La madre(50)

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En la empresa, los tacones ruidosos de Sook hacían eco en todo el pasillo. Somin la vió acercarse y dirigirse hacia su vieja oficina, pero no se inmutó. No la saludó, ni le indicó que la nueva directora no había llegado. Ya no sentía la obligación de servirle.

—Lia, llévame un té con limón a la oficina— mandó cuando pasó por su lado. No se molestó en mirarla, por la que la chica se sintió libre de ignorarla. —cómo se dice?— preguntó cuando notó el desaire. La más joven se tensó, pero se obligó a levantar la cabeza con suficiencia.

—me llamo somin— fue lo único que dijo. Sook la miró de arriba a bajo. Cómo si no le importara el nombre y solo el hecho de que era una empleada más. —y ahora trabajo para Tae.

Clavó los tacones con furia. ‹‹maldita desagradecida›› pensó y se lo dijo con la mirada.

—primero: se dice. Si, señora. Segundo: tu nombre no importa porque tú no importas. Tercero: ahora trabajas para el Señor, Kim Taehyung. Que no se te olvide que ese chico está a años luz de distancia de ti y solo es objeto para ver. Cuarto: no te olvides que es gracias a mí que estás aquí. De no ser por mí, estarías sirviendo tragos en algún bar de mala muerte y si quiero, ese podría ser tu próximo trabajo.

Dicho esto, se volteó y continuó caminando hasta ingresar a la oficina.
La chica se apartó del cubículo que rodeaba su escritorio y pataleó en berrinche.
—te ves bonita cuando te enojas— dijo Tae detrás de ella. La chica se asustó cuando lo vió. No había notado que estaba cerca.

—escuchaste eso?— obviamente había escuchado. Ni bien vió a Sook salir del elevador, la siguió sigilosamente para observarlas. Pero negó con la cabeza, la chica dejó caer los hombros por el alivio. —es una perra— dijo señalando el pasillo por dónde la mujer se había perdido.  —cree que tengo que seguir obedeciendo sus órdenes. Esa mujer ni siquiera trabaja aquí!

Giró sobre sus talones y se congeló al ver que Tae estaba detrás de ella con las manos en los bolsillos e inclinado a su altura. —y a quien tienes que obedecer?— interrogó, su rostro casi pegado al de ella.

—a tí— contestó en tono dulce. Sus mejillas encendidas y sus ojos clavados en los labios de Tae que seguramente, moría por probar.

—buena chica— la felicitó. —entonces, tengo un trabajo para ti. Pero te advierto que será duro.

—me gusta que sea duro.

El castaño trago saliva con dificultad. La chica pasaba de sumisa a devoradora de penes en  lo que él tardaba en parpadear. Sabía que ella no sería fácil de manejar cómo Hyo, está iba a querer el plato fuerte y el postre todo junto. —no te molestaría?— la chica negó lentamente, rozando sus labios pintados con las yemas de sus dedos. —te llevaré a comer ramyeon a mi departamento. Después veremos si queda tiempo para regresar o si nos tomamos el día para terminar el trabajo.

—me encanta la idea

—donde está tu secretaria!?— el gritó de Sook hizo temblar las paredes. Esta salía de la oficina de Moa y se quedó parada en medio del pasillo, por lo que Tae y somin no podían verla a no ser que caminaran unos pasos.

—no es tú problema— escupió su hija. La cual caminaba en su dirección.

Moa traía una sonrisa de alegría en el rostro. Pero cuando sus ojos se cruzaron con los de Tae, su expresión se cambió a una de asco.
‹‹quizás no escuchó lo que dije a somin y sigue enojada por lo de anoche›› pensó.

—necesitas una secretaria. Lia— dijo señalando a la chica. —ya no es eficiente.

—se llama somin y ahora es la secretaria de Taehyung. Seguramente a él si le resulta "eficiente"— dijo haciendo comillas al aire.

será nuestro secretoWhere stories live. Discover now