Capítulo 9

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Tommy

Me pareció una eternidad el tiempo que tardó el elevador en bajar un piso ¡UN PISO! Mi espalda estaba recargada en el muro frío y metálico del ascensor, aún tenía los jeans desabrochados y la playera un poco alzada sobre mis -apenas visibles- músculos. Mi respiración era irregular y jadeante, aún no podía asimilar lo que acababa de suceder. Abroché bien mis jeans y arregle mi cabello -el cual estaba totalmente hecho una mierda –¿Qué voy a hacer, carajo?

Las puertas por fin se abrieron en mi piso y salí caminando lentamente -corriendo- hasta llegar a la puerta del apartamento de Ian.
Ian... Todo esto era su culpa, si no se hubiera llevado mis llaves yo estaría felizmente always-virgen como siempre leyendo o jugando videojuegos. Intenté idear alguna forma para entrar sin tener que romper la gran puerta de madera oscura, pero lo único que se me ocurría eran movimientos que vi en Karate Kid y que claramente no sería capaz de emular.

Suspiré y decidí irme a un hotel, total, mis ahorros no eran para algo muy importante. Cogí mi celular, que gracias a dios llevaba en los jeans y le envíe un mensaje de texto a Ian.

"Me quedo en un hotel, no encontré la llave" A los pocos segundos de enviado, recibí su respuesta. "Eres un tonto. Yo lo pago, es mi culpa que tengas que hacer esto. Lo siento"

Bloqueé mi teléfono y me dirigí a las escaleras de emergencia, prefería bajar 9 pisos antes que volver a pasar algo como lo de hoy.


Dereck

Lo vi tras las puertas del ascensor, asustado y cohibido como un gatito. Algo en mi se removió, algo no estaba bien. Mi corazón estaba acelerado y un extraño sentimiento me oprimía el pecho, di media vuelta y entré en mi apartamento, delicadamente cerré la puerta y caminé hasta mi sillón. Encendí el televisor con la esperanza que me distrajera, pero a cambio sólo logró enfadarme. <Estúpidos programas basura> me puse en pie y fui hasta mi recámara, cuando me recosté noté que aún tenía la chaqueta de Tommy en mi mano derecha.
<Esto no está bien> cuando lo besé sentí algo más que con cualquie... Mis pensamientos fueron interrumpidos por el vago recuerdo de Kurt y solo apreté mis ojos. <No me puedo permitir sentir esto por nadie otra vez. No voy a emocionarme de más>
Una vibración me separo de mis pensamientos y conteste el teléfono

–¡HOOOLA! –Dijo Anne con un molesto entusiasmo
–¿qué quieres?
–¿Ahora que te pasa?
–No... No es buen momento, Anne.
–¿Estas bien? ¿Necesitas que vaya para tu casa? ¡No te muevas! ¡No hagas ninguna estupidez! ¿Entendiste? ¡Estoy bajando las escaleras de mi apartamento, sólo no te muevas de dónde estés!

Estaba cabreado, muy cabreado y hable sin pensar, sólo apreté mis dientes y gruñí:
–Estoy harto. Estoy harto de que todo lo que pienses cuando me llamas es si me volveré a intentar suicidar. No, no lo haré para tu mala suerte. Y si me dieran ganas de hacerlo no te daría la más mínima señal, así que hagas lo que hagas no evitarás nada. Deja de intentar salvarme, mierda, nadie lo logrará ¿Entendiste? Nadie, ni siquiera tú. Así que ve a limpiarle las lágrimas a otro.

Jadeaba y oprimía tan fuerte el celular que por un momento pensé que le destrozaría la pantalla. Mis ojos apenas podían contener las lágrimas.
–...
Anne no hacía un sólo sonido. Comencé a repetirme lentamente lo que dije hace unos momentos, al principio no tenía sentido ni razón, sólo eran palabras unidas sin más. Intenté que cobrarán sentido en mi mente pero cada vez me era más difícil concentrarme en lo decía, hacia o veía, todo era confuso.
–Anne...
Poco a poco la niebla que me impedía ver en mi propia mente se fue dispersando hasta que lo que dije cobró sentido para mí.

–A-Anne... Lo siento, yo no quise decir nada de eso ¿sí? Di algo.
–Aquí estoy pero, Dereck...
–¿estas enfadada?-Mi voz se hacía cada vez más como un susurro.
–No, Dereck. Estoy mucho más que eso.
–No debí contestar el teléfono.
–Hablamos luego –Tres pitidos le siguieron a esas palabras y lancé mi celular a través de la habitación, cuando chocó con la pared se hizo añicos, vi algunas piezas separarse.

<¿Por qué siempre la cagas, Dereck
?> me acosté un momento sobre las cobijas y abracé la chaqueta de él. Aunque fuera el recordatorio más reciente de como arruino todo lo que quiero, ese olor a shampoo de fresa y perfume amaderado me hacía sentir mejor. Mucho mejor.

Pronto la hice de lado y tomé el libro del que hablaría en clase el día siguiente. Tiempo en tiempo alzaba la mirada del libro para observar la chaqueta. 

Different Love [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora