Capítulo 6

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Tommy

La clase terminó y decidí preguntarle a la chica de mi lado su nombre. Con toda la pena que cargaba por lo que pasó en clase me atreví a acercarme.

–Ejem... hola – Toqué levemente su hombro y ella volteó sorprendida, al voltear ella estrelló su largo cabello en mi rostro.

–¡Hola! Oye, gracias por hacerle la pregunta a Mr. Amargado por mí. Me llamo Emily ¿y tú? – dijo. Arrugué la nariz y sonreí incómodo.

–Eh... puedes decirme Tommy – Ella se ruborizó y guardó su cuaderno rosa en la mochila del mismo color.

–Okay... nos vemos mañana, Tommy. –Tomó sus cosas y salió cotilleando con sus amigas, era muy linda. Tomé mi libreta y mi bolígrafo, los metí en mi mochila y bajé lentamente las escaleras.

–Detente

Me paralicé al escuchar la voz del profesor, volteé lentamente y vi que estaba recargado en el escritorio con los brazos cruzados.
–¿Sabes que cometiste suicidio académico cierto?–Me ruboricé al recordar el primer día de clases. Miré hacia el piso porque no podía sostenerle la mirada y asentí levemente.
–Te quedarás 2 horas más de clase durante todo el semestre.

Fruncí el ceño y alcé muy lentamente la mirada procurando evitar sus penetrantes ojos azules. Mr. Brown se separó del mueble y de un solo movimiento rompió la distancia entre nosotros. Mientras intentaba apelar a su decisión de robarme 2 horas de mi día, que por cierto para un universitario son demasiadas, él se acercó y recargó una mano en la pared, justo al lado de mí, mi corazón se aceleró, observé sus labios que sonreían de forma irónica. Sus ojos atraparon los míos sin querer y deje lo que quería decirle al aire, mi respiración se entrecortó y comencé a sentir que mi corazón se podría salir de mi pecho en cualquier momento, incluso sentí que se me revolvía el estómago y mis piernas comenzaron a temblar. <Piensa rápido, Tomm> me dije y en un intento desesperado alcé mi mano para despedirme y salir corriendo de ahí, Pero en el momento que lo hice sus largos y delgados dedos se enredaron alrededor de mi muñeca, algo en mí se sacudió vertiginosamente. Él, mi profesor que parecía querer matarme me atrajo hacia él y juntó nuestros labios.


Dereck

<Pero que idiota>
¿Le estaba coqueteando? ¿Frente a mí?
Oprimí la tiza mucho más fuerte de lo que esperaba haciéndola añicos.
–Okay. Todos escuchen muy bien. Si después de mi explicación alguien me vuelve a preguntar algo tómenlo como suicidio académico.
No existe la perfección porque no puede haber un balance. Para qué haya un balance debe haber categorías, que en este caso hipotéticamente serían "bueno" y "malo" –Enfaticé las comillas con ambas manos –pero hay un diminuto problema, no existe nada totalmente bueno ni nada totalmente malo, así que su teoría –señalé a la zorra–es estúpida.

>> La perfección no existe en sí, dejando a un lado las concepciones religiosas y de la estupidez del "balance", las distintas definiciones que se le han otorgado a lo largo del tiempo lo asocian con todo lo "bueno". –Consideré explicar las implicaciones de lo bueno y lo malo, es decir, de la ética, pero eso llevaría al menos un semestre completo y quería que esta clase acabara de inmediato, les daré la hora libre después de que termine de humillarla.
>>Nadie diría que una persona en balance es perfecta, pues eso implicaría que tiene elementos contrapuestos en la misma medida. Trayendo a colación lo mencionado por la señorita y arrepintiéndome de tratar de no mencionarlo, al Dios cristiano se le ha adjudicado el término de perfecto, claro que al hacerlo no podemos imaginarnos un Dios benévolo y maligno en proporciones iguales. Con esto solo trato de contraargumentar y dar ejemplos. El debate de la existencia de Dios puede implotar frente a mí y no haré nada, por cierto, quien quiera abogar por cuentos fantásticos por favor cambie de clase. –No podría soportar otro crío idiota abogando por la existencia de un ser moral invisible.

>> Eventualmente analizaremos el argumento ontológico de San Anselmo, pero para que sus pequeñas cabezas entiendan la refutación a él tienen que aprender lógica. Vendría bien que repasaran algo de metafísica y lógica formal, sobre todo usted– de nuevo señaló a la chica – para que no diga estupideces frente a 40 personas.

¿Por qué carajo nadie piensa antes de abrir su boca? Eso me molestaba más que cualquier cosa, bueno, casi cualquier cosa.
Miré de reojo a Tomm y noté que estaba ruborizado. ¡RUBORIZADO! Mi respiración se volvió entrecortada, y mis manos se hicieron puño.
<Espera unos minutos y veamos quien te hace ruborizar más> empujé mi mejilla con mi lengua, en verdad estaba cabreado.
Después de terminar de apuntar unas notas en la pizarra sonó el timbre que no correspondía al final de nuestra clase pero hice un ademán sin verlos y los animales idiotas empezaron a abandonar el salón. Discretamente volteé y alcé mi mirada. Él estaba hablando con una chica y vi toda la estúpida escena de coqueteo adolescente. ¿Qué carajos le sucedía? Le cobraría esto bastante caro. Claro que lo haría. Espere unos instantes y afortunadamente él fue el último en salir.

–Detente.

Su pequeño cuerpo se detuvo en seco y volteó como si estuviera a punto de presenciar la muerte de alguien, si no fuera tan lindo sería la suya.
<Maldición. ¿Qué le digo?>
–¿Sabes que cometiste suicidio académico cierto? –fue lo primero que salió de mi boca, la verdad es que casi todos mis alumnos lo cometían, no era algo nuevo.

Él se ruborizó levemente y agacho su cabeza. Sonreí y me acerqué a él. <Aún lo puedes poner más abochornado> me dije.
–Te quedarás 2 horas más de clase durante todo el semestre.
Mi yo interior estaba brincando sobre su cama y gritando como chica universitaria a la que la invitaron a una fiesta de fraternidad.
Él se desconcertó y alzó tímidamente su mirada. Decidí hacer lo que tantas ganas tenía de hacer en cuanto lo vi entrar y me acerqué a centímetros de su rostro.
Él balbuceaba sin emitir sonido mientras mi mirada apreciaba todo su rostro. Sus grandes ojos cafés me miraron temerosos hasta que intentó largarse, no iba a permitir eso <Oh, no. No te irás sin antes esto>

Tomé su muñeca y lo atraje hasta mi boca.

Different Love [En Edición]Where stories live. Discover now