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Capítulo 47

¿Por qué no puede ser como cualquier otra chica a la que haya conocido? ¿Por qué simplemente no saltó a mis brazos cuando le entregué el boleto de avión? O al menos, no sé, ¿perdonarme y ponerse feliz? En vez de, bueno, llegar a hipar de la risa justo en mi cara. Sin disimulo alguno, incluso con sus manos en las rodillas, digna de actuar en cualquier película hollywoodense.

-Eres tan gracioso- volteo mi cabeza denotando confusión y ella deja de carcajearse lentamente -Oh, estás hablando enserio, diablos. ¿De verdad creías que con un viaje lujoso solucionaríamos todo? ¿Qué diferencia habrá en hablar en tu oficina con hacerlo en Europa, si ni siquiera me diriges la palabra aquí teniéndome a un metro de distancia? ¿Y encima creíste que me comprarías con algo así?  Estás hartándome a otro nivel James, como no tienes idea-

Con cada palabra que suelta me hago más pequeño y el habla se me dificulta -Es que, yo...-

-Conozco ese tono, ahora vas a excusarte. Seguido de ello vas a cogerme sobre tu escritorio, me enviarás a casa luego de rechazarme por Dios sabe qué motivo y probablemente te arrepientas después, así que te disculparás de una forma muy pobre para luego volver a repetir el ciclo. Sé exactamente que sucederá, te has vuelto predecible; y yo también, porque una vez que pase todo eso volveré a caer por ti- me choco con el asiento para visitantes, pues sin darme cuenta, retrocedía ante aquel sermón -Porque sí, yo estaba tan, pero tan enamorada de ti que era un poco insano. Y ahora sinceramente, ya ni si quiera se si me caes bien. Ahora, tengo trabajo. Háblame cuando te crezcan un par de bolas para decirme qué mierda es lo que quieres de mí o para que firme mi despido. Que tengas un buen día.-

La puerta azotando provoca que me despierte de aquel trance e intente correr tras ella, pero, ¿con qué objeto? Si no había escuchado tanta verdad desde, nunca. Incluso es la primera vez que alguien me levanta la voz, algo que jamás permití en mi vida, provenga de quien sea. Pero allí estuvo, la persona que creía yo me había traído tantos problemas, exponiéndolos en mis narices y recitándolos como si fuesen poema. Ahora entiendo todo y es que, antes no lo quería ver. Ella siempre estuvo enamorada de mí y yo simplemente la descarté como a un perro. Una y otra vez. ¿Cómo no iba a odiarme?

Tomo asiento y remuevo mi cabello. Ahora sí estoy jodido. ¿Qué es lo que quiero de Myrna Jones? Si lo pienso bien, ya la probé en todas las formas en las que pensaba hacerlo; he aprendido tanto de ella y con ella como nunca ocupé mi tiempo en hacerlo con alguien más, mi sangre hierve cada vez que la veo con cualquiera que no sea yo y cuando no la tengo cerca no dejo de pensar en volverla a ver. ¿Qué es lo que quiero de Myrna Jones? Quiero más. Lo quiero todo.

Abro el último cajón del escritorio y saco la petaca que mi padre me heredó. Bebo recordando aquellos tiempos y siento punzar mi cabeza. Me tomó tanto tiempo entender, y aún ni si quiera lo admito del todo. Justo ahora, que no quiere verme ni en una estampa. Sin estar del todo consciente y frustrado hasta el infierno, tiro al suelo los papeles acumulados que tenía sobre aquel mueble, y un inusual sonido llama mi atención. Doy otro sorbo y me acerco al desastre que provoqué.

Perdido entre aquellos documentos -aparte de las notas de taller que había reclamado hace rato- encuentro un pequeño envoltorio con un familiar post-it colgando. "Lamento (no del todo) el haber estado con tu esposa, espero que me perdones con este humilde obsequio. M.J." Ignoro la ironía de aquel mensaje y abro el paquete. Un Hot Wheels de colección. Chevelle del '69 en color negro, primeras ediciones. El único que me faltaba. Ella va a volverme loco.

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Una buena te pido, una sola.

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Lxs amo más que ayer pero no más que mañana❤