15; kiss

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Arlette no salió de su habitación y aunque aquello era normal en ella, sus padres se miraban especialmente preocupados ya que no sabían la razón de su muy notable tristeza y de que apenas probaba bocado durante las comidas.

Era un jueves por la mañana, la familia de tres se encontraba tomando el desayuno en silencio cuando una lechuza entró por la ventana y aterrizó en el centro de la mesa.

Era una lechuza verdaderamente preciosa y muy bien cuidada. Aunque intimidaba un poco.

Stephen tomó la carta que se encontraba en el pico del ave; el hombre le dio un dulce y el animal emprendió vuelo de inmediato, se notaba que estaba algo apurada.

El rubio leyó en silencio el contenido de aquella carta y ni Janette ni Arlette estaban muy interesadas por saber lo que decía pues era bastante normal que le llegaran múltiples cartas al mayor. Ambas se mantuvieron centradas en sus alimentos.

—Mañana saldremos —dijo, llamando la atención de las dos mujeres que habían comenzado a conversar.

—¿A dónde?— preguntó Janette emocionada.

—Walburga Black nos invitó a su casa, hará una reunión y habrán bastantes personas.

Arlette casi se atraganta con su bocado en el momento que escuchó el apellido Black. Justo cuando deseaba evitarlos, ellos regresaban a su vida. Tomó un poco de agua.

—Prefiero quedarme —mencionó la chica en un murmullo bien escuchado por la pareja.

—Arlette Francine Hale, irás con nosotros y es mi última palabra —declaró Stephen. No le iba a permitir que siguiera encerrada y con cara de pocos amigos todo el día.

Tal vez salir le caería bastante bien. Aunque hubiera preferido cualquier otro lugar que no fuera la casa de los Black.

—Bien —arrastró la palabra con enfado. No le gustaba cuando su padre usaba su tono de voz autoritario con ella y era mejor no discutir.

Al día siguiente, la castaña se miraba fijamente en el espejo. Usaba un bonito vestido azul marino que le llegaba dos dedos por arriba de la rodilla y tenía un excelente vuelo cuando giraba.

Había dejado su cabello suelto y lo adornó con un bonito moño a juego con el vestido. Tomó su abrigo y se dirigió a la sala para poder viajar gracias a la red flu.

Cuando llegaron a la residencia Black, Arlette no vio por ningún lado a ninguno de los hermanos Black y eso le causaba cierto alivio y dejó salir un gran suspiro.

Sus padres se habían alejado para conversar con los demás mayores y ella comenzó a caminar por allí, sólo por mera curiosidad. La casa Black era sin duda magnífica y podrías mirarla como si fuera un museo.

—Pero si es mi Hale favorita —dijeron a su espalda.

La castaña se tensó y deseó desaparecer. El alivio que había sentido se esfumó por completo.

—Sirius, realmente deseaba no verte —dijo dando vuelta para mirarlo. No podía sacar su varita y enfrentarlo como en el colegio. Estaba en una casa ajena y si causaba problemas, su padre la castigaría de por vida.

Se veía un poco diferente, tal vez era el hecho de que estaba bañado y peinado. Y usaba un elegante traje.

Aunque con la camisa desabotonada de arriba y la corbata floja, lo hacía ver más atractivo. Pronto se dio cuenta que lo estaba mirando de más y regresó su vista a los ojos del hombre.

—Sé que me extrañaste —dijo con una sonrisa y ambas manos en la cadera.

—Que sorpresa, te has bañado— Sirius sonrió ante el comentario de su contraria.

—Lo he hecho porque vendrías, incluso me he puesto mis mejores ropas sólo por ti.

Arlette no esperaba aquella respuesta, Sirius estaba siendo coqueto y era mejor correr lo más lejos posible cuando hablaba de esa manera.

La castaña, que estaba cruzada de brazos sólo rodó los ojos, no quería seguir conversando con él. Se dio media vuelta para ir a otro lugar, sin embargo, Sirius la tomó de la muñeca y sin previo aviso juntó sus labios con los de ella.

Para sorpresa del azabache, no fue golpeado ni alejado, de hecho, Arlette había puesto sus manos en sus hombros y Black la tomó de la cintura con fuerza y la apegó más a él. Arlette se dio cuenta de que Sirius besaba bastante bien y eso que ella no tenía exactamente mucha experiencia. Pero era extremadamente suave y gentil, todo lo contrario a lo que hubiera imaginado.

Se separaron y Sirius la miró directamente a los ojos, sonrió, sonrió con autenticidad.

—Ya veo por qué no querías venir — habló Stephen y la reacción de su hija fue empujar muy lejos a Sirius.

—Papá... yo-yo... no —estaba muy nerviosa, ni siquiera podía idear una excusa.

—Ten mucho cuidado con mi pequeña, Black. Si le haces algo, te aseguro que seré tu peor pesadilla —dijo Stephen y le dio un amigable golpe en el hombro al chico.

—No se preocupe, señor Hale —abrazó a Arlette por los hombros pero ella rápidamente empujó su brazo.

La castaña miró con gran impacto a su padre y con molestia a Sirius.

—No padre, no es lo que crees —el señor soltó una gran carcajada y sacudió el cabello de su hija— está bien, cariño. No estoy molesto.

Enseguida se fue en busca de su esposa (para darle la noticia). Aunque Stephen era un hombre sumamente sobreprotector, sabía que Sirius Black era una buena opción para su pequeña.

—No digas nada —Arlette dejó solo al azabache.

Sirius la miró alejarse con una gran sonrisa mientras guardaba sus manos en los bolsillos de su pantalón.

Le causó una gran sorpresa no haberse encontrado con Regulus en todo el día y lo único que más le preocupaba era que su ex mejor amigo hubiera visto el beso que Sirius le había dado y que ella aceptó. No se sentía culpable, pero se sentía un poco avergonzada.

Para su mala suerte, Regulus lo había visto absolutamente todo y todo había sido planeado por Sirius; quien al ver que su hermano menor se acercaba no dudó en aprovechar la oportunidad para hacerlo enfadar y de paso vengarse por lo ocurrido en la estación de trenes al inicio del verano.

Y fue una grata sorpresa para Sirius que Arlette hubiera aceptado el beso. Ya era un gran avance para su no-relación.

Arlette estaba más que confundida, ella seguía queriendo a Regulus y lo único que sentía por Sirius era despercio... ¿o no?

Lo que más deseaba era hundir su cabeza en un barril de agua fría para aclarar sus pensamientos, lamentablemente fue un deseo que no se cumplió. Pero al menos logró mantenerse alejada de Sirius el resto de la reunión.

Together ⇝ Sirius Black ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora