CAPITULO 2

673 65 31
                                    

Dayla

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Dayla

Dayla llegó tu tío preferido— sonrió al ver quién se asoma por la puerta de mi habitación, corro a abrazarlo y darle un meloso beso en la mejilla.

— ¡Tío! ¡Tío!, te he extrañado— coloco mi cabeza en su pecho y aspiro su olor tan familiar— Te quiero mucho.

— Yo también te quiero princesa— se separa de mí, me observa detenidamente—  Estás preciosa.

— ¿En serio? Porque papá dijo que...—  tartamudeo— estoy muy fea..

— ¿Qué?  — trae un gesto triste — No le hagas caso, tú eres hermosa—  señala mi rostro— por esto— señala mi cabeza—  y aquello— señala mi corazón — y sobre todo por esto.

✯✯✯

Se escucha un timbre a lo lejos y alguien dice mi nombre por lo bajo.

— Señorita Dayla, despierte ¡Dayla! —  salgo de mi ensoñación y parpadeo hasta encontrar la cara de la enfermera.

— ¿Estás bien?—continua parloteando, pero no la escucho, solo pienso en el sueño, en mi pasado.

Una niña con miedos, con una inocencia palpable. Aquel que soñaba con el cambio de su vida para mejor, quién no se le ocurría otro futuro aparte de acompañar a su familia hasta el final.

— ¡Dayla! Di algo — me mira preocupada — ¿Será que llamo a tu familia?

— Disculpe ¿Qué familia?— se me quiebra la voz

— Enfermera ¿Qué familia? Estoy sola—  agacho la cabeza un segundo y exhalo— Dígame que tengo y paso a retirarme.

— Pues...— balbucea y veo su rostro lleno de confusión y pena— En realidad solo tienes calentura, imagino que estás tensa — dejo de escuchar y busco mis cosas.

Tensa de escuchar ese pitido. En ocasiones las sensaciones te abruman tanto hasta quedarte dormida, luchando por escapar de este nuevo combate que se asoma.

— ¿Mi mochila? —  la enfermera señala su escritorio y voy por ella — Gracias.

Salgo y encamino mis pies hacia el baño, sin dejar caer mi vista a nadie en particular. Mientras lo hago, mi mente me consume y repite sus palabras: Yo también te quiero princesa y rememoró su mirada llena de amor. No puedo más...

Llegó a un cubículo, y sin importarme nada me lanzo a llorar. Sí, lo hice¿Saben por qué? ¿Quieres saber que siento? Siento un vacío gigante, nadie ni nada lo llena; en este momento todas mis inseguridades que se escondían me acompañan.

Mi mente no ayuda, mi corazón tampoco, ni siquiera yo misma me puedo salvar de este pozo de sentimientos, donde hay tristeza, furia y soledad.

Estoy sola frente a todos, frente a ese profesor, frente a mis inseguridades, frente a todos que se mueren por hacerme daño. Y no me preocupa morir ahogada en lágrimas que se caen de mi rostro: lágrimas ácidas, calientes con sollozos desgarradores. Así pasó quince minutos llorando, lamentándome, sufriendo en carne propia la pérdida del amor y calor de las personas que me amaban. Sí, todo en pasado.

Cerebro vs Corazón © (Terminada)Where stories live. Discover now