CAPITULO 15

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Daniel

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Daniel

Me introduzco de forma rápida al hospital, desesperado por poder conocer su condición.

— ¿Dónde se ubica la paciente Katherine Mitman?— digo con un agotamiento incontrolable.

— Tercer piso, sala de cirugía— una enfermera me indica con calma.

"Sigue en cirugía, maldita sea"

Ya en la planta indicada, ubico a sus padres en posición de sentados con una expresión triste.

— Disculpen soy amigo de Katherine ¿Cómo está ella? — me excuso con la idea de ser su amigo.

Los aclamados fruncen el ceño con mi llegada apresurada. Sin embargo, no se detienen a admirarme, porque su mirada sigue concentrada en la puerta de la habitación de la cirugía donde sigue Katherine.

— No habíamos escuchado de ti...— su papá toma la palabra— Por cierto... lo único que sabemos es que aún se encuentra en operación; veremos que sucede más tarde— su voz contiene un nudo que seguro lo aflige, por eso no pido mucho más detalle.

Asiento mi preocupación y detengo a mis manos que no dejaban de pasar mi celular entre mis dedos, sin alguna delicadeza que se podría caer justo como ahora.

— Mierda— mascullo por debajo.

En cuanto regresé de California, quedé en encontrarme con ella. Katherine me aviso que se encontraba en el mall, fui a recogerla y no aparecio. Llamé a su teléfono constantemente, hasta que escuché la voz de una enfermera: "Se encuentra herida, puede buscarla en el Hospital central de Biden".

Al instante solté el celular alarmado. Me encontraba simpatizado a la angustia y temor. Imágenes vinieron a mi mente; ambos abrazados, besándonos, felices y compartiendo momentos. Ella y yo somos felicidad pura desde inicio de verano cuando nos conocimos y hace unas dos semanas cuando la invité a salir.

Todo estaba en su lugar. Tan perfecto para lo que nos deparará el futuro— cierro los ojos para reprimir un grito atestado de aflicción— Me equivoqué al imaginar un mundo que no lastime Un ejemplo de ello es Dayla, mi mejor amiga.

Alguien sacude mi hombro para despertar mi atención, para que abra los ojos y me de cuenta que mis pensamientos manifestaron su presencia.

— Daniel— su voz llega hacia mí, y la reconozco por completo cuando me topo con sus "pecas" hechas de delineador.

Cuánto más se acerca, visualizo a la tímida niña de cuatro años asustada por conocer nuevos amigos en el vecindario. En ese tiempo, mis papás me obligaron a acercarme. Por eso es que actué al principio con miedo, sin embargo esto se esfumo cuando su sonrisa se ilumino por la presencia de un nuevo amigo, próximamente una víctima de peinados alocados.

Soy Daniel, ¿Quieres ser mi amiga?— le había preguntado de frente.

Al ser niño, acercarse para entablar una amistad era tarea fácil, ya que no pensabas en el rechazo o vergüenza. Ser niño fue una gran época y no lo sabíamos.

Cerebro vs Corazón © (Terminada)Where stories live. Discover now