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Arlette salió de su clase bastante cansada, tenían un ligero dolor de cabeza que resultaba irritante y molesto pues no le permitía estar completamente concentrada a la clase. Aún así, puso todo su esfuerzo para ignorar el dolor y más tarde pasaría por la enfermería.

Caminó con lentitud por los pasillos, al menos ya habían terminado sus clases y no tenía prisa por hacer nada. A un par de metros logró visualizar a su mejor amigo, sentado junto a una columna entre el pasillo y una jardinera.

Apresuró el paso para llegar hasta él, pero en cuanto lo vio, su expresión reflejó auténtico pánico.

Regulus tenía un ojo morado y la mitad de la cara amoratada. El chico tenía cara de pocos amigos y se limitaba a mirar fijamente el pasto con el ceño fruncido. Como si la causa de todas sus desgracias fuera esa hoja que sobresalía.

—¿Qué ocurrió?— preguntó bastante calmada, pese a que sentía todo lo contrario.

Regulus no contestó y ni siquiera volteo a mirarla. No podía decirle que había peleado con su hermano después de ver cómo le robaba un beso a la chica.

Lo que más le enfadaba de todo aquel asunto, era que Sirius podía tener lo que a el se le diera la gana. Nadie le decía que no, siempre obtenía lo que quería. Le enfadaba que Sirius le hubiera dado su primer beso a Arlette, él quería ser el primero, esperar a un momento especial. Pero no, el imbécil de Sirius lo había hecho antes y él ni siquiera sabía que fue su primer beso. 

Apretó la mandíbula de sólo pensarlo, debía controlar su enojo.

Por su parte, Arlette no sabía como sentirse al respecto, claro que le molestaba que Sirius la hubiera besado pues a ella realmente le habría gustado que su primer beso hubiera sido con el chico que tanto le gustaba: Regulus.

El problema era que ni ella ni Regulus hacían algo al respecto para estar juntos. Ambos se conformaban con ser sólo amigos y tarde o temprano, ambos terminarían encontrando a alguien más. Aunque ni en un millón de años, ese alguien sería Sirius.

—No quiero hablar de eso —dijo mientras se levantaba y comenzaba a caminar.

La chica también caminó en silencio a su lado, abrazó el brazo de su amigo y este no pudo evitar sonreír ligeramente. Aunque Sirius le hubiera robado un beso a Arlette, ella seguía siendo su amiga y su chica y nada ni nadie cambiaría eso.

Arlette dejó un pequeño beso en el hombro de su contrario. Ninguno habló mientras caminaban, prefiriendo disfrutar de su momento a solas.

—Sirius me ha robado un beso la semana pasada —le contaba a su ahora buena amiga Lily.

Las dos estában en la sala común de ravenclaw la cual se encontraba extrañamente muy vacía. Lily cepillaba el cabello de la menor mientras ella le hablaba.

Evans pensó que si hubiera sido James quien le hubiera robado un beso a ella, lo habría golpeado... probablemente.

—Creí que te gustaba Reg.

Arlette se quedó en silencio un momento.

—Así es, y no entiendo el repentino interés de su hermano mayor por mi, ni siquiera nos conocíamos. Ademas se supone que está mal, no sé si le gusto a Reg, pero el idiota de Black mayor no debería de robarle la chica a su hermano. Y mucho menos robarle besos —dijo muy indignada.

Lily soltó una larga risa.

—Tienes razón. Y la verdad es que yo tampoco entiendo. Sirius por lo general no le insiste a ninguna chica, es más bien al revés. Varias chicas me han preguntado por él estos últimos días, pero por lo que sé, él no parece muy interesado en ninguna. No lo he visto con nadie desde hace meses.

Las dos se quedaron en silencio, Lily seguía con su trabajo de cepillar el cabello de su amiga.

—¿Crees que le gusto?  Me refiero, a Sirius.

La pelirroja también había notado lo que James hace tiempo. Sirius se estaba enamorando verdaderamente y mientras Arlette más lo rechazaba, el azabache seguiría insistiendo aún más.

La castaña no era como cualquier conquista y eso lo descucubrieron todos luego del último intento de Sirius por pedirle una cita, Arlette había dejado de ser sólo un capricho.

—Tal vez.

—Eso no significa que pueda ir por allí haciendo lo que se le plazca. Aún tengo ganas de golpearlo.

Se quedaron en silencio un momento, Lily comenzó a trenzar el cabello de Arlette.

—No sé si deba ser yo quien te lo diga...— comenzó la pelirroja en tono precavido.

—¿Qué cosa?

Evans mordió su carrillo nerviosa, Arlette era ahora su amiga y era mejor que lo supiera ahora por su propia voz y no de alguien que pudiera distorsionar la historia.

—Hace una semana, Regulus estaba furioso y golpeó a Sirius en la cara pero estaba con James y sabes que Potter haría lo que fuera por Sirius, la cosa es que Sirius y Regulus se pelearon mientras James vigilaba que ningún profesor se acercara. No sabía la razón, pero por lo que me acabas de decir, tal vez Regulus lo hizo porque Sirius te ha robado un beso.

La castaña se quedó muda, había un mundo de emociones en su interior.

—Lo que me preocupa es que Regulus se haya enterado del beso... creí que nadie lo había visto.

Lily se encogió de hombros.

—Tal vez no lo viste.

—De todas formas, gracias por decirme.

La pelirroja asintió, sin estar muy segura de que habérselo contado fue su mejor decisión. Pero las mentiras y secretos nunca eran un buen camino. Era mejor una verdad dolorosa que una hermosa mentira.

Together ⇝ Sirius Black ✔Where stories live. Discover now