Together ⇝ Sirius Black ✔

9; fight

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Sirius se consideraba un hombre de palabra, pero cuando besó a Arlette fue por algún tipo de impulso. No iba a hacerlo, no quería hacerlo pero la emoción del momento fue mayor.

Sabía que lo que había hecho era incorrecto y no había excusas, debía pedirle disculpas a la chica por su insolencia pero aunque le pesaba en la conciencia, no podía negar que lo había disfrutado. Aunque sin duda alguna, hubiera preferido darle un buen beso y que ella lo aceptara. Claro que se arrepentía, lo último que deseaba era que la chica lo odiara aún más. Él nunca había hecho nada que alguna de sus parejas no quisiera, sí, era un coqueto de primera, pero siempre mantenía el respeto por sobre todo. 

Habían pasado sólo dos días desde aquel beso, Sirius aún lo recordaba como si hubiera sido sólo hace unos minutos. Aunque desde entonces ya no la había vuelto a ver y eso le preocupaba.

Caminó con lentitud por los pasillos hasta que se encontró con James y le dirigió una gran sonrisa.

—Últimamente pareces muy sonriente, me preocupa un poco.

Sirius rió mientras negaba.

—Sólo pienso que la vida es perfecta.

James frunció el ceño, había perdido a su mejor amigo.

—¿Exactamente qué significa eso?

Se encogió de hombros.

—Que nada podría arruinar mi día en este momento.

—¿Ni siquiera tu hermano?— señaló con la cabeza detrás de Sirius.

El hombre frunció el ceño y dio media vuelta, donde se encontró con un muy furioso Regulus que lo mataba con la mirada.

—Pero qué tenemos aquí, es mi querido hermanito —habló con falsa emoción.

Regulus ni siquiera fue capaz de escuchar las palabras de su hermano mayor pues la furia inundaba sus venas, Sirius apenas logró reaccionar cuando sintió un fuerte dolor en la nariz.

Se llevó una mano a la zona del impacto, le había sacado sangre. Miró mal a su hermano menor.

Por su parte, James miró con gran sorpresa la escena sin estar muy seguro de cómo reaccionar. También a él le había tomado por sorpresa la acción del menor.

—Admito que tienes una buena izquierda, pero al menos quisiera saber a qué se debe todo esto.

Regulus estaba rojo de la furia, era incapaz de pensar con claridad cuando le dio otro fuerte golpe a su hermano mayor que lo hizo terminar en el suelo. Sirius se sintió desorientado por un momento, nunca imaginó que su hermano pequeño tuviera tanta fuerza.

Con rapidez se levantó del suelo y sacudió su pantalón. Miró a Regulus con gran molestia y dio un gran paso hacia él hasta que Regulus tuvo que retroceder un par de pasos. Los dos se retaron con la mirada.

—Sirius —dijo con tono de advertencia James, quien puso una mano en el pecho de su amigo para detener su paso.

El nombrado empujó la mano de su amigo y agarró a su hermano de la camisa, lo empujó con mucha fuerza contra la pared y lo miró fijamente.

—Estás equivocado si piensas que les tengo miedo a ti y a tu estúpido amigo.

—Sirius —le volvió a llamar James al notar que sus manos temblaban por la furia.

—Anda perrito, sé que quieres golpearme.

Y lo hizo, Sirius le dio un fuerte golpe en la mejilla que al instante se puso de un horrible color rojo.

Regulus terminó en el suelo cuando Sirius lo soltó. Se limpió la mejilla y miró a su hermano.

—¿Eso es todo lo que tienes? —lo provocó— Mamá tiene razón, eres un inútil, debilucho y cobarde.

Eso hizo explotar a Sirius por completo. Dejo de pensar con claridad y su rostro se volvió rojo.

Le dio una fuerte patada en las costillas mientras arremangaba su camisa y arrojaba su corbata al suelo.

—James, vigila que no venga ningún profesor.

El nombrado dejó salir un gran suspiro mientras pasaba sus manos por su cabello con nerviosismo.  Arremango su camisa y se quitó la corbata par acercarse a un pilar que lo ocultara pero le diera buena vista de los pasillos.

Regulus se puso de pie y miró con enfado a su hermano, corrió a atacarlo pero esta vez, Sirius ya no estaba en desventaja y tenía más experiencia peleando que Regulus.

Sirius llevaba ventaja por mucho, pero había sido su hermano el que comenzó y estaba claro que iba a defenderse.

—Es suficiente, Sirius —le dijo James, acercándose de nuevo y separando a su amigo.

Black mayor miró sus nudillos, estaban rojos y ligeramente ensangrentados. Regulus permaneció en el suelo a causa del dolor que sentía. Lo vio escupir un poco de sangre.

Al menos no había muchas personas en aquel lugar de lo contrario estarían en serios problemas.

Sirius y James tomaron sus cosas, se marcharon de allí a paso rápido antes de que algún profesor o prefecto los descubrieran.

Black mayor fue en busca de una compresa fría para el dolor que sentía en la nariz. Realmente le había dado un buen golpe. Y seguía sin saber por qué su hermano lo había golpeado de la nada.

En cuanto llegaron a su sala común, Remus fue quien se puso de pie muy preocupado por el estado en que había llegado su amigo. No sólo tenía sangre en el rostro, también en la camisa.

—¿Ahora en qué lío se metieron?

Ninguno de los recién llegados habló.

—No importa, me iré a bañar antes de que un profesor me vea así.

Vieron a Sirius alejarse. Toda la felicidad que había estado irradiando, se esfumó en menos de un minuto. James prefirió no decir nada la respecto y también se fue a lavar.

Remus miró a Peter y este se encogió de hombros.

—Sabes que siempre se meten en líos —comentó Peter.

—Sí, pero nunca llegan con sangre.

—Seguro que mañana nos cuentan. Tranquilo.

Lupin tomó asiento nuevamente mientras liberaba un suspiro. Estaba preocupado por sus amigos.