él, celoso (03)

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—terapia de pareja. Tú podrías ver el mundo a través de sus ojos y él, el de los tuyos.

—no, Taehyung no tiene la misma visión a cerca de la terapia— soltó frustrada.

—todavía no les has dicho que estás haciendo terapia?— suspiró y dejó caer los hombros en señal de rendición. Llevaba varias semanas hablándole sobre la confianza entre la pareja, pero a ella parecía no importarle. Era cómo si se pusiera una máscara para que Taehyung no viera sus defectos y eso comenzaba a preocuparlo —Moa, para que una pareja funcione, debe haber diálogo. No secretos. Las cosas no se arreglarán por si solas.

—por dios... Sólo necesito un día a solas con él. Sentirlo mío! Poder coger sin tener que pensar en el niño o en la estúpida de Hyo que escucha a través de la puerta!— jeon abrió los ojos con sorpresa. Se ruborizó un poco al oírla tan franca, pero cuando se miraron, la seriedad se esfumó y terminaron carcajeando. —en verdad... Dormir con él y no poder tocarlo es una mierda.

—no lo tocas por qué te vas a la cama enojada. Decides ignorarlo y dejar que las horas calmen tus nervios y bueno... No aprovechan ese tiempo que tienen para conversar o... Coger— se hundió de hombros divertido. Pero moa asintió para darle la razón.

—sabes lo que se siente? Tener cerca a esa persona que amas, que deseas con locura y no poder tocarlo?

Jeon carraspeó la garganta nervioso. Sabía a la perfección lo que se sentía, pero no iba a decirlo. No era correcto. —has pensado en la masturbación?— preguntó para cambiar el tema.

—el sólo pensar que es una opción, me deprime— sacudió la cabeza para ahuyentar esos pensamientos. —por qué me masturbaría teniendo al hombre de mis sueños durmiendo conmigo?— lo miró, Jeon apretó la mandíbula. Cada vez se le hacía más difícil mantenerse a raya y seguirle el hilo de la conversación, aún más cuando ella dejaba tan en claro que amaba y deseaba tanto a ese hombre que para él, no sabía valorarla. —Taehyung siempre fue un calentón. No puedo creer que haya cambiado tanto.

—sus prioridades y su ritmo de vida cambiaron— rodó los ojos.

—satisfacerme! Esa debería ser una prioridad...

—y cómo crees que se aguanta? Si es que se aguanta— su comentario le cayó cómo baldazo de agua fría. Taehyung, no sería capaz de engañarla, al menos eso pensaba. Claro que no! Él no haría algo así, después de lo mucho que rogó para que volviera. —no...— soltó arrepentido. Los ojos de la mujer se humedecian con dolor y sus pestañas se batían locamente para alargar el proceso. —digo que, quizá él se masturbe. Vamos... No es un delito. Es sano y no hay una edad para dejar de hacerlo.

Ella suspiró.

—yo... Me casé con él llena de sueños. Es estúpido que lo diga, pero en ese tiempo yo tenía nuestras vidas planificadas. Estudiaríamos la misma carrera, trabajaríamos juntos, incluso tendríamos el mismo horario para volver a casa juntos— lo miró triste. —despúes de nuestro divorcio, ví cómo mis sueños de niña tonta se desmoronaba en mis narices. Aún así, cuando volvimos la última vez, esperaba poder llevar una vida tranquila.

Jeon, revoleó los ojos por enésima vez. Miró por la ventana para desconectarse del mundo y de las cosas que Moa le decía. No era correcto tener esos pensamientos, pero cuanto más la escuchaba. Más ganas tenía de sacudirla para hacerle entrar en razón.
Él estaba ahí! Había estudiado el último año de carrera con ella, las mismas clases, los mismos horarios. Estaba haciendo sus prácticas juntos, incluso era él quien la llevaba a su casa la mayor parte de la semana. Él, era lo que ella necesitaba.

Por qué no lo veía?

Por qué lo lastimaba con sus palabras?

—Jeon!— lo llamó cuando lo vió ido de si mismo. Pero no contestó. Tomó su chaqueta y caminó a la puerta hecho una bola de nervios. —a dónde mierda vas!?

—lo siento, Moa. Le diré a Yeol que continúe con tus sesiones. Ya no puedo ayudarte— dijo y cerró la puerta.

Y tenía razón. Él ya no pensaba profesionalmente. Se estaba dejando envolver por sus sentimientos, haciendo a un lado la ética y la moral que debe tener un buen psicólogo.
No podía permitir que sus estúpidos sentimientos lo saquen de su meta "ayudarla"

***
Más tarde, moa llegó a su casa. Estaba muy confundida con la postura de jeon, no sabía que pensar al respecto. Pero tenía en claro una cosa, no lo dejaría ir tan fácil.

Esa tarde, el niño estaba con unos de esos ataques berrinchudos. Gritaba y tiraba sus cosas para que su niñera le prestara atención. Hyo se veía cansada de la situación, pero no hacía otra cosa más que darle caramelos intentando calmar las mañas del menor.

—mooom!— gritó el pequeño cuando moa se acercó.

No la estaba llamando. Era un balbuceo que él solía hacerle cuando se encontraba hambriento.
Sin decir nada, moa lo levantó en sus brazos y lo llevó al baño para cepillarle los dientes y quitarle el pañal. Ya no era un bebé y ella estaba dispuesta a quitárselo, aunque no tenía la ayuda ni el acompañamiento de los otros adultos que participaban en la crianza.

El pequeño la abrazaba y la besaba mientras ella se dedicaba a cambiarlo y sintió en ese gesto una dosis de ternura que le cambió el humor.
Lo llevó a la sala y comenzó a cantar mientras juntaba los juguetes regados. El niño, al verla tan entretenida, le siguió el paso y la imitó sin chistar.

"A guardar, a guardar, cada cosa en su lugar🎶"

Había dejado de llorar y no volvió a gritar, ni siquiera cuando la sala quedó en orden.
Satisfecha, caminó con el niño detrás de ella y comenzó a lavar platos bajo la mirada atenta de Moon.
Cuando logró preparar todo para comenzar a cocinar, sentó al pequeño en la silla alta y le alcanzó un plato junto a un cuchillo de plástico. —me vas a ayudar a cocinar?— no contestó. Golpeó el plato y balbuceó frases sin sentido.

Moa reía, para ella era cómo si le estuviera contado sobre su día. Aunque no le entendía ni la mitad de las cosas, asentía y se hacía la sorprendida provocando que niño carcajeara por sus "hazañas"

Cortó una zanahoria en tiras y se las dió para que intentara picarlas. —puedes comerlas. Te hará mejor que tanto dulce que pudren tus dientes.

Esbozó un puchero, quizá comparando esa verdura insulsa con otra delicia. Pero terminó jugando con ellas y pasando el cuchillo sin filo en un intento por cortarlas.

—que bella imágen— comentaron en la entrada. El pequeño enloqueció al ver a su tío

—joong, cómo estás?— quiso saber con sinceridad. Hacía meses que no tenía noticias de él.

—no puedo quejarme— se inclinó para besar la frente del pequeño. Este más astuto, aprovechó el acercamiento para meter algunos trozos de zanahoria la boca de su tío. —que delicia! Lo hiciste tú?— lo miró sonriendo.

Moon quedó confundido. Delicia?

—ves? Si quieres tener esta hermosa sonrisa digna de un Kim, debes cuidar tus dientes— le burló al pequeño y tomó de las mejillas de su cuñado para estirarlas y fingir una mueca feliz. —mira esa sonrisa!! Acaso no es bella?— el niño reía, Joong luchaba por soltarse lo que convertía la situación en un forcejeo. —quieres tener una sonrisa tan linda? debes comer zanahorias!

Moa reía después de semanas sin hacerlo. Al menos en su casa, todo eran tareas domésticas y quehaceres rutinarios que no la hacían feliz. Pero no estaba siendo conciente que Joong no había llegado solo. Detrás de ellos, Taehyung los observaba y lo que veía no era de su agrado.

¿Por qué moa tocaba a su hermano con tanta confianza?

Sabía que eran buenos amigos, pero no podía dejar de pensar que en un pasado, fueron más que eso y la sangre le hirvió de la rabia al imaginarlos. Él... Su hermano mayor. La había besado antes que él, la había tocado antes que él! Y eso, era algo que Taehyung no podía superar.

será nuestro secretoWhere stories live. Discover now