Tócame... Pero no me toques.

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Tommy

—¿Cómo es que conoces a Brown? —Dijo Ian mientras conducía camino a la fiesta.
—¿Cómo? Es mi profesor...
—Sabes a que me refiero — Yo sabía perfectamente lo que quería decir con eso, pero la verdad es que ni siquiera sabía si yo conocía a Mr. Brown, solo sabía que el que él tuviese novia y a la vez se besara con chicos de su clase me dolía.
—Deja de joder, sólo conduce.

Ian pasó todo el camino hablando desu viaje, de los problemas financieros de su madre y de la posible venta de su departamento. Condujo y habló unos 45 minutos y las calles se transformaron en una carretera larga y rodeada de arboles, habíamos salido de la ciudad. Ir hacia ningun lado se estaba volviendo más incómodo a cada segundo. De la nada Ian se detuvo en la carretera, se hecho de reversa sobre la hierba y se infiltro en el oscuro bosque por un camino bastante disparejo.

—¿Pero qué...? ¿A dónde vamos?
—A la fiesta, tonto.
Después de los minutos más largos de mi vida llegamos a lo que parecía ser una fogata.
—¿Es en serio? Estamos en medio de la nada.
—Así es como debe de ser, Tommy.

Nos bajamos del auto e Ian fue corriendo a saludar a medio mundo, él siempre era así, con un montón de amigos por todos lados, incluso aquí que se perdió basicamente todo el semestre pero conoce a todos.
Trajo dos vasos rojos llenos hasta el tope con un líquido dorado que olía muy mal.
—Es cerveza. Sólo conmigo podrás embriagarte ¿Vale? No dejaré que nadie se aproveche de ti.
—¿Qué?
—Bebe y sé feliz.

Lo siguiente a eso es una niebla en mi memoria. Ian tomando y bailando, besando chica tras chica y yo sentado bebiendo un vaso tras otro. No es que me gustara, a decir verdad el sabor de la cerveza es muy amargo y me quema la garganta, prefería los sabores dulces, pero el caso es que no tenía nada más que hacer, Emily estaba molesta conmigo por dejarla plantada y se notaba en la manera en que me miraba desde un árbol algo alejado. Al cabo de un rato me intenté poner en pie para ir al auto, los chicos más cercanos a mí no hablaban pero estaban fumando, todo el humo me llegaba y solo quería llegar al auto para dormir hasta que Ian decidiera que era hora de irnos, aunque no sé quien carajos conduciría ya que ambos estábamos muy mal, pero, cuando lo intenté perdí el equilibrio y volví a caer sobre el tronco en el que estaba, Ian corrió hacia mí con otro vaso, pero ahora el líquido era trasparente.

—Toma, esto te hará sentir mejor
Estiré mi brazo sin ninguna objeción y di un sorbo, era amargo también pero al final me dejaba un sabor dulce y por eso seguí tomándolo.
—Ven conmigo —Dijo Ian jalándome del brazo.
Caminamos en silencio durante unos minutos hasta que casi perdí de vista la tenue luz de la fogata.
—¿Cómo te sientes?
—Quiero ir a casa.

Él se me acerco y puso sus manos a cada lado de mi rostro.
Mi primer impulso fue rechazarlo, pero me quede pensando... Si Brown tiene tan duro el corazón como para jugar con los sentimientos de un chico de 19 años, con su novia y con quien sabe cuantas personas más ¿qué importancia tenía lo que hiciera? Y dejé que Ian me besara.
Fue realmente extraño. Todo era extraño esa noche, sus labios estaban muy húmedos y sabían a cerveza. Ian levemente movió sus labios contra los míos esperando que respondiera y lo hice como pude: torpemente. Él introdujo su lengua y jugueteo con la mía, en medio de la borrachera, la música y las emociones que se mezclaron, con lo que hasta ahora había sido lo más parecido a un hermano, me imaginé vagamente que a quien estaba besando era a mi profesor.
Él metió una de sus manos bajo mi suéter y me jalo hacia él, mis brazos se quedaron inmóviles y estoy seguro que parecía un muñeco de trapo. De pronto sentí algo que oprimía contra mi entrepierna, abrí los ojos como platos y empujé a Ian.

Pensaba gritarle algo hasta que vi un enorme puño golpeando su mandíbula y dejándolo inconsciente.
—Dios, estoy alucinando.
—No, idiota. Te acaban de intentar violar y tú te dejaste. —Mr. Brown estaba detrás de mí con sus dos manos hechas puño. —Vámonos.
—P-Pero... —señalé a Ian, quien estaba tirado en el piso con una mano tratando de levantarse y la otra rodeando su quijada.
—He dicho ¡Vámonos! —Me tomó del torso y prácticamente me arrastró hasta su auto, me metió en el asiento del copiloto y manejó bruscamente hasta estar en la carretera. —Estaba mareado y no entendía bien lo que sucedía.
—¿En qué estabas pensando? ¡Pudieron haberte matato ahí mismo! —No lo estaba escuchando del todo, miraba por la ventanilla tratando de enfocar lo que veía, todo estaba borroso, ¿Así se siente estar borracho?
—Dime que no te toco más de lo que vi —Sus palabras me regresaron al piso.
—¿Qué? N-No... Él es como mi hermano.
—Pues déjame decirte que estaban a punto de cometer incesto... Mira, sólo déjame conducir y meterte a la ducha con agua helada —Me recargué sobre el vidrio de la puerta, no quería hablar por miedo a decir alguna idiotez, sentía que si dejaba salir, aunque fuese una palabra, todos mis pensamientos saldrían a borbotones. Traté de escuchar atentamente las canciones que se reproducían en la radio de este precioso auto, eventualmente se repitió la primera canción que escuché y me di cuenta que no era la radio, que él pone CD's. Después de escuchar el disco que puso pensé que todas las canciones eran tristes ¿todo el tiempo se sentirá tristre?

Different Love [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora