Capítulo 7

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Dereck
Sus suaves y húmedos labios resbalaban muy tiernamente sobre los míos, hacía mucho tiempo desde que nadie me besaba así...
Me enderecé un poco más y deslicé mi brazo izquierdo por su espalda alzando un poco su delgado suéter, contuve las ganas de tocarlo lo más que pude, pero aun así él se estremeció.
–Hum...
<No... Espera, un poco más> supliqué para mí
Lo atraje contra mí y el dejo de moverse. Abrí mis ojos y me separe de él.

Su rostro estaba totalmente rojo, incluso sus orejas <"Poner a Tommy más rojo que esa zorra" ✔️ Completado>
Sonreí y alce su barbilla con mis dedos.
–No vuelvas a ruborizarte por nadie que no sea yo ¿Entendiste?
Me acerqué y besé la comisura de sus labios.
–E-Ehm... Y-Yo...
–Te espero mañana –Me volví al escritorio y comencé a ordenar mis papeles.
Tommy intentó salir corriendo del salón, pero se tropezó con sus cordones y cayó al suelo. Sonreí para mis adentros.
–Amarra bien tus cordones, tonto.
Él se puso en pie y salió exagerando cada paso del salón.

A decir verdad, siempre que besaba a alguien era bien recibido. Pero, al besarle tan repentinamente sentí una punzada de culpa, claro que fui muy bien recibido, pero algo no se sintió correcto. No era que fuese mi alumno, eso nunca fue un problema para mí, es complicado de explicar. La ironía en de todo esto es que tratando de perturbarlo y dejarlo pensando en mí, yo fui el que se quedó pensando en ese beso por largo rato.

Tommy

Mis piernas temblaban incontrolablemente y mi corazón estaba a nada de salir disparado de mi pecho.
–No vuelvas a ruborizarte por nadie que no sea yo ¿Entendiste?
<¿C-Cómo es que él estaba tan tranquilo?>
Besó la comisura de mis labios y fue hasta su escritorio a arreglar sus cosas.
–Eh... Y-Yo... –Mi voz estaba a punto de quebrarse, pero para empezar... ¿Qué le digo? É-Él acaba de... de...
–Te espero mañana.
<¿¡QUÉ!? ¿¡DESPUÉS DE ESTO TODAVÍA ESPERABA QUE ME QUEDARA CON ÉL A SOLAS!?>
Acomodé la mochila en mi hombro y giré para salir corriendo de ahí. Alcé mi pierna pero esta no hizo lo que le ordené gracias a mi estúpida manía de no abrochar bien mis tenis y caí al suelo. Quería llorar, juro que quería llorar.
–Amarra bien tus cordones, tonto.
<¿¡QUÉ!?>
Me puse en pie y caminé muy cuidadosamente hasta estar fuera del salón, y cerré la puerta más fuerte de lo que me creí capaz. Giré mi cuerpo sobresaltado, pensé que habría partido en dos ese trozo de metal, pero éste estaba intacto.
Algunos alumnos y profesores de otros salones salieron a ver qué pasaba
–Eh... Yo... L-Lo siento, fue el aire.
Sentí que mi rostro estaba a punto de incendiarse. Todas las miradas pasaron de mi pequeño cuerpo a la puerta y al notar que no había nadie sangrando en el suelo volvieron a los salones y cerraron sus puertas.
–¡Pff!
Me recargué contra la pared y me resbalé lentamente. Él me besó... El profesor me besó.
Mordí suavemente mi labio -aún húmedo- y agaché mi mirada. Decidí no entrar a las clases hasta pasada mi hora libre. Me puse en pie y corrí a la cafetería.

Ian
Pasé toda la clase de física pensando en lo que había pasado en la mañana con Tomm. <Eres un verdadero idiota ¿Cómo mierdas se te ocurre intentar besarlo?>
La vergüenza y el arrepentimiento ganaron y me recargué sobre mi pupitre, mis párpados de pronto se sintieron mucho más pesados y me quedé dormido.
–O-Oye... La clase ya terminó. –Sentí unas manos moviéndome delicadamente para que despertara
Abrí un poco mis ojos y vi a la chica más linda que jamás había visto. Su pequeño rostro estaba enmarcado por largas mechas de ondas color caramelo, sus ojos eran aceitunados y sin gota de maquillaje. Sus mejillas se pusieron rosadas después de notar que estaba siendo observada.
–Hum, lo siento. Estaba algo cansado y creo que no noté que me dormía, soy Ian ¿y tú eres...?
Me levanté apresuradamente de mi asiento y ella dio unos pasos hacia atrás.
–Emily. –Sonrió tímidamente
–Perfecto. ¿Vamos a comamos algo juntos? –Ella frunció levemente el ceño y no contestó.
–... Junto con mi amigo Tomm. – <¿Qué? ¿Enserio quieres verlo ahora?>
–Sí. Creo que ya lo conozco. –Una punzada de celos recorrió mi cuerpo. Por lo regular las chicas se fijaban primero en mí.
–Vamos entonces –Dije muy fríamente.
Entramos a la cafetería y tomé a Emily por la muñeca.
–Es por allá –Señalé la mesa donde estaba Tommy.
–Hola –No estaba seguro de cómo reaccionaría Tomm pero, al parecer no recordaba nada de lo de la mañana. Eso me cabreó un poco.
– Ian –Sonrió y bajó su mochila para hacerme un lugar y poder sentarme. –¿Emily? ¿Se conocen?
Ella se sentó al lado de mí y asintió.
–En realidad nos conocimos hace unos minutos.
–Ah. Que bien. –Tommy me quitó la mirada de encima y movió incómodo su comida.
–¿Qué te sucede? ¿Es por lo de la mañana?
–...
–¡Tommy! –grité para llamar su atención y él derramó su bebida encima de mí.
–¡AH! Lo siento, Ian. No fue mi intención – Sus mejillas adoptaron un color rojizo, eso me gusta. Los tres nos quedamos en silencio y tres segundo después soltamos una enorme carcajada.
–Déjalo. Yo lo hago. –Le quité la servilleta de las manos y me limpié. Él sonrió y empezó a limpiar su desastre.
Mientras lo veía mover débilmente sus manos y reír junto con Emily me prometí que el nunca sabría cuánto lo amo. Cuanto lo amé desde el primer momento que nuestros ojos intercambiaron miradas. él seguramente no sospechaba absolutamente nada... Y por lo de la mañana... Diría que solamente estaba jugando. Sí, eso funcionara.
Pasamos más tiempo del debido riendo y platicando sobre todo tipo de temas.
–Ejem... Ustedes faltan mucho a clases ¿cierto? –dijo Emily divertida. Tomm y yo nos miramos y rompimos en carcajadas
–Sí, algo así...
–Todo es tu culpa –dijo Tommy entre risas.
Sentí una vibración en mi bolsillo del pantalón y vi un mensaje de mi mamá.
"Hijo, tienes que venir a casa, ¿puedes llegar mañana? Es una emergencia "
–Sí... Creo que debo irme en estos días.
–¿A tu casa? Pero... ¿Todo está bien?
–Hum... Sí. Sólo tengo que ir con mamá. –Tomm abrió mucho los ojos y la sonrisa se le borró.
–¡Pero eso está a 15hr!
–Lo sé... Lo siento, Tomm. Pero tengo que ir. Nos vemos hasta el lunes ¿Okay?
Él puso mala cara e hizo un puchero como si tuviera 5 años
–Pues... Ya que.
–No te pongas así. –Le desordené el cabello con mi mano y me despedí de Emily.
–No dejes que cometa alguna estupidez ¿vale?
Ella sonrió y asintió.
Una papa frita golpeó mi cabeza.
–¡Hey! ¡Tomm!
–No necesito niñera... –Se cruzó de bazos y frunció el ceño. Reí y noté que los cordones de sus tenis estaban totalmente desamarrados.
Me fui pensando en eso.

Different Love [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora