ceder(32)

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Al despertar, se encontró sola en la cama. Tae no estaba, el niño tampoco. La duda se impregnaba en su cuerpo. Desde, ¿Cómo llegó al departamento? Hasta ¿Qué pasó con Tae? Pero su cabeza era una laguna andante.

Confundida, fue al cuarto de Hyo y descubrió con enojo que tampoco se hallaba. Lo sintió cómo una patada en la cara. Por lo visto, a Tae le importaba muy poco los deseos de su esposa. -estupida!- gritó reprochandose. Se odió al comprender que seguía esperando demasiado de él y se calmó, Cuando notó que no estaba siguiendo las miles de cosas que había pensado la noche anterior. ¿Qué importaba lo que él estuviera haciendo? ¿Por qué seguía esperando?

‹‹no seas ridícula, Moa! Vas a dejarlo después de todo››

En su cabeza repleta de problemas, solo podía ver que su pareja jamás le daría el lugar que tanto anhelaba. Entonces comprendió que estaba tomando la mejor decisión al dejarlo. (Debía serlo). Pero, cómo era una masoquista, no pudo dejar de hacerse una imagen mental de Tae con la otra. Aunque eso solo le provocaba más dolor. -debería contratarte una empleada para que te ayude con los quehaceres?- dijo su tío. Este salía muy campante de la cocina con una taza de café en las manos. -o estás pensando en mudarte? Déjame decirte que esa me parece una opción aceptable.

-qué? Cómo?- chasqueó la lengua con enojo. -cómo entraste?

-Taehyung me abrió. Hablamos un rato. Cómo no despertabas me dijo que podía esperarte- la miró elevando las cejas. -hace horas. Ya debe estar por volver.

Al hombre parecía no importarle la cara de pocos amigos que su sobrina traía. Lo dejó en evidencia cuando tomó asiento y le hizo señas para que lo acompañara. -no estoy de humor. Ve al grano- suspiró. Sentándose en el sillón frente a él.

-puedo hacerte una pregunta personal?- movió sus dedos dándole permiso para hablar mientras se sentaba frente a él. -hay problemas con Tae?

-por qué preguntas?

-anoche dormiste en un hotel y tu supuesto esposo tuvo una cena romántica con la niñera- Moa quedó aturdida. Cruzó las piernas para que no se le notara el temblor que la estaba invadiendo. -por lo visto, ni siquiera haz visto el hermoso espectáculo que hay en el comedor.

-tio, qué importa lo que pase entre Tae y yo?- preguntó con bronca, pero intentando ocultar la desconfianza en sus palabras.

-estoy preocupado por ti- Moa soltó una sonrisa irónica. Luego lo encaró elevando las cejas. -ayer fuiste a ver a tu madre, a pesar que te he dicho que no lo hicieras. Echaste a su jefe de recursos humanos y no feliz con eso. Pediste una reunión con los abogados de tu padre. No crees que estás actuando de manera muy precipitada y Fuera de nuestros planes?

‹‹nuestros planes... Ay, tío. Si supieras››

-primero; no soy una niña. Estoy harta que me digan lo que puedo hacer y lo que no. Segundo; saqué a patadas a un guardia abusador, un tipo grosero que se aprovecha de las jovencitas necesitadas, si mí madre quiere que trabaje con ella será con mis condiciones. Tercero; la reunión es algo que debía hacer hace muchos años. Solo que... Te tardaste en avisarme sobre las cláusulas.

-qué intentas decir?- preguntó tranquilo, cómo si en verdad no entendiera. Volvió a beber su café, hundiendo su rostro detrás de la taza. A penas dejaba ver sus ojos fijos en ella y cómo toda profesional en el arte de leer expresiones, notó que ese hombre estaba ocultando algo o mejor dicho, evadiendolo.

Intentó sonar serena, debía mostrarse neutra y no dejar en evidencia todo lo que pensaba o lo enojada que estaba. -ya hablé con los abogados. Sé que te preocupa que enfrente todo sola, pero era algo que tenía que hacer. Sola- aclaró

será nuestro secretoOn viuen les histories. Descobreix ara