Capítulo 5: Broken Heart

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Tommy

-Ya, por favor. Deja de llorar, me destrozas a mí -Susurró Ian abrazándome bajo la lluvia.

-L-Lo sien... to -Él no me soltó y así duramos unos minutos hasta que sentí sus brazos apretarme mucho más fuertes, se acercó a mi oreja y con una voz aterciopelada logró pronunciar:

-Tommy, nunca te tendrás que volver a preocupar por él, ¿me entiendes? Nos iremos de esta ciudad, empezaremos algo nuevo, sólo tú y yo. Como siempre debió haber sido.

-Yo quiero ir a casa. -No es que no valorara lo que Ian hacía por mí, pero, hacía tan sólo unos minutos de mi ruptura con Dereck.

Ian paró un taxi y se quitó sus chamarra para ponérmela, aunque ya no tenía mucha utilidad ya que ambos estábamos empapados. Todo el camino la pase inexpresivo, sólo viendo las gotas de lluvia resbalar por la ventanilla.
Llegamos a mi apartamento e Ian me abrazo para no caer, sentí mis piernas temblorosas y sin fuerza. Nos metimos al viejo edificio en total silencio.
-Tomm, ¿Quieres que me quede aquí esta noche?
-S-Sí... -No quería estar sólo, y el lugar estaría hecho un asco.
-Okay, a ver... ¿La llave...?
-No vuelvas a mencionar la puta llave por el resto de tu vida. -Su expresión cambio, frunció el ceño y de su bolsillo sacó una tarjeta. -No pensarás usar un viejo truco de peli... -Él simplemente la deslizó entre la cerradura y el marco cuando esta se abrió.
-Decías... -Mostró una larga y perfecta sonrisa. Por el contrario yo entorne los ojos y me adentre en la obscuridad. Busque el interruptor de la luz sin éxito. A los pocos segundos Ian lo encontró y la fuerte luz me cegó por un instante. -Vamos, tienes que ducharte y dormir.
-No quiero. -Hice un puchero y me tiré en el polvoriento sofá. -Quiero tirarme aquí, comer mucho chocolate y dormir diecinueve horas al día.
-¿Sí? Yo quiero un Ferrari. Pero ya ves, no se puede todo. Vamos a tu habitación. -Prácticamente me cargo, caminamos hasta llegar a la habitación y me empujo hacia la cama. -Quítate la ropa.
-¿Ah? -Abrí los ojos como platos. El entrecerró sus ojos y sus labios formaron una línea.
-Sí, Tommy. Te voy a violar después de que terminarás con el amor de tu vida, muy inteligente de mi parte. -Se sacó la playera mojada refunfuñando porque todo en el lugar estaba descuidado y polvoriento. Aparte la mirada e hice lo mismo. -No te vas a meter a la regadera ¿cierto?
Negué con la cabeza.
-Bien, entonces párate -Hice lo que me pidió, levantó las cobijas y me hizo una señal para que me acostara. Me quede donde estaba, tenía mucho frío y mis músculos no respondían. -A ver. Te traeré una playera, pero si te da un ataque de asma por tanto polvo es tu culpa.
-No... Así... Así estoy bien. -me senté en la cama e Ian de todas formas fue al guardarropa y me trajo una toalla.
-Esta bien, pero por lo menos duerme con el cabello seco. -Se arrodilló frente a mi y con sus grandes manos masajeo mi cabeza hasta que el cabello dejo de empapar la toalla. -Listo.
Me acosté tembloroso, aún no podía creer que esto estuviera pasando. Él dio la vuela a la cama y se dejo caer a mi lado, nos tapó con las cobijas y pasó un bazo por mi torso pegandome a él. Esto definitivamente era incómodo, sabía lo que él sentía por mi y no quería darle falsas esperanzas, pero por ahora necesitaba a mi amigo cerca, así que no dije nada.
-Tranquilo... Puedes... Puedes pensar que soy él. Imagina que es él quien te abraza, cierra tus ojos e imagínatelo. -Le obedecí y sorprendentemente una tranquilidad llenó la habitación. Besó mi cien y después mi oreja, bajo por mi cuello y sin preverlo un gemido salió de mis labios.
Me asuste de lo que estaba haciendo y lo detuve.
-Ian...
-Lo sé, lo siento. -Aparto su mirada y la dirigió al techo. -Mañana hablarán y todo se solucionara, te romperá el corazón por segunda vez y ahí estaré yo, esperando para curarte. -Sus palabras me dolieron hasta el estómago, no espera, no fueron sus palabras. De verdad me sentía mal.
Corrí al baño, aún a media luz pude ver el retrete y me arrodille frente a él, vomité todo lo que había comido en mi vida.
-¡Tommy! -Corrió detrás de mi y encendió la luz. Al ver lo que estaba pasando se dejo caer junto a mí, con una mano acaricio mi espalda y con la otra apartó mi cabello del rostro susurrando lindas palabras. -¿Quieres que te lleve al hospital?
Con la cabeza parcialmente metida en el retrete negué con la cabeza.
-¿Seguro? Que tal si es grave, podrías estar intoxicado...
-Te dije que no. Estoy bien. -Ian suspiró molesto y me pasó un poco de enjuague bucal, me levanté del piso y volvimos a la cama.
Ambos nos quedamos callados y volvió a abrazarme, rápidamente me quede dormido escuchando dos palabras
-Te amo. -Quise contestarle, pero sabía que al único que realmente amaría sería a Dereck.

Different Love [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora