𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟑𝟓

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𝕮𝖆𝖔𝖘


ERIS

Oigo el grito de Liz a mi lado y por mi mente pasa la idea de dejarla ir, dejar que escape, que siga su vida lejos de aquí, pasa la idea de que tal vez en el fondo, ella no tuvo la culpa, pero luego recuerdo, como se reía, la forma en la que se burlaba mientras yo lloraba por los golpes que me estaban dando, recuerdo cómo se hizo la inocente paloma cuando entré al cuarto de Caos, cuando ella sabía perfectamente que eso ocurriría, recuerdo cómo me habló cuando todo salió a la luz y la forma en la que me miraba, como orgullosa de si misma, cuando yo sentí que me estaba muriendo y lloraba por mi hermano al que no me dejaron ver. Todo eso, hace que la pena que llegue a sentir hace un momento por ella, se esfume tan rápido como mis perros llegaron a mi tras un silbido.

Los perros la rodean, todos esperando que yo hable para atacar. Veo como Azra está con la vista fija en lo que sea que yo ordene, mientras todos los demás terminan con el pueblo cisne. El príncipe de las águilas parece encontrarse en un mar de pensamientos, lo veo dudar, se que quiere a su hermana, se que no desea que muera, pero lamentablemente, la que posee el arma soy yo, y yo la quiero ver muerta.

-Majestad, fue suficiente-Afirma Noah que ha llegado a mi lado con su espada en mano y cubierto de sangre.-Déjela ir.

-¿Por qué debería?, Ella es tan culpable como su madre.

-No lo digo por ella, lo digo por él-entonces observo a Azra, quién tiene las manos a cada lado de la cabeza, tapando sus oídos, supongo que para no oír los gritos de su hermana. Esta temblando, su mente debe ser un lio, entre lo que es correcto y lo que dicta su corazón.

-Todos hemos perdido a alguien, nos arrebataron parte de nuestra familia, a usted toda ella. No se la arrebate a un amigo...

Ver a Azra tan afectado me recuerda a como estaba yo el día del asesinato de mi madre, sin saber hacia donde ir, sin escapatoria, viéndome obligada a cumplir un papel por la seguridad de mi familia y la mía. No quiero que él pase por eso.

Llevo mis manos a mi boca y silbo fuertemente, dando la retirada de mis mascotas. Liz respira de nuevo, aún está llorando, pero ya no tan asustada.

-Vete, vete lejos y jamás regreses, porque si vuelvo a verte en mis tierras, te mataré sin dudarlo.-Afirmo y doy media vuelta para irme del lugar. Ya he tenido suficiente.

Noah sonríe y ambos caminamos hacia el príncipe Azra y Nathan.

-Una nueva era comienza hoy muchachos y ustedes serán mis invitados de honor.

-¿Qué pasará con Bastian y Caos?-pregusta el rubio.

-No se dónde están, pero espero que nunca aparezcan.

Pensar en nunca volver a ver a Caos es doloroso, una sensación agria en los la garganta, pero no me molesta, puedo con ella, de todas maneras, ahora que soy la reina, tengo responsabilidades más importantes que el amor.

(...)

Ha pasado un mes desde el ataque, desde la traición de mi hermana, he decidido que viviré en el castillo que antes era de mi madre y dejaré el reino alfil a la espera de que algún día, el heredero al trono, pueda ascender.

El castillo se siente solitario, frio en cada rincón, pero me reconforta saber que estoy en casa, después de todo lo que sucedió, volví a casa.

Gena no ha vuelvo a pisar el castillo, por las calles se rumorea que se ha perdido en el bosque helado y que tal vez se la comió algún animal salvaje, pero se que está bien, se que no son más que habladurías, le he pedido a Erik que al vigile, según parece, se encuentra viviendo a las afueras del reino alfil en una cabaña con la compañía de la soledad. Azra suele llevarle comida y suministros de vez en cuando, no me opongo a qué lo haga.

Los Juegos De ErisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora