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Capítulo 54. Nunca Te Vayas

Shen QingXian lo abrazó y suspiró: "Bixia, definitivamente nunca te dejaré en esta vida".

Por favor, nunca te vayas.

Gu JianShen se apoyó en sus omóplatos, viendo fijamente hacia el frente.

Había actuado de esta manera principalmente para que Shen QingXian bajara la guardia, haciéndole sentir que confiaba profundamente en él, incluso más que en Sun ShiGui.

Entonces, la intención maliciosa de Qin Qing se expandiría aún más.

Sin embargo, él le había dicho que nunca lo abandonaría en ésta vida.

Seis palabras que parecían haber salido de un dulce sueño.

No te vayas, no vayas lejos.

No me abandones, no me deseches como los demás lo hicieron.

Su padre, su madre y su familia, todos lo habían abandonado, lo desecharon como si fuera basura, en este mundo, ¿finalmente había alguien que estuviera dispuesto a quedarse a su lado?

Qué mentira... ¿Por qué en este mundo podrían existir éstas seis palabras de ensueño? Simplemente era demasiado irreal.

Pero se sintió muy feliz escuchándolo decir eso, realmente estaba feliz.

Independientemente de lo demás, Qin Qing lo trataba mejor que Sun ShiGui y Li WeiJing, a pesar de que también se estaba aprovechando de él, Qin Qing cubría con dulce miel el veneno, lo que le permitía poder saborear el sabor dulce antes.

Gu JianShen arqueó las comisuras de sus labios, en sus ojos había un destello de sinceridad, y le dijo en voz baja: "Gracias".

Fingir estaba bien, después de todo, este era el abrazo más cálido que había recibido en su vida.

Shen QingXian lo tranquilizó: "Bixia puede estar seguro, no tiene nada de que preocuparse; cada uno de los funcionarios trabajaremos para usted y recuperaremos lo que perdió".

Le dará el cuidado que una familia debería de dar, lo ayudará a sentarse firmemente sobre el trono, él lo protegerá con toda su vida de las demás personas.

Esta promesa, Shen QingXian usaría toda su vida para cumplirla.

Gu JianShen se rió entre dientes sin creer una sola palabra, pero su corazón estaba extremadamente feliz.

Era como estar de pie en un abismo profundo y oscuro, mirando hacia arriba y contemplando un rayo de luz, era muy probable que fuera la luz reflejada por alguna cuchilla afilada, pero era infinitamente hermosa y brillante, haciendo que la gente se enamorara de ella.

Cuando terminó de tratar su herida, Gu JianShen quería seguir copiando las escrituras budistas.

Pero, ¿cómo podría Shen QingXian dejar que siguiera sufriendo? Tomó su mano y le dijo: "Bixia, déjamelo a mí".

Gu JianShen negó con la cabeza y le respondió: "Después de haber engañado a mi madre con esto, mi corazón no se siente bien".

Shen QingXian replicó: "Como madre, ella espera que su hijo sea sano y maduro. La Emperatriz Viuda es estricta, pero su corazón sigue ahí, aunque Bixia tome la piedad filial como raíz, no puede permitirse ser rígido. Saber que copiar las escrituras budistas es inútil y aún así persistir, es como instruir a la Reina a que siga cometiendo el mismo error".

Gu JianShen se detuvo.

Shen QingXian continuó diciendo: "La Reina Sun es noble, y la gente común no puede intervenir, pero Bixia no necesariamente tiene que seguir tomando la jabalina. Es mucho más correcto utilizar trucos elegantes para evitar cometer más errores".