𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏𝟓

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𝕻𝖗í𝖓𝖈𝖎𝖕𝖊𝖘 𝖞 𝖘𝖊𝖈𝖗𝖊𝖙𝖔𝖘 𝖇𝖎𝖊𝖓 𝖌𝖚𝖆𝖗𝖉𝖆𝖉𝖔𝖘

ERIS

Han pasado dos semanas desde lo ocurrido en la plaza, mi boda se ve cada vez más cerca y me asusta solo pensarlo, no me imagino viviendo esa vida, rodeada de lujos, coronas y formalidades, rodeada de muerte, mentiras, cadenas...

me encuentro tirada en la alfombra de mi habitación, junto a mi guardia personal que me observa con cara de póker, como siempre, ese chico no parece ser muy expresivo.

Han pasado exactamente un mes desde que llegue al castillo de alfiles negros, el rey no me habla mucho a menos que sea en la cena o respecto al matrimonio. Últimamente he estado verdaderamente ocupada y perdida en mis pensamientos, la idea de que mi hermana corra peligro me aterra y es por eso que idee un plan de respaldo por si las cosas salen mal, Haru me ayudara con eso.

—oye, Haru, tienes hambre?.

—no, pero gracias por preguntar señorita, ¿usted tiene hambre?, puedo traerle algo si lo desea.

ahora quito mi mirada del techo y lo observo.

—no hace falta— me quedo pensando un momento, esto es demasiado aburrido.—¿y si vamos a explorar el palacio?

—no creo que sea buena idea, el rey puede enojarse...

—oye yo también seré reina, así que no está mal que exploremos un poco mi futuro hogar, ¿verdad?

el se acomoda en la cama como dudando si hacerme caso o no.

—bien, vamos entonces.

sonrío con suficiencia y ambos salimos del cuarto rumbo a un regaño severo posiblemente.

—Mira, tienen un cuarto solo de medalla— exclamo— esto es demasiado egocéntrico incluso par ese viejo, realmente les importa tanto.

—usted es muy curiosa señorita—Haru esta riendo.

¡alto!

¡está riendo!

—¡no lo puedo creer!, ¡tienes sonrisa!

—lo siento... no estoy acostumbrado a cuidar de la realeza—Su mirada cae al suelo y me siento culpable por mi intento de chiste—es más, me sorprendió que me haya elegido para el puesto, siempre me descartan para esos trabajos por ser tan joven, pero usted llegó y dijo "lo quiero a el"—Señala con el dedo imitando mi expresión—y no sabía como contener mi emoción-tengo que sonreír por la forma en que lo dijo- luego me asuste muchísimo, no quiero decepcionarla señorita.

—Haru, eres demasiado para este mundo—Digo tomando al chico en brazos sin si quiera parar a pensarlo, fue un impulso, un acto de cariño que no me puse a analizar hasta que fue demasiado tarde.

el se queda petrificado, totalmente pasmado y temo haberlo ofendido o algo por el estilo, lo suelto al instante y me alejo esperando una mirada de odio o peor. Sin embargo lo único que obtengo es un chico aterrorizado y totalmente sonrojado.

—Lo lamento tanto, no debí haberte tocado...

y—yo... esta bien solo... me tomó por sorpresa...

Eso me deja un poco mas tranquila, este chico inspira en mi una especie de instinto materno, solo quiero protegerlo del mundo y me temo que con todo lo que tengo pendiente hacer, no sea posible.

Seguimos recorriendo los pasillos del gran castillo, que al parecer nadie reclama, está tan desolado y frío que da la impresión de que nadie vive en él, el rey está tan ocupado en sus asuntos que rara vez sale se su despacho y Caos... bueno, él no ha salido de su cuarto en semanas, desde que tuvo ese raro capitulo en el parque principal, no se el motivo de su descompostura, pero tampoco tuve el tiempo para averiguarlo. A veces, en la noche, al caer las tres de la mañana, escucho como deambula por el castillo, tal vez llevando comida a su cuarto o haciendo cosas de príncipes depresivos.

Los Juegos De ErisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora