CAPÍTULO 10

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Lilo.











Sus ojos claros delatan violencia y frialdad, su cuerpo increíblemente bien formado y marcado... anuncia ira contenida, apunto de explotar. Es increíble la hostilidad que muestra ahora sólo con su intensa mirada azulada. Ni siquiera puedo soportarla, no de esa manera tan cruel. Tampoco soy capaz de procesar lo que me está haciendo sentir, es demasiado.

Sé que aún nos mira, sé que sigue ahí, esperando por una respuesta. Yo he sido impactada bruscamente por la que dió hace un momento. Sé que ha intervenido a propósito y muy dentro de mí se agradezco, pero, en este momento donde me siento tan abrumada por la situación, no creo tener el valor suficiente para enfrentarlo, así que de inmediato, cómo buena cobarde, decido desviar mi mirada hacia un costado.

Su voz...

Escucharlo provocó que me recorriera un escalofrío por la espalda.

No puedo concentrar mi mente en el aquí. Trato de animarme después para intentar buscar algún rasgo familiar en su rostro que me ayude a recordarlo de algún lado, porque estoy segura de que ya he escuchado su voz pero no recuerdo muy bien en dónde.

¿Dijo que era hermano de Jannine?

Pero tampoco lo había visto antes, o al menos eso es lo que creo porque si hubiera pasado... estoy segura de que no lo hubiese olvidado.

Este chico luce impresionante. Incluso Dylan parece sorprendido por él porque tampoco deja de observarlo con recelo, incluso se encuentra tenso. Creo que hasta ya se le quitó lo ebrio.

—¿Bennett?— suelta con confusión,  sigue sin soltarme. Su maldito agarre está lastimando mi muñeca.

Obligo a mis ojos a regresar al chico rubio y me sorprende encontrarlo esbozando una sonrisa cerrada.

—¿Estás seguro de que mi prima está con tu hermana?

— Primeramente...

Reacciono al oír su voz de nuevo. Esta aún sigue afectandome, quizá porque ahora suena realmente molesto. Intento descifrarlo y después noto cómo su mandíbula ángulosa se tensa, al igual que los demás músculos de su cuerpo, cuando sus ojos miran el agarre de Dylan sobre mí.

Suspira y después levanta su mirada fría para enfrentar al chico que está a mi lado.

—¿Te importaría soltarla? Parece que quieres arrancarle la mano.

La forma en la que mira a Dylan me incita a que corra lejos de aquí pero aunque quiero hacerlo... no puedo.  Mis piernas tiemblan tanto en este momento, creo que sólo lograré azotar en el suelo si intento hacer un mínimo movimiento con ellas.

Miro a Dylan después, sólo sonríe y  libera mi pobre y aplastada mano en acto forzado claro. Me siento aliviada cuando se aleja un poco. De pronto alza sus brazos cómo si lo estuviesen atacando.

No sé a dónde mirar ahora, me siento cómo si estuviera en medio de dos leones feroces que están a punto de devorar a la temblorosa ovejita que yace entre ellos. Sólo me limito a sobar mi muñeca, con mis ojos puestos en el suelo. Es increíble que Dylan me haga pasar esto con desconocidos. Me siento tan avergonzada y al mismo tiempo tan agradecida con ese chico por haber intervenido. Este aún nos mira en silencio.

Me atrevo a levantar mi rostro un poco y es en ese mismo instante que  ojos caen sobre mí, pero rápidamente alejo mi mirada de él. No podía dejar de mirarlo, sé que lo conozco de algún lado, pero aún no puedo explicarme de dónde o cómo...

— ¿Te parece correcto tratar a una dama así?

Aunque sé que le habla a Dylan... me atrevo a mirarlo de nuevo pero me arrepiento de inmediato, ya que sus ojos azules siguen puestos sobre mí.

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