cómo debe ser 🔞 (59)

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Capítulo dedicado a britteswag por ser el primer comentario del cap anterior y por su perfecto razonamiento sobre las andadas del kook
Y a Ling_Ling_meowmeow
Por su apoyo apoyo y lindas palabras 💋

—puedes empezar por aquí— dijo señalando su cuello. El pelinegro negó sonriendo. —perdiste!— le recordó. —quiero tu lengua aquí.

—primero quiero que descanses un poco— se levantó con ella a cuestas sujetándola de los muslos y dando largas zancadas se dirigió a la habitación—se puede saber por qué tomaste tanto?

No había reproche en su tono. Todo lo contrario. La veía relajada y nada le daba más paz que verla así.
—tengo motivos para celebrar— comenzó a besarlo impidiendo que viera por dónde caminaba. El pelinegro se las ingenió para abrir la puerta sin cortar el beso y no le importó cuando ella le quitó la camisa. No pensaba aprovecharse del estado en el que Moa estaba, pero eso no significaba que dormiría vestido.  —te tengo aquí, las cosas por fin están saliendo bien y...— puso la boca en trompa y dándole un sonoro beso se dejó caer de espaldas a la cama. —hoy logré que Jonathan admitiera que es gay.

Jeon se quedó viéndola mientras se desprendía los botones del pantalón. Tenía que ser sincero consigo mismo. Le importaba muy poco la sexualidad de los demás, pero saber que el americano era gay, le había traído una tranquilidad enorme. Pero también, le había llenado de otras intrigas.

—por qué no lo mencionaste antes?— comenzó a interrogar. Se sentó a su lado y tirando de su pantalón, logró pasarlo por sus tobillos. Ella se hundió de hombros mientras se acomodaba bajo las cobijas. —dejaste que pasara que él te pretendía. Supongo que Tae lo habrá sentido igual. Te habrías ahorrado muchos dolores de cabeza si lo comentabas.

—no es mi secreto— contestó sería. Él se acomodó a su lado y la jaló del brazo para abrazarla. —los dos estábamos pasando por el peor momento de nuestra vida— se relamió los labios con la mirada fija en algún punto de la habitación iluminada. Su cabeza era todo recuerdos en ese momento. Algunos, demasiados tristes cómo para procesarlos. —cuando Tae se divorció de mí y mi madre me mandó a Estados Unidos a mi suerte. No podía pagar los servicios de mi departamento, había perdido la beca de la universidad y ni siquiera tenía para comer. Tuve que vender el departamento e incluso mi ropa y algunas joyas que mi padre me había regalado. Dormí en mi coche una semana— jeon la miró horrorizado. Si bien, sabía que no había Sido facil para ella, jamás imaginó que tuvo que pasar por algo así.  —Llegó un día en el que no tenía ni siquiera para pagar un plato de comida. En la universidad, se había corrido el rumor de mi problema económico y no faltaron los chismes. Habían... — tartamudeó un poco. El pelinegro sintió cómo las manos de ella se apretaban con bronca. Quizás, al recordar las cosas que decían. —los chicos comenzaron a molestarme. Decían que me darían dinero a cambio de favores sexuales.

—está bien amor, está bien— la consoló. No se había dado cuenta que su cuerpo estaba entumecido. Jeon la aferró a su pecho y con caricias en su espalda logró tranquilizarla. —pudiste salir de eso por que eres fuerte y valiente. No tienes que avergonzarte.

—no, jeon— lo miró. Sus ojos se cristalizaron. Parecía otra persona. Una más indefensa. —llegué al punto de verme tentada a hacerlo— confesó. Su voz se quebró un poco. —nunca había estado tan desesperada. Estaba literalmente en la calle, con hambre, enferma de neumonía. Me dolía la cabeza y el estómago todo el tiempo. Me repetía una y otra vez que aceptar estaba bien. Creía que siendo mujer, tenía que hacerlo. Estuve al borde de mis propios límites, sola en un país que no era mío. Sin mis amigos. Frustrada y muerta de miedo por que sabía que debía dejar mis sueños ahí— tomó una fuerte bocanada de aire. Jeon tuvo que contenerse para no decir nada. Moa era tan introvertida, que creía que ese ataque de sinceridad era solo producto del alcohol y no quería detenerla. —había un profesor en la universidad. El hombre era casado pero eso no le importaba a la hora de intentar aprovecharse de mi situación. Al principio no lo notaba, claro. Yo estaba feliz de que él me comprara el almuerzo. Pero cuando quiso cobrarse... Me di cuenta en el problema en el que me estaba metiendo. Yo sentía que debía pagarle de alguna manera y sinceramente, en ese momento no me importaba si tenía que acostarme con él. Creo que... Cuando caes tan bajo cómo yo, te olvidas del respeto a ti mismo.

será nuestro secretoWhere stories live. Discover now