Sueños/2🔞(62)

700 70 26
                                    

Por un momento, se sintió desnuda. Vulnerable ante los ojos de los dos hombres que la miraban mientras intentaba explicar. —respirar, comer incluso dormir era doloroso. Pero, no solo era el dolor del cuerpo que se hacía cada vez más insoportable. El cansancio mental y el abuso psicológico era tan grande, que creía que todo era mi culpa. Creía que era normal— una sonrisa se formó en sus labios dejando a los dos perplejos. Había dado una versión corta de los abusos que sufrió y de cómo su padre la encontró tras la noche trágica que había pasado a manos de 4 hombres y de su madre insatisfecha con los resultados. Pero parecía que estaba contando una película. Algo que relataba en tercera persona. Jeon, sabía que eso no era normal viniendo de una persona que pasó por un trauma y se animó a estudiarla con más detenimiento. Si bien, la sonrisa le cubría el rostro, sus ojos demostraban lo terriblemente dolida que estaba al recordarlo. Estaban tristes, acuosos  —no me miren cómo si estuviera loca. Les juro que eso ya no duele. No necesito de la lástima de nadie, mucho menos crear deseos de venganza— respiró profundo. Jungkook se paró a su lado y le quitó la toalla de las manos. Ella lo miró con ojos brillantes, cómo suplicando que no dijera nada. Entonces, comprendió que lo que buscaba era tranquilizar a Taehyung. Lo confirmó cuando su vista se centró en el castaño. —sé lo que estás haciendo, Tae— miró un punto en el suelo. Más allá del dolor y la vergüenza que sentía al abrir esa puerta que eran sus sentimientos, su corazón estaba tranquilo y se preguntó "por qué no lo había dicho antes?" —estaba muerta cuando te conocí— entonces, él le tomó la mano y le dió un fuerte agarre para que supiera que estaba ahí, para ella. Mientras Jeon, comenzó a secarle el cabello con la toalla y a peinarla con los dedos. Se sintió mimada, comprendida. Cómo si hablar con ellos fuera la cosa más fácil del mundo. —tú reías todo el tiempo. Creía que tenías alguna especie de retraso o que fingias. Luego... me di cuenta que era yo la que estaba mal y comencé a querer estar cerca de ti— volvió a mirarlo. Esta vez había determinación en su expresión. —no tienes que compensar nada. Ni dejar nada por mí. Fuí una niña feliz gracias a tí. Comprendí que podía reír y que eso estaba bien. Era tan fácil hacerlo estando a tu lado, que comencé a anhelar todo aquello que creía prohibido. Un amor, un amigo, una charla tonta sin sentido. Me hiciste abrir los ojos al mundo que no conocía y pensar que yo arruiné el tuyo, es lo único que me duele— la mano de Jeon ahuecó su mejilla y notó que estaba llorando. Ni siquiera supo cómo era posible que las lágrimas cayeran de sus ojos sin su consentimiento. Tae negaba con la cabeza, pero no lo dejó hablar —si quiero detener toda esta mierda ahora, no es por mi. Es por todas esas familias que sufrieron, para que nadie más pase necesidades. Por esas niñas que hoy están muertas en vida cómo lo estuve yo. Para que sepan que hay más. Que se puede salir de esto y que hay alguien afuera dispuesto a darle una mano. Tae!— lo regañó cuándo este puso los ojos en blanco. Estaba segura que él quería arrancarle los ojos a cada de esos hombres que la habían lastimado, pero eso solo significaría problemas para él. —no vuelvas a sentirte menos, inservible, ni poca cosa. Tú para mí lo fuiste todo, te amé con todo lo que tuve y de una manera que creí que no tenía permitido. Y eras sólo un niño... Nunca necesité un hombre— el castaño pasó saliva. Había muchas cosas que quería decirle, pero ella no le daba tiempo a organizar sus pensamientos.  —ahora que lo pienso tuve suerte, te tenía en mi vida, a Yeol y a joong. Después el destino me puso a Jonatan y a jeon para comprender que debía cerrar este capítulo. Que podía hacerlo, que tenía derecho a hacerlo. Otras como lucy no corrieron con la misma suerte— jeon se arrodilló frente a ella. No la tocaría frente a Tae, pero tampoco podía ocultar la administración que sentía por ella.

—lo siento— susurró. Su mano todavía hecha un puño sobre la de ella y su voz cortada, cargada de ira al no poder evitar que su mente le muestre imagines crueles de ella siendo abusada, golpeada, humillada. —lo que tú dices, me alivia muchísimo. Pero no puedo prometer que me quedaré quieto esperando por justicia.

será nuestro secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora