Capítulo 45

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Me encontraba tan extasiada y desorientada por aquella erótica situación, que ni si quiera noté cuando James entrelazaba nuestras manos y me arrastraba hasta el exterior de la casa. Pero en estos momentos, aquel estado somnoliento es reemplazado por una gran confusión y más todavía ahora, que a duras penas puedo tapar mi desnudez de los curiosos vecinos para introducirme -a la velocidad de la luz- en el auto de mi jefe.

Las preguntas que mi cabeza formula no son emitidas por mi boca y éstas, a la vez, son opacadas por el rugido del motor y el latigazo que da el coche cuando sale disparado de la residencia con destino a quien sabe donde. Volteo a ver a mi jefe, con la intención de lazar una muy creativa grosería, pero él se anticipa a cualquier cosa que intente hacer.

-Ni una sola palabra, necesito pensar- su mandíbula se tensa y el cuero que cubre el volante debe de estar hirviendo, de tanta presión que ejerce sobre el.

Libero una risa burlona y niego varias veces -Esto tiene que ser una broma. Vamos, ¿dónde están las cámaras? ¿o caso estamos yendo al estudio de grabación? Porque es la única explicación lógica que le encuentro a todo esto y es que, ya no entiendo absolutamente nada- exploto repentinamente con la intención de entablar una conversación decente, pero el no voltea a verme ni contesta a todo mi palabrerío, si es que está escuchándome -Como pocas veces ocurre desde que comenzamos con esta relación, tomé la iniciativa y enserio, enserio que estaba disfrutándolo-

Saca una mano del volante para deslizarla sobre su cabello y levanta la voz -Myrna por favor, necesito silencio-

Quisiera arrancarle esos hermosos ojos con mis uñas -¡No! ¡Esta vez sí vas a escucharme! Porque si hago lo que quieres te enojas, si no lo hago también te enojas, me dices una cosa pero luego haces otra. Ya no puedo con esto, ¡y ni si quiera me miras a los ojos!- su ceño arrugado se suaviza y traga duro, afloja el agarre en el volante y su mandíbula ya no se tensa , dejando en claro que perdió el control de la situación -Deten el auto. Ahora. Y no hagas que me repita-

Es entonces que frena lentamente y se orilla a un costado de la ruta. ¿En qué momento llegamos hasta aquí? ¿a dónde pensaba llevarnos? A la lejanía observo un cartel con el kilometraje, pero la manía de no traer siempre mis lentes me juega en contra. Aprovecho el momento de paz para observar por la ventana. Era una hermosa noche extrañamente calurosa para esta época. Deja caer sus manos en el regazo y el golpe llama mi atención. Tiene sus ojos cerrados y su respiración se mantiene tranquila.

Pellizco mis labios mientras pienso en qué decir para romper el hielo, pero lo único que se me ocurre, es actuar. Meto mi mano debajo de su asiento, y cuando encuentro la palanca, reclino este hacia atrás. Por inercia intenta enderezarse, pero no se lo permito al empujarlo por el pecho, logrando así que vuelva hacia atrás. -No vas a escaparte. Necesito saber qué es lo que te pasa ahora, y lo sacaré de ti sea como sea- rápidamente me subo sobre su regazo e inmovilizo sus manos con las mías, evitando así que me toque, para devorar sus labios con mucho ímpetu. 

Aprisiona mis muñecas con fuerza y las junta detrás de mi espalda. Aprovecha su mano libre para tomarme por el cuello e intentar separarme de sus labios, por más que éstos últimos quieran lo contrario, pero lucho por tomar más de su boca y gruñe, dejando en claro que gané. Utilizo su momento de debilidad a mi favor y me libero de su agarre. Ni lerda ni perezosa, retiro el saco que me prestó y quedo desnuda de la cintura para arriba. Cuando se percata de mis intenciones, mira hacia otro lado.

-No. No puedo- cierra sus ojos y masajea su frente, para luego golpear la puerta del auto. Lo único que se escucha es nuestra respiración agitada y el chillido de los grillos que seguramente se encontraban en el descampado -Bájate de mi regazo por favor. Te llevaré a casa-

Siento tanta vergüenza, impotencia e ira, que sólo me limito a obedecer sus ordenes. Siento un dolor profundo que hace todos mis movimientos más lentos, pero aun así, retomo mi lugar en el asiento de acompañantes y me cubro aun más con el saco. Retiro una lágrima rebelde que quiere escaparse de mi ojo y no digo ni una sola palabra. Esto no parece ir a ningún lado, y ya me estoy quedando sin trucos debajo de la manga. Observo de reojo que sus manos están sobre el volante, pero no ha puesto el auto en marcha.

-Creo que debemos dejar esto por un tiempo. No estoy terminando nuestra relación, sólo estoy diciendo que podrás salir con alguien más hasta que, logre acomode mis ideas-

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Ajá... mira vos che. ¿Qué responderían ustedes?

Quise mantener mi racha de subir capítulo los domingos, pero perdí por 20 min...

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Lxs amo❤


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