CAPITULO 9

260 25 23
                                    

Dayla

Oups ! Cette image n'est pas conforme à nos directives de contenu. Afin de continuer la publication, veuillez la retirer ou télécharger une autre image.

Dayla

No puedo creer que me haya llamado para hablar solas. Tengo miedo por si él me reconoce o si busca algo más en esta llegada a Biden.

Es tan importante que no lo diga, que no pronuncie esas palabras ni formule una realidad que me hace querer esconderme detrás de la puerta para que las sombras me oculten. No puedo sentir cómo sus ojos se arrugan ni percibir los ojos de calor que en mi anterior hogar vivía.

— Dayla puedes sentarte allí señala una mesa del principio.

— Dígame de una vez— contradigo.

Que no sea lo que creo que es, que no me exponga, menos que se incline a un sentimiento disperso, el cual me obliga a estirar mi brazo que ya había escondido.

— Pues... Es importante que escuches hasta el final sin entrar en crisis.

Ok... al carajo la serenidad.

— ¿De qué habla? — Mi voz salió temblorosa.

Pido que si alguna vez me quiso o acaso conoce esta "nueva yo" no lo diga.

Tanto es el miedo que consigue que las luces se enciendan porque me he acostumbrado a la oscuridad. Ya no necesito más, por ello aparto mi mirada a la puerta abierta.

Los alumnos gritan mientras transcurren uno por uno frente mío, nadie se detiene ni siquiera les preocupa esta reunión

— Mira Dayla— habla dulcemente—. Necesito que lo sepas, que me escuches porque es importante para mí

No me encuentro lista, no estoy lista.

Aunque mi mirada se posa en las zapatillas que cambian a cada rato. Nada puede comparar a las que vi en una noche anterior, las cuales de hecho ahora mismo se detienen a unos metros de distancia delante de mí. Pude reconocerlas y un alivio me recorre en un largo suspiro.

— Profesor lo llaman desde la oficina de dirección—. Azier, el chico de esas zapatillas entra al aula e irrumpe nuestra conversación.

— Azier estoy en medio de una charla— aclara Edgar—. ¿Es urgente?

Se acercan para conversar, charlar y yo divago de tranquilidad.

Pensé estar preparada para hallar respuestas, más este momento demuestra el nudo de emociones que se instala en mi garganta por una situación de verdades, del pasado. Echó un vistazo a mis pies, los cuales no paran de balancearse; sube y baja.

— Disculpa Dayla, al parecer solicitan mi presencia— El profesor habla en un tono apenado que me refugia de nuevo en la sombra—. Hablamos luego.

¡Basta! Me recrimino que el significado de este señor me haga sentir como unos 6 años atrás, donde la familia lo era todo para mí e incluso ahora me hace sentir indefensa.

Cerebro vs Corazón © (Terminada)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant