Capítulo 1 -EDITADO-

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No es posible que me guste tanto dormir. Es como si mi cama tuviese un imán del cual no puedo despegarme. Pero, aunque no quisiera hacerlo, tengo que levantarme, porque hasta mis vecinos deben estar escuchando el estruendoso sonido de mí celular notificando una llamada.

Con mucho esfuerzo abro mis ojos lagañosos y agarro el molesto aparato, asustándome por lo que veo en la pantalla.
¡La hora! ¡Se supone que hace diez minutos que debería de estar en el trabajo!

Deslizo mi dedo sobre el botón verde y pongo el altavoz mientras me deshago de todas mis cobijas - no puede ser, ¿te quedaste dormida? - dice Blair con tono burlón.

Mis ojos se abren como platos y me despabilo del todo. De manera fugaz, casi cayéndome de la cama, me quito el pijama mientras corro a la regadera.

- Sí, sí lo lamento mucho yo... estaba saliendo - miento, al mismo tiempo que me refriego el jabón frenéticamente.

La rubia deja escapar una carcajada - Myrna, ¿cuántas veces te he dicho que no sabes mentir? Estoy escuchando la ducha... -

- Lu... sé, lo sé, en unus minutus estaré ahí - trato de aliviarla mientras escupo la pasta dental que tenía en la boca.

Se hace un breve silencio, hasta que mi amiga decide continuar - dime que no estás cepillándote los dientes debajo de la ducha -.

Atrapada. Bufo y contesto con mi segunda mentira de la mañana- por supuesto que no lo estoy haciendo, ¿cómo se te ocurre tal barbaridad? - avergonzándome de mí misma, la imagino poniendo los ojos en blanco.

- Está bien, no tienes que darme explicaciones a mí, ahórratelas para tu mejor peor amigo. El jefecito ha preguntado unas mil veces por ti, creo que si no vienes en este instante llamará a la Interpol o algo así, ya lo conoces. Es la reina del drama, pero ya me encargué de él -.

Suspiro al escuchar sus palabras - te debo una, enserio, muchas gracias - le agradezco tratando de ignorar el comentario sobre mi superior - ¡te lo compensaré con un sándwich! -.

- Y yo no voy a negarme. Apresúrate perra - río ante aquel apodo tan cariñoso - ¡oh y por cierto! La bruja malvada le dijo a Henderson que estuviste en una cita anoche y que probablemente por eso llegarías tarde -.

- ¡¿Qué le dijo qué?! - dejo caer mí toalla por culpa de aquella distracción. Aviento mi celular sobre el suave colchón rogando que este no rebote como una gimnasta olímpica y busco ropa decente, pero sencilla y rápida, para usar en la oficina - ¿por qué no se mete en sus propios asuntos? Te lo juro amiga, ya no puedo contra ella, es demasiado molesta -.

- Oh no te preocupes cariño, a esas personas es mejor tenerlas lejos y darles la menor importancia posible. Por otro lado, en cuanto tenga la oportunidad, le robaré su yogurt de la heladera y cobraremos venganza - sonrío ante la contradicción de mí compañera y termino de vestirme - ¿cree que va a andar por ahí esparciendo rumores de la gente y salirse con la suya? Claro que no -.

Hago una coleta en mi cabello, tomo mis pertenencias y me dirijo a la salida del apartamento - no es necesario, te meterás en problemas, yo me encargaré de ella en algún momento - bloqueo la puerta y hago ruido con el llavero a propósito - ahora si estoy saliendo. ¡Nos vemos en un rato! Te quiero -.

Corto la llamada y suspiro frustrada al recordar que no tengo mi auto. Sin perder más tiempo, comienzo a caminar rápidamente por la acera para poder enganchar un taxi, el cual encuentro a unos pocos metros.

A pesar de ser viernes, hoy no hay mucho tráfico en la gran manzana, y debe ser por ello que se me hace más ligero el trayecto. Ya estamos a unas cuadras de llegar a mí destino, por lo que preparo mi cartera para abonar el viaje.

"Henderson Automotive" es una de las compañías más grandes del país, donde se fabrican, reparan y comercializan automotores de distintas gamas y marcas. Comencé a trabajar ahí hace dos años, cuando tenía veinte, siendo secretaria y asistente personal de James Henderson; director ejecutivo. Puesto que actualmente ocupo y del cual estoy muy agradecida.

Perdida en mis pensamientos, veo que el coche se detiene frente al gran edificio, por lo que me apresuro por pasarle los billetes al conductor y apenas mis pies tocan el pavimento, cruzo a la cafetería que está en frente para comprar un capuchino y un muffin de chocolate al igual que siempre junto al sándwich que prometí.

Cuando mi pedido está listo, sonrío a la señora de la caja y salgo corriendo de allí, tratando de hacer equilibro para evitar un desastre con el café. Entro al establecimiento saludando a los que se encuentran en la recepción, me dirijo directamente al ascensor y marco el último piso, tratando de regular mí respiración.

Una vez que el elevador se detiene apoyo las compras en mi escritorio y aprovecho para dejar la mochila. Reviso mi apariencia en la pantalla del computador y vuelvo a agarrar el desayuno de mi jefe. Una vez que estoy frente a la puerta de su oficina, un suspiro se me escapa, y antes de que pueda golpear, ésta se abre de golpe.

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Espero que les encante este libro tanto como a mi me encantó volver a escribir.

Gracias por los comentarios, por las leídas y por los votos.

Gracias por la paciencia, el apoyo y la insistencia.

Gracias, gracias y gracias.

Lxs quiero ❤

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