Capítulo 5: Morir no es tan fácil

7.5K 665 29
                                    

Dereck

Mi cabeza dolía y me costó mucho separar mis párpados. Vaya, creo que sí existe una vida después de la muerte. Un pitido constante fue lo que más me molestó, ¿Así sería mi eternidad? Pero... de esto no hablaba la biblia... Espera un segundo.
Frente a mí había una pared totalmente blanca, y de mi lado derecho una gran ventana con vista a una ciudad llena de edificios y parques. Oh no...

Levanté mis manos y las puse frente a mi rostro, dos muñequeras de elástico blanco cubrían mis muñecas.

Oh no

—¡Dereck! ¡Espera, no te muevas! ¡Enfermera, enfermera! —Era Anne quien estaba sentada al lado de mi cama de hospital.

No lo logré...

Me puse a gritar y maldecir, agité mis brazos y piernas, me senté sobre mí mismo e intenté bajarme de la cama

—De-Dereck... espera... —Susurró Ann asustada.

¿Tanto drama para que al final no muriera? Pronto llegaron dos enfermeras y me intentaron tranquilizar, pero simplemente no escuchaba a nadie. Arranqué los tubos en mi brazo y en el dorso de mi mano haciendo un verdadero desastre de sangre y solución. Luego llegaron dos tipos enormes que me sostuvieron e inyectaron una porquería de color trasparente.

—¡Hey! ¡suéltenme! Alejen eso de mí— Todo se empezó a volver borroso, lo último que vi fue a Anne con el ceño fruncido y lágrimas en sus ojos

Desperté tomando aire de una sola bocanada como si lo hubiera estado conteniendo por días, y así era.
—¿Dereck? ¿Cómo te sientes? ¿Llamo a la enfermera? —Negué con la cabeza y la miré. Estaba totalmente desalineada, con el cabello sucio y ropa con manchas de comida y tierra. ¿Qué estuvo haciendo? —¿Cómo te sientes?

No contesté y aparté mi mirada.

—Llevas... Llevas cinco días sólo durmiendo. ¿Tienes hambre? — ¿Qué? ¿Hambre? Pff Sí, me intento suicidar, no lo logro, y en lo primero que pienso es en comida. Ella me miró adivinando mis pensamientos. —Okay... Mala pregunta.

<¿No? ¿En serio?>

Entró una enfermera y la fulminé con la mirada, quiero estar solo.

—¡Miren! El pequeño ya despertó, ¿Cómo te sientes, amor? —Puse la peor cara que pude, <no soy pequeño y mantenga sus palabras de consolación para niños con cáncer> pensé.

—Mal, sigo vivo.
—Ah... ya veo. —La señora miró a Anne esperando una intervención de su parte.
—No tiene que esperar que ella la salve. Soy un suicida, no un asesino.
—Vale..., creo que lo mejor será que descanses otro par de horas. —Se acercó a mí con otra jeringa y yo la aparté de un manotazo.

—No se atreva a dormirme o me tiro ahora mismo por la ventana. —Anne ahogo un gritó y la enfermera pasó saliva. Corrió fuera de la habitación y ya no hubo molestias. — ¿Por qué no estoy muerto?

Mi voz era distinta, ya no era la del chico vulnerable y sensible que siempre fui.

— ¡Ya me cansé! —Ella se acercó a mí y golpeo fuerte mi cabeza — ¿Cómo carajos se te ocurre matarte? ¿Y tu familia? ¿Y Kurt?

Escuché su nombre y algo se rompió dentro de mí. Obviamente ella no sabía lo que paso.

—N-No quiero hablar de eso. Déjame en paz, quiero dormir. —Después de decir esto entraron como invocados tres camilleros y me inyectaron el líquido transparente. No puse resistencia, esperé que sobrepasaran la dosis correcta.

Estaba consiente, pero no despierto del todo, desde la última vez me mantenían sedado todo el tiempo. Supuse que me mantenía así por mucho tiempo porque cada que habría los ojos Anne estaba vestida de diferente forma.

Por fin, después de dios sabe cuánto, me dejaron volver.

—¿Dereck? Por favor, ya despierta. —Abrí los ojos y vi a mi mejor amiga sosteniendo mi mano —¡Dereck! ¡No te alteres, por favor! Ya no quiero que te droguen estos imbéciles.

—Te quiero, Anne —La abracé y lloré en su hombro. Saqué todo el dolor que tenía en la única persona que me quedaba.

—Ta-También te quiero. ¿Cómo pudiste hacerme esto? ¿Sabes lo que hubiera sentido si no llego a tiempo?

—Pero... era mi decisión, no la tuya.

—Tus decisiones y tú me importan un carajo. —Sonreí, aunque la sonrisa no llegó a mis ojos. —Vuelves a intentar cualquier otra pinche estupidez de este tipo y yo misma te mato.

—Gracias por tu amor. —Dije sarcástico.

—Ya, en serio. —Limpió mis lágrimas con sus pulgares —Todo estará mejor ¿Okay?

Sabía que era una estupidez, pero quise creer que era verdad. —¿Lo prometes?

—Lo prometo.

Different Love [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora