19; confessions

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Era raro darse cuenta que le gustaba el mayor de los Black cuando antes estaba enamorada del menor. O peor aún, cuando antes había incluso amenazado a Sirius para que no se le acercara. Resultaba incluso gracioso.

Pero también se había dado cuenta de que eran diferentes sentimientos. Por varios años estuvo junto a Regulus, por lo que nunca se dio el tiempo para conocer a más gente o tal vez era que no podía pensar en nadie más.

Y ahora que conocía a Sirius, le gustaba bastante pasar tiempo con él, se divertía y podía ser ella misma sin temor a equivocarse o decir una tontería, porque Sirius diría algo incluso más tonto y sin sentido.

Quería mucho a Regulus, pero había comenzado a amar a Sirius. Lo malo del asunto, es que era Sirius.

Su fama de mujeriego no le ayudaba de mucho. Además de que había muchas chicas tras de él, chicas capaces de hacer cualquier cosa por llamar su atención, incluyendo hacer cualquier cosa por alejar a Arlette a como diera lugar.

Arlette trataba de no pensar en ninguno de ellos y seguir con su vida de manera tranquila pero no era fácil cuando se topaba con ambos por los pasillos.

Además, estaba un poco nerviosa por lo que Sirius le había dicho. Debía decirle algo importante, pero, ¿qué cosa? Le causaba bastante desconcierto tanto misterio. Sabía de primera mano que Sirius era del tipo directo y sin rodeos, por lo que esas palabras la hicieron sentirse temerosa.

Terminó sus deberes y cerró el libro junto a ella. Se dejó caer en la silla y dejo salir una gran cantidad de aire mientras miraba la biblioteca con una ligera sonrisa. Ese era uno de sus lugares favoritos del colegio, era silencioso y muy tranquilo. Perfecto para aislarse del mundo cuando era necesario.

Se puso de pie y dejó los libros que había tomado en su lugar para después regresar a su sala común.

Caminó tranquilamente por los pasillos, después de dejar sus cosas en la sala común se dirigiría al gran comedor para la cena. Siempre que terminaba con los deberes quedaba muy hambrienta y comer era en lo único que podía pensar en ese preciso momento.

Cuando iba a dar vuelta al pasillo, escuchó unas muy familiares risas por lo que se ocultó junto a unos pilares. No deseaba ver a Sirius y era mejor esperar a que pasara y luego continuar con su camino.

Sin embargo, logró escuchar la conversación que llevaban. Y deseaba no haber escuchado nada de aquello.

—¿Ya se lo has dicho? —habló James.

—¿Qué cosa a quién? —dijo Sirius con una risa.

James miró a sus otros dos amigos y se acercó más a Sirius con cara bastante seria.

—Hablo de Arlette.

Aunque no lo veía, la chica sabía que Sirius se había incomodado. Ella sabía que no debía escuchar conversaciones ajenas, pero ahora que su nombre estaba de por medio, no podía simplemente ignorarlo.

—Lo haré este sábado.

—¿De verdad lo harás? Como las otras diez veces que dijiste que lo harías.

Black se llevó una mano a la cabeza y miró a sus amigos con vergüenza.

—¿De qué me estoy perdiendo? —preguntó esta vez Remus, quien parecía no entender de qué hablaban.

James y Sirius lo miraron.

—Sirius quería conquistar a Arlette sólo para molestar a su hermano.

Lupin lo miró con reproche.

—¿Eso quiere decir que no te gusta y sólo estuviste jugando con sus sentimientos?

Se formó un incómodo silencio.

—Al principio si... —suspiró cansado— sólo quería molestar a Regulus, pero al final creo que fui muy lejos.

El puso de Arlette se aceleró y tapó su boca con su mano para no dejar salir un sollozo. Algunas lágrimas se deslizaron por sus mejillas.

—Ella no es un juguete, Sirius— le regañó Remus.

—Lo sé... por eso se lo diré el sábado.

—¿Y exactamente qué le dirás? ¿Que sólo la usaste para molestar a tu hermano?, ¿que nunca estuviste realmente interesado en ella?

—No es así... —resopló— es más que eso...

La chica, se armó de valor y salió de su escondite.

Los cuatro se quedaron helados al verla, Sirius palideció y sintió que el aire le faltaba.

—Arlette... esto no... yo no...—

—¿Nos pueden dejar a solas?

Los tres chicos miraron con pena a su amigo y se retiraron lentamente.

Sirius dio un par de pasos al frente pero Arlette levantó una mano para que se detuviera.

—¿Entonces sólo fui un juego para ti?

Sirius negó rápidamente.

—Por supuesto que no —habló en voz alta— Me gustas, Arlette, me gustas de verdad. Más de lo que te puedes imaginar y no quise lastimarte. Nunca quise hacer esto.

La chica dejó salir una risa sarcástica. Los ojos de Sirius también se comenzaron a cristalizar, no era así como debía enterarse.

—¿No querías lastimarme? —negó y dejó salir una risa sarcástica— lo hiciste y lo que más me duele es que yo comenzaba a confiar en ti, creí que tal vez no eras como todos piensan. Como yo creí que eras, pero veo que me equivoqué. Eres incluso peor.

—Arlette, déjame explicarte —le rogó con la mirada.

Ella negó mientras limpiaba una lágrima que se había escapado de su ojo.

—No hay nada qué explicar —se quedó en silencuo un momento para ahogar un sollozo— Sólo, déjame en paz. No te quiero volver a ver nunca, Sirius.

—Arlette... —dio un paso al frente pero ella retrocedió.

—Sí alguna vez te importé aunque sea un poco, aléjate. Déjame en paz.

Sin esperar que dijera nada, continuo con su camino, dejando a un muy arrepentido Sirius detrás.

Pero es que realmente dolía, amar a alguien y que simplemente jueguen con tus sentimientos.

Aquella noche se quedó llorando en su dormitorio pues no se animó a ir al comedor. Se arrepentía a cada segundo de haber conocido a los hermanos Black.

Together ⇝ Sirius Black ✔Where stories live. Discover now