Capítulo 39

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Oh sí esta es mi canción, y no la estoy escuchando como se merece.  Subo el volumen de mi ordenador y luego le doy clic en ''Guardar'' a mi hoja de cálculo, salvando así las últimas actividades que se registraron en la empresa esta semana. Levanto mi culo adormecido de la silla y estiro mi espalda cual gatito, aprovechando también el momento de descanso para dirigirme a la cocina y hacerme unas palomitas de maíz. Creo que se disfrutarán mejor con una cerveza, o quizá dos.

Bailo al ritmo de la música, mientras busco la bolsita de las dulces para meterlas en el microondas. Siento un tirón en mi vientre bajo, al cual trato de ignorar y busco la botella en el congelador, destapando la misma. Ya que estoy, podría continuar viendo la serie que tengo pendiente o bueno, una de tantas que tengo pendientes. Sí, definitivamente hoy será un día... productivo.

Mientras siento el sonido de como explotan proveniente de la cocina, prendo la televisión y busco en mi lista aquel programa que tanto insistió Blair para que vea. Acomodo el sillón a mi gusto y saco una mantita que escondo debajo de los almohadones. Todo listo aquí. La siguiente canción que lanza el modo aleatorio del reproductor da justo en el clavo, provocando a que saque mis pasos prohibidos. ¡Las palomitas!

Prácticamente me deslizo hacia la cocina como si estuviese en un concierto y saco el envoltorio quemándome un poco. Huelo esa maravilla y la vierto en un recipiente, mientras que con la otra mano agarro mi cerveza. Haciendo malabares, me detengo en mi computador y pauso la música. Ahora sí.

Fusiono mi cuerpo a los almohadones, tratando de encontrar la posición perfecta y una vez que la hallo, añado mi mantita a la receta para cubrirme totalmente con ella. Uso mi vientre de soporte para las palomitas y el respaldo del sofá como portavasos para mi bebida. Esto no puede ponerse mejor. Oh Cillian Murphy, ahí te voy.

Pero justo cuando estaba por presionar "Play'' a la serie y a mi momento de paz, la melodía del timbre resuena por toda la estancia. Cierro mis ojos un momento y niego, es que no es posible. Retiro las palomitas de encima mío y corro hacia la puerta, más les vale que sea importante, esa mini-maratón me pasó cuentas allí abajo. Con un demonio, qué incómoda estoy. Bufo y abro la puerta esperándome encontrar a un presentador de televisión diciendo que me gané la lotería, pero no, sólo es él. 

Está como recién salido de una alfombra roja y hace que mis pantuflas de Pokémon en conjunto a mi pijama de Spider-Man se avergüencen de haber sido adquiridos en la tienda. Rasco mi nuca y el imita mi gesto, ¿qué hace aquí? Me observa de pies a cabeza y se detiene en mis ojos mirándolos fijamente, como siempre hace, con la intención de intimidarme -¿Podemos hablar? Por favor- su cara de póker no muestra emociones, pero no hacen falta, puedo leerlo sin ellas. Gajes del oficio.

Bueno, ya qué. Golpeo mi uña en la puerta varias veces, finjo estar pensándolo muy bien y carraspeo -¿Te gustan las palomitas de maíz dulces?- espero su respuesta y cuando consigo un asentimiento, lo invito a sentarse en mi sofá y él lo hace, no sin antes sacar la mantita e inspeccionarla. Al igual que con toda mi organización para la improvisada noche de pereza.

Quita una almohada que al parecer le molestaba y la deja sobre él. Parece muy incómodo con todo esto a decir verdad -Creo que interrumpí una, pijamada- Agarra el alcohol que dejé en el respaldo y lo reubica en la mesita, sin que pueda entender el porqué. Aun así me siento a su lado, quito la manta de sus manos y la regreso a mi cuerpo, sintiendo su calor. Ahora sí aprieto el botón y la serie comienza. Todo esto, bajo su atenta mirada y su silencio mortuorio.

Meto un puñado de palomitas a mi boca y lo observo de reojo. Mientras mastico, estiro el recipiente hacia él -¿Quieres? Están muy buenas, a mi no me gustan saladas- hablo por hablar solo para romper el hielo, pues parece que se olvidó el motivo por el cual vino hasta aquí.

-No, gracias- quita el recipiente de mis manos y el almohadón que estaba sobre él, para luego palmear su regazo. Se lo que eso significa, pero no ahora -Sólo quiero que hablemos, pero sin hablar. Acércate, por favor. Sabes que no me gusta repetirme-

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Hola hola! He vuelto de un fin de semana agitado, pero les traigo un capítulo nuevo!

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Lxs amo ❤


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