𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟑𝟎

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𝕰𝖑 𝖕𝖆𝖌𝖔 𝖉𝖊𝖑 𝖎𝖓𝖔𝖈𝖊𝖓𝖙𝖊

ERIS

No he vuelto a ver a Haru desde hace casi una semana, pero ahora hay un problema aún mayor.

Hoy es la boda, mi boda...
Me encuentro vistiéndome, las doncellas apuradas se dispersan por toda la habitación, buscando cosas, poniéndome cosas y hablando entre si.

Estos últimos días no he salido de mi cuarto, me dedico a llorar sin parar y dormir todo el día. Bastian ha aparecido un par de veces, intenta consolarme y lo logra, pero en cuanto se va, el dolor vuelve y con el las lágrimas.

El príncipe de alfiles se ha vuelto más distante que antes, se la pasa abrazando a su futura esposa, salen juntos, casi ni voltea a mirarme, es como si después de que consiguió lo que quería, simplemente me haya dejado tirada como una idiota, humillada otra vez.

¿Cómo hago que el dolor se detenga?

(...)

—Ya está lista su majestad, puede verse al espejo si lo desea—afirma una chica de cabellos dorados.

Las damas se retiran y me quedo sola otra vez, observando mi gran vestido de novia, para una boda que no deseo tener.

De pronto, la puerta suena y yo la abro. Del otro lado de ella, se encuentra Bastian, bien arreglado y aparentemente con prisa.

—¿Cómo se encuentra su majestad?—dice acercándose a mi.

—no estoy bien Bas, mi hermana está allí abajo, esperándome, ¿eso debería bastarme no?, ¿Por qué siento que me falta el aire sin el?

Siento mis ojos húmedos otra vez.

—Hey, no llore por favor, yo... No soy Haru, no la conozco como él, pero me importa de igual manera y no quiero que su bello maquillaje se arruine por un par de lágrimas escurridizas—Bastian limpia la lágrima con su dedo pulgar como si fuera una pequeña niña a la que le limpian la boca llena de chocolate.
— piense en esto, es su boda, su hermana vino a verla, todo el reino está esperándola, quieren alabar a su nueva líder y usted será la mejor de todas reina mía, sea fuerte señorita Eris, el volverá, es muy testarudo, pero no es de hielo.

—Gracias Bas—el chico me abraza con fuerza y yo suelto todo el aire retenido en mis pulmones. Finalmente es hora.

(...)

No tengo un padre que me acompañe al altar, así que mi hermana lo hará por él.
Luego de esto, no se que sucederá, mi mente se desmoronó, Haru no me ayudará con mi plan, así que tengo que planear algo más, debo pensar en otra cosa...

La música ensordece al público, hay mucha gente, pero pocos conocidos.

Bajo las escaleras mientras todos allí presentes me observan y aplauden mi descender. Observo a las personas una por una, a Bastian y sus caballeros al borde del salón, cuidando de mí. Noto como Bas me sonríe orgulloso y seguido de él, todos los demás soldados hacen una reverencia disimulada. Sonrío al verlos.

Luego, mi vista pasa hacia Erick, fiel amigo de mi madre, sentado en primera fila junto a mi antigua dama de compañía, ambos sonríen contentos. Después, mi vista viaja hacia Azra, que sonríe perfectamente junto a su madre, de pronto, ya no me resulta tan atractivo...

Finalmente, mis ojos caen sobre él, Caos y su prometida, sentados juntos en primera fila. El corazón se me hace un nudo, Me observa con la mirada perdida, parece que quiere llorar, si no lo conociera tan bien, diría que en verdad está sufriendo.

Los Juegos De ErisWhere stories live. Discover now