gran vestido rojo, que tapa parcialmente sus piernas, el corset mantiene todo en su lugar y la hace ver mas delgada de lo que normalmente es, ¿Cómo puede respirar con eso?. Su vestido no tiene mangas, tan solo lleva una especie d collar que tapa sus hombros y finaliza en una capa del mismo color. Su cabello negro esta sujeto en una coleta alta que resalta lo verde de sus ojos, se ve como una verdadera reina y ni siquiera tiene una corona, increíble.

ella saluda a mi padre con un forzado beso en la mejilla y finalmente toma asiento a su lado, me sorprende que no venga el niño maravilla a su lado, ese chico la sigue hasta para ir a orinar.

—¡Recibimos a la reina de los cisnes, la señorita Hécate—Tomo aire mientras la escena se reproduce delante de mi. Mi padre se encuentra sentado en su gran trono, sin mencionar palabra desde que Eris entro, yo me enderezo y me preparo para fingir mi mejor sonrisa y encaminarme a una vida de infelicidad eterna.

La reina entra seguida de sus dos guardias personales y se posiciona a un lado para dar entrada a sus hijos, su aspecto es perfecto, pulido y trabajo por meses, sus finas prendas desprenden un olor a jazmines que se esparce por el salón, puedo jurar que Eris arrugo la nariz por el. La reina luce poderosa, diplomática y totalmente refinada, hasta parece que no es la mujer mas sanguinaria de los reinos vecinos.

—recibamos a Azra, príncipe de las águilas—dice el anunciador y el chico atraviesa la puerta con su traje color azul que resplandece y se diferencia fácilmente al blanco y negro del mío. Su cabello rubio ondula mientras el camina y su rostro definido solo desborda superioridad. El príncipe se posiciona a un lado de su madre y observa a todos desde allí, noto que mira mas de lo debido a la futura reina alfil, tanto que hasta me desagrada.

—Finalmente, pero no menos importante, démosle la bienvenida a Liz, la princesa de las luciérnagas—Por fin, ella entra por la gran puerta, acompañada del soldado Haru, que extrañamente ha sido elegido para está misión.
Liz va portando un vestido color verde lima con un escote en forma de corazón y mangas llenas de flores. Se ve demasiado pura, camina con gracia y delicadeza impecable, su cabello rubio casi blanco está descansando sobre sus hombros mientras se acerca. Ella hace una reverencia y nuestras miradas se encuentran por un corto lapso de tiempo.

—Bienvenidos, todos sean bienvenidos a mi reino—exclama mi padre mientras se levanta para saludar cómo es debido, ahora es mi turno de meterme a la conversación, pero sinceramente no tengo idea de que decir. Observo a Eris, quien parece estar teniendo una conversación a través de miradas con Haru, parece enojada.

Los Juegos De ErisWo Geschichten leben. Entdecke jetzt