CAPITULO FINAL

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Lion.


















Estoy en el suelo ahora, no sé cómo ni cuándo pasó, pero en este momento estoy sintiendo cómo un dolor del infierno se hace presente en mi pierna derecha.

<<¡Te disparó! ¡Te dió en la maldita pierna!>>

Mis quejidos de dolor son lo único que logro escuchar ahora. Todo empieza por etapas, la primera es la más insoportable, pues además de percibir el dolor, también puedo ser  consciente de cómo me retuerzo de un lado a otro. La segunda se siente cómo si mi pierna se estuviese acalambrado, no se cómo luce ahora, no quiero verlo, pero estoy seguro de que estoy perdiendo mucha sangre.

Todo se nubla a mi alrededor. De pronto sólo soy consciente de cómo se tensa mi pierna y es ahí donde entro en pánico porque sé que no tardará en adormecerse por completo. Ya no será tanto dolor pero me alarma la sola idea de dejar de sentir...

Maldición...

¡Maldición!

—  ¡Lion, Lion! Oh por Dios. Aquí estoy. Aquí estoy amor.

Ya siendo más consciente y teniendo más claro lo que hay dentro de mi campo de visión, logro ver a Lilo a mi lado, sosteniéndome y derramando lágrimas sin parar. Trato de aferrarme a la mirada de ella, no quiero perder el conocimiento pero cada vez me siento más débil.

— Estarás bien, por favor resiste.— Ella intenta lo que parece romper una tira de su suéter pero Arthur la detiene con un ruido que hace con su boca. De inmediato la tomo, y trato de incorporarme un poco para cubrirla con mi espalda.

— No, no intentes nada, lindura. Esta bestia no merece que te compadezcas. Él mismo se lo ganó por su feo vocabulario. Ya le había dicho que no lo toleraba. — Arthur le habla con un tono tan despreocupado que incita a que el coraje crezca dentro mí, al igual que las ganas que tengo de destrozarle su anciano rostro.

Camina hacia nosotros, pero no se acerca mucho. Sus hombres por otro lado también se adentran pero para colocarse en distintos rincones, sin dejar de apuntarnos a cada uno con sus metralletas.

Arthur vuelve a llamar mi atención con un suspiro.

— Deberías dejar que muera. Después de todo él fue el que te ha provocado todo esto. Fuiste tan ingenua al involucrarte con un mierda cómo él, y él fue un egoísta que no le importó tu seguridad. En fin, consecuencias cómo estas nadie las quiere pagar pero son necesarias. ¿Entiendes? Para prevenir y evitar que se creen más bestias como él.

—Usted no sabe nada, y tampoco es mejor. ¡Usted es el único monstruo aquí porque lo trajo hasta este mundo!

Intento detener a Lilo porque temo que el maldito le haga algo por enfrentarlo así, pero ella se aleja de mi alcance cuando se pone de pie. Sus ojos puestos en Arthur ahora. 

—¡Por usted se buscó problemas con todos! ¡Lion es un buen chico que ya sólo quería su vida fuera de esto pero usted fue el maldito que lo siguió involucrando! ¡¿Por qué no lo deja en paz?! ¡Él no es como ésos otros malditos que lleva como perros fieles!

— Oh cariño, si me permites aclararte ese último punto..., te recuerdo que él es el peor, porque ha matado a decenas de personas incluso desde antes de que trabajara para mí. ¿Qué no te ha contado la mierda que ha hecho para seguir con vida?

Aprieto mi mandíbula, sé que no podré detenerlo al confesarle eso.

¡Maldita sea! ¡Maldita sea!

El viejo ríe y juega con su copa, caminando de un lado a otro.

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