40. Reina

6.4K 828 224
                                    

Mi rostro se torció en cuanto escuché las palabras del alfa y al hacerlo sentí que se despertaba el animal salvaje que vivía en mi interior

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Mi rostro se torció en cuanto escuché las palabras del alfa y al hacerlo sentí que se despertaba el animal salvaje que vivía en mi interior. El fuego que ardía en mi pecho se avivó con la fuerza de la ira y tuve que concentrarme en respirar hondo para mitigar el dolor que fluía por mis venas.

Sentí que los cuerpos de los presentes se tensaban, sabiendo que algo iba mal a pesar de estar ajenos a nuestra conversación, y el ambiente se llenó de emociones contenidas. La mirada de Dante se centró en mi rostro y sus puños se apretaron en un vano intento de controlar su naturaleza animal.

—¿Podemos hablar un segundo?

«No es un buen momento».

—Pues a mí me parece que sí —respondí irritada al sentir la furia que cargó sus palabras.

Dante había bloqueado la conexión del vínculo astral, impidiendo que llegase a mí el eco de sus emociones, que en aquel momento eran tan claras que podría percibirlas desde la cima de la montaña.

—Yo no quiero estar aquí cuando esto explote —dijo Víctor mientras nos señalaba y se levantaba de la mesa.

El resto de miembros del Consejo de la manada imitaron su comportamiento y asintieron con la cabeza en señal de respeto antes de abandonar el despacho, pero Dante y yo no rompimos el contacto visual. Sus ojos se transformaron para brillar con la fuerza de sus emociones y el color del oro derretido, haciendo que se me erizase la piel de la nuca al estudiar su rostro.

—¿Se puede saber qué te pasa? —pregunté sin poder contenerme durante más tiempo.

«No me pasa nada».

—Y yo soy un unicornio.

Los puños de Dante se apretaron hasta que sus nudillos se volvieron blancos y el alfa cerró los ojos para tratar de calmarse, tiempo que aproveché para levantarme y apoyarme sobre la mesa.

—Iba a volver —dije tras unos segundos de silencio.

Los ojos de Dante se abrieron al escuchar mis palabras y su mirada me quemó con su intensidad, removiendo las emociones que se acumulaban en mi pecho.

—Ya lo sé —dijo para mi sorpresa.

—¿Y cómo lo sabes?

«Tus cosas estaban en mi coche. Si pretendieses huir habrías cargado el tuyo y habrías desaparecido» —dijo con ira contenida en la voz.

—¿Entonces por qué estás tan enfadado?

«¡Porque no te podías quedar quieta, tenías que ir detrás del aberrante!» —gritó en mi cabeza mientras se levantaba de la silla, sobresaltándome.

—¿Y qué habría pasado de no haberlo hecho? ¿Qué le habríais hecho a Zoe de no haber estado yo allí? —exclamé furiosa.

«¡No tenías que haber estado allí y punto!»

La maldición del sol +18 (Completa)Where stories live. Discover now