Capítulo 42

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Subo las escaleras con mucho cuidado para no derramar el café que batí con tanto ímpetu, a la vez que abrazo con más fuerza los archivos que me dieron en contabilidad, asegurándolos con mi pecho. Nota mental: buscar tacones más bajos o dejar la ansiedad de lado y utilizar el ascensor aunque esté repleto de personas. Doy pequeños sorbos que provocan quemaduras en mis labios y deposito las cosas en el escritorio una vez que llego a mi despacho, soltando un suspiro. Abro las ventanas para que el sol ilumine el cuarto y el aire se ocupe del resto. Hoy a sido una mañana productiva donde incluso adelanté mi trabajo y ahora es una hermosa tarde calurosa, debo aprovechar el día al máximo.

No es que esté espiando, sólo tengo curiosidad. La puerta de la oficina de Henderson está abierta de par en par y desconozco el porqué. Creí que no vendría ya que se reportó enfermo y, al parecer, avisó a toda la empresa menos a mí. ¿O quizá alguien más entro allí? Muerdo mi labio tratando de contener las ganas de ir hasta ahí y quitarme la duda, pero quizá no deba molestar. Bueno, pensándolo bien, es mi jefe y probablemente necesite algo. Carraspeo mi garganta y aun con la bebida caliente en mano, me dirijo hacia la puerta vidriada. Casi que me orino encima al tratar de aguantar una carcajada, pero al mismo tiempo, comienzo a preocuparme.

Oh rayos, ¿quién carajos es éste y qué hizo con mi jefazo? Un extrañamente desalineado -y guapo- James está medio acostado medio sentado en su sillón de cuero, con las piernas estiradas sobre el escritorio, luciendo unos calcetines a rayas. Ni hablar de sus extravagantes gafas de sol violeta, que probablemente, estén escondiendo a un director completamente dormido. Me acerco a él un tanto insegura, pensando lo peor, y el hedor a whiskey alcanza mi nariz. Ahora si estoy asustada, jamás en mi vida lo había visto así. Es más, desde que lo conozco nunca he podido apreciar su figura con ropa informal o sin un peinado perfecto. Esto es muy raro.

Acorto la distancia entre nosotros y tomo su hombro, sacudiéndolo brevemente -¿Señor? ¿Señor está usted bien?- no recibo respuestas de su parte , ni un sólo músculo se mueve y mi corazón comienza a  palpitar de manera irregular, lo zamarreo con un poco más de fuerza -¿James? ¡James despierta!- Nada. Esto no puede estar pasando. Dejo el café sobre el mueble de madera y sostengo mi cabeza con ambas manos, ¿porqué carajos no despierta maldición?

-¡Boo!- de manera impredecible grita y acompañado de movimientos bruzcos, Henderson revive tomándome por los brazos para sentarme en sus piernas, sacando la mierda fuera de mi. Me ha pegado un susto de muerte y el idiota sigue riendo, mientras yo ya estaba aguantándome las ganas de llorar. Se quita los lentes y me observa un tanto confundido  -Tranquila, tranquila cariño no fue nada-

Me libero de su agarre y le lanzo la peor de mis caras -¡¿Qué no fue nada?! ¿Acaso es una broma? ¡Casi me da un infarto por tu culpa, creí que te habían asesinado o algo peor! ¡¿Qué te sucede?!- Trato de calmar mi respiración y retengo mis ganas de tirarle la bebida caliente en la cara, lo miro fijamente y su mirada perdida lo dice todo -¿James, estás ebrio?-

Intenta cambiar su expresión burlona por una más seria, pero falla horriblemente -No estoy ebrio, estoy feliz- oh claro, porque usar mis expresiones para reírse de mi lo ayudará mucho en esta situación, claro que sí -Primero que nada, dime, ¿eres la real o la que imagino de vez en cuando?-

Su pregunta me saca de mis ejes y desvarío un poco. No entiendo a qué se refiere, y como sé que los borrachos y los niños no mienten, prefiero no averiguarlo. Recupero la compostura y utilizo mi tono profesional para transmitir más seguridad -Señor, debe ir a su casa y descansar, no puede estar en este estado en la oficina. Es un mal ejemplo para los empleados y empleadas, y precisamente dudo que esté en condiciones de realizar su trabajo-

El millonario me mira fijamente y asiente con la cabeza lentamente, comprendiendo mis palabras y dándome la razón. Cruza sus brazos y bufa -Me encantan tus labios. Son tan regordetes y rosados, apuesto a que ni si quiera debes maquillarlos- o eso creía yo -Y tu trasero, o por favor no me hagas hablar de él, una tesis al respecto no sería suficiente-

Justo ahora necesito mi lado coherente, y es exacto el que utilizaré, no puedo dejarme endulzar por sus boberías. Saco el celular de mi bolsillo y utilizo la marcación rápida -Al ver que su estado no es el más correcto de todos para estar en el ambiente laboral, ante sus comentarios fuera de lugar y sumado a que no quiere retirarse de su establecimiento, me veo en la obligación de llamar a seguridad para que lo acompañen hasta casa sano y salvo-

James quita su sonrisa y eso me da el doble de satisfacción, pero la reemplaza por una perversa y diabólica. Se levanta del asiento con ambas manos hacia arriba, como si yo fuese parte de la ley y se acerca a mí. En un milisegundo me toma por la hebilla del cinturón y me acorrala, con su cuerpo pegado a mi figura, al escritorio -Como bien dijiste, este maldito edificio es mío, al igual que el suelo en donde estás parada, los muebles en donde me gusta cogerte son míos e incluso tu eres mía, así que últimamente me importa una mierda el ambiente laboral, ya que también es mío y hago en él lo que quiero. ¿A quedado claro?-

Mi respiración agitada y el nudo que se me formó en la garganta no me permiten dar una respuesta, ni física, ni mental. Abro mi boca pero nada sale de ella y es que, maldita sea, estoy tan mal que hasta me calentó su actitud altanera y posesiva -Sí señor. Lo lamento- pero aún así no me doblego tan fácil, ya no -Disculpe mi atrevimiento anterior, pero aún así tengo razón. No sé cuál es el motivo por el que se encuentra tan extraño, y como sé que tampoco querrá discutirlo conmigo, sólo me dejó esa opción-

El desalineado hombre no quita los ojos de mí y aprieta su mandíbula, empujando también su mejilla con la lengua.  La tensión se puede cortar con una tijera, pero luego de unos segundos, él me libera y se dirige a paso de tortuga al ventanal poniendo sus manos en los bolsillos del pantalón. Aún con sus calcetines a rayas -Puede retirarse Jones, la veré más tarde-

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Buenas nuevas! Y con buenas nuevas me refiero a un nuevo capítulo.

¿Son cada vez más largos? ¿Estaremos cerca del final? ¿Soy la única que quiere ver a Sebastian Stan con medias rayadas y lentes violetas? Tal vez.

Espero que disfruten la lectura, no se olviden de votar y comentar que me ayudan muchísimo!

Lxs amo ❤



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