EXTRA 3: Lo que pudimos haber sido en Halloween.

120 7 1
                                    

Lo que pudimos haber sido en Halloween

Línea temporal donde no hay problemas y Azier y Dayla siguieron conociéndose.

Sólo por diversión.

"Advertencia contenido +18"

Dayla

Las risas inundan la estancia, siendo más percibidas por mi oído en cuanto mis pasos se acercan a una casa en medio del famoso bosque de Biden. Desconocía la existencia de esta cabaña, sin embargo no tengo miedo, no cuando los "jajaja" reemplazan al silencio de una noche de Halloween como esta.

Quizá no tengo miedo, pero estoy nerviosa porque sigue siendo mi primera fiesta en todos mis dieciocho años. Por eso, aprieto mi mochila para que ninguna de mis pertenencias se pierda. Mi mirada se dispersa por todo el local y dejo que vigile a varios habitantes de mi ciudad. Personas disfrazadas de brujas, calabazas, payasos, demonios pero que ante todo destilan negro y naranja chillón.

Me esperaba olor a alcohol, drogas, mas no miradas cómplices entre amigos desperdiciados por todo el salón. Algunos caen en los sofás, otros en el piso, incluso hay parejas sentadas unos sobre los otros. Así es como suelto mis hombros y atraigo mi confianza de regreso. Redirijo mi mirada a otro ambiente, e intento buscar al organizador de esta fiesta.

— ¡Buh!— exclaman a mi espalda repentinamente. Al voltear me doy cuenta que no es nada más ni menos que mi chico.

Fue complicado darle una etiqueta a lo nuestro, al fin y al cabo no creíamos en el amor. Y sigo sin creer en su totalidad el significado de lo que otros proyectan como este sentimiento idílico. Para ambos sigue siendo el término de somos mejores amigos pero también podemos dar algo semejante a pareja. No quiero especificar qué exactamente, gracias.

— Hayes...— respondo con entusiasmo hasta que obligatoriamente este se esfuma por su disfraz— ¡Ay no!

— ¿Qué opinas de mi disfraz? ¡Tarán!

Se despega para darme un enfoque amplio de su cuerpo bañado de purpurina. Brilla como foco principal, y sus pantalones no se quedan atrás con el tono reluciente de una bola de disco.

— Azier ¿Qué mierda te hiciste?— pego un gritito.

Con mi asombro, él decide imitar un gesto grande que refleje por completo su indignación. Sus manos toman su pecho y un puchero se forma entre sus labios.

¡Estúpido!

— Pero es que... O sea luces como una pelota de disco— me aproximo a palpar su disfraz—. ¿Cómo se supone que te sacas esto luego? ¿Acaso no te mueres de frío sin camiseta? Y lo más importante ¿Cómo te pegaste cada brillo en tu casi perfecta piel?

Sus manos se posan en sus caderas, y por supuesto no deja el puchero.

— ¿Sólo eso te interesa?— cuestiona totalmente horrorizado.

Volteo a dar otro vistazo, dándome cuenta que somos el real foco de atención. El silencio se propago. La incomodidad surge y nuestras exclamaciones son la fuente de esto. Escondo un poco mi vergüenza, y rápidamente tomo las manos de la indignación en persona.

— Ven.

— Cualquier enamorada diría: ¡Qué guapo te luce! ¡Sexy! ¡Ese es mi chico!— farfullea— En cambio tú: Pero ¿Qué te ocurre? Bla bla bla. Tu piel, tu esto, o sea ¿Por qué?

—Calla—sentencio.

Nos dispersamos en el pasillo disponible a la derecha. Mis botas repiquetean el suelo con tal fuerza que le es imposible a mi acompañante no levantarme en sus brazos.

Cerebro vs Corazón © (Terminada)Where stories live. Discover now