Capítulo 24

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Tommy


Desperté casi en un grito, en algún momento de la noche Derek se metió bajo las sábanas a mi lado. El despertador de mi celular sonó justo cinco minutos antes de la hora para irme.

—¡Ah! Maldición.
—Uhg... Cállate, deja dormir. —Me reí por lo bajo.
—Dereck, tengo que irme. Tú también deberías pararte ya. Él se cubrió con las sábanas y maldijo.
—Ya voy... No, la verdad quiero quedarme aquí e intentar dejarte embarazado.
—¡Levantate! —Le arrojé su camisa mientras me metía en mis jeans.
—Ve a comer algo, te espero en el auto.
Salí de la habitación todo desaliñado y me preparé leche con chocolate. Después de unos dos minutos Dereck salió de la habitación perfectamente vestido e impecable.
—¿Cómo es que...?
—Vámonos —Me tomó de la muñeca y salimos hasta las puertas del elevador.
Esperamos unos cuantos segundos y se abrieron las puertas, nos metimos y esperamos. El trayecto fue incómodo, me la pasé imaginando todo lo que dirían al vernos llegar juntos después de lo que pasó en la fiesta. En mi mente todo el campus vio lo que pasó, podía ya despedirme de mi reputación como hetero. Cuando estuvimos frente al edificio A nos bajamos y esperé que él dijera algo.

—¿Qué?
—Eh... —Miré hacia el suelo pavimentado y me ruborice levemente.
—No te ruborices cuando no puedo besarte libremente, me despedirán si lo hago. —Su comentario me hizo ruborizar aún más.
—Mejor me voy.
—Sí... Yo me voy a mi clase, aún tengo que asentar unas calificaciones, y empezar la clase de verano para los que no acreditaron, es decir, para más de la mitad del curso. —Asentí
—Pero puedes entregar las calificaciones hasta el viernes ¿no es así? —Por alguna razón deseé que me reprobara para poder estar de nuevo en su clase. Lo recordé caminando y hablando de cosas que no entendía, tan apasionado.
—Espera —Pasó su mano por detrás de mi cuello y juntó nuestros labios. Me separé limpiando mi boca y gritando
—¿QUÉ TE SUCEDE?
—Te dije que no te ruborizaras.

Negué con la cabeza y troté torpemente por el patio, pasé al lado de unas cuantas bancas con chicos charlando y riendo, algunas veces me siento demasiado sólo, como si nadie quisiera ser mi amigo.
Suspiré y alcé la mirada, un grupo de chicas vestidas con shorts que dejaban parte de sus nalgas al descubierto y camisas anudadas por encima de sus ombligos rodeaban a algo o a alguien, inmediatamente supe que se trataba de Ian, todas las chicas de ese estilo lo seguían como moscas.
—Déjenme... pasar —Dije mientras las separaba y me abría paso hasta él. Estaba de pie, con su típica sonrisa de lado pero un gran moretón cubría parte de su mejilla izquierda y su nariz. Se veía realmente mal.
—¿Ian? —Mi mejor amigo no había mandado ningún mensaje, ni había intentado contactarme y yo no tuve... tiempo. Supe de él hasta ese momento.
—¡Tommy! Ve conmigo, no te pierdas la historia de esta preciosidad —Dijo jalándome hacia su lado y señalando la gran galaxia de su rostro.
—Entonces, no estaba consiente de lo que hacía, esta fiesta fue la mejor. Simplemente me emborraché como nunca antes y besé a la mitad de las chicas del instituto. Y ahora, ¿quieren saber porque el ojo morado? —Todas las chicas más maquilladas que un maldito payaso lo miraron fascinadas y en coro dijeron "Sí"

>>Bueno, él gran profesor Amargado se apareció en la fiesta, nadie le dio importancia hasta que una chica llego corriendo a decirme que alguien la había intentado violar. Como buen caballero que soy la protegí y cubrí con mi chaqueta. Recorrí los alrededores de la fiesta buscando a quién le hizo eso, pero lo que me encontré fue aún peor.
Fruncí el ceño, yo estaba borracho, pero nada de lo que salía de la boca de Ian era cierto.
—Señoritas, agarren bien sus tangas por que lo que vi fue a Brown metiendo mano a una de las chicas
<PERO ¿QUÉ MIERDA?>
—E...Eso no es verdad.
Ian ignoró mi comentario y me zafé de él, corrí con la mochila al hombro mientras él me seguía.
—¡Tomm!
Lo ignoré tal como él hizo conmigo, no es posible lo que dice. Nada paso así, para empezar Dereck no es un amargado, es la persona más linda que puedes conocer. Y mucho menos era cierto eso de que él le metió mano a una chica... Sí le metió mano a alguien, pero no fue a una chica. Nunca perdonaría a Ian por decir algo así, era toda una mentira.


Dereck

—¿Ya terminaron "El Nombre de la Rosa"? —Todos los alumnos asintieron levemente y un chico de grandes gafas y pelo blanco alzó su brazo.
—¿Qué quieres?
—Tengo una duda
—¿Qué quieres? —Repetí molesto
—Esto... ¿Tiene algo que ver con filosofía? —tomé el inicio de mi nariz con el pulgar y el índice, estaba ya molesto.
—Como ninguno de ustedes pudo dar una definición aceptable de filosofía en el examen, sí, sí tiene que ver con filosofía un recurso literario sencillo para que puedan interiorizar y sobre todo entender el significado de lo que están estudiando. —Así que anoten —Escuché los bolígrafos y lápices preparándose para escribir, odio ese sonido. Estaba por dictar la definición de filosofía que había en el libro cuando el mismo alumno me interrumpió.
—No entiendo.
—Eso es porque eres idiota. —Nadie hizo ningún comentario, ya estaban acostumbrados a mi forma de dar la clase. — "Los libros siempre hablan de otros libros y cada historia cuenta una historia que ya se...
—¿Qué fue lo que más le gusto del libro? —Volvió a interrumpir. Fruncí el entrecejo y ladee la cabeza, con extremo desconcierto. Nunca ningún alumno me había preguntado algo así.
—¿Me estas preguntado "lo que más me gustó"? —Le miré incrédulo.
El chico estaba a punto de hablar cuando alguien entró, me cabreé y pensé que sería alguien que llegaba tarde, pero en cambio era el director de la Universidad. Cuando alguien me interrumpía me costaba tanto retomar el hilo de argumentación sobre el que estaba trabajando.

—Buenos Días, Mr. Brown. ¿Podríamos hablar?
<Seguro es por mi forma de dar la clase, no se porqué aún no me despides> A decir verdad estaba muy consciente de lo poco ético que era mi comportamiento, pero, en cuestión de entrega de calificaciones, de planeaciones y claramente de preparación no había nada que reprocharme

—Está bien, Dean —Miré a toda la clase —Nadie mueva un músculo hasta que regrese.
—En realidad, todos tiene la tarde libre, me tardaré un poco con su profesor. —Dijo el director.
Era un hombre muy joven, unos 30 a lo mucho. En cierta forma era atractivo, tenía un cuerpo atlético y siempre de traje.
—Acompáñeme, maestro. —Lo seguí por el pasillo hasta llegar a su oficina y me recargué en uno de los libreros frente a su escritorio.
—Brown, ¿estuvo en la fiesta de el sábado? —Me extrañó la pregunta, pero sólo asentí. Seguramente algunos chicos se habrían peleado y querían averiguar qué había pasado.
—¿Y qué hizo?
—Bueno, recogí a un chico que estaba ebrio al igual que su acompañante —Sabía que lo más importante era ocultar nombres.
—¿Sólo eso?
—Sí ¿por qué? —Me molesta que pregunten sólo con la intención de confirmar la respuesta anterior.
—Bueno, Brown. Tú sabes que eres el mejor profesor de aquí, eres un hijo de puta, pero eres el mejor. Así que si quieres manosear a una chica comprueba que no sea estudiante de aquí, me temo que la siguiente vez no lo podré ocultar del consejo. —Fruncí el ceño pero conservé mi postura relajada.
—¿Chica? ¿De qué me hablas, Dean?
—Sabes a lo que me refiero. Eres guapo, lo sabes perfectamente y las jovencitas también lo notan pero por favor, no con las alumnas.
—No entiendo ni una puta palabra de lo que dices. —Me enderecé y me acerqué a él, en medio del desconcierto de lo que me estaba diciendo nació el enojo de que las consecuencias por acosar sexualmente a una alumna fuera solamente una advertencia. Antes de poder decir algo al respecto Dean siguió.
—¿Hablas en serio? Ya, entre nosotros, dos viejos amigos. ¿No fajaste con nadie en la fiesta?
—Como viejos amigos ve y chinga a tu madre.
—¡Brown! No me hable así.
—Pues no digas idioteces, Dean yo no toque a nadie, a mí ni siquiera me gustan las mujeres.
—Hay un rumor sobre ti y una chica rondando por la escuela.
—Pues es eso. Un rumor. Seguramente un chico que no pasó la materia y quiere joderme —Me puse en pie y azoté la puerta de la oficina. Aunque dije eso sabía perfectamente quién lo había creado.
—¡Estúpido Spears de mierda! —Mascullé para mí y corrí hasta el patio.
Ahí estaba Ian, rodeado de chicas y caminé hasta él con la intención de destrozarle esa cara de niño bonito.

Different Love [En Edición]Where stories live. Discover now