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El día empezó normal en casa de los McLaughlin Sink. Como los dos días anteriores, Millie le había llamado a Sadie para que la chica le desee suerte con Maya.

—¿Puedes creer que esa enfermera dijo que éramos malos padres y por eso nos llevamos tan bien?—exclamo Millie indignada.

—¿De quien habla?—le pregunto Caleb a Sadie.

—De la enfermera que no recuerdo su nombre—respondió Sadie mientras terminaba de preparar unos hotcakes.

Luego de recibir más quejas de Millie hacia la enfermera, la castaña tuvo que despedirse de su amiga ya que estaba recibiendo otra llamada.

Sadie y Caleb estaban terminando de desayunar cuando el pequeño Sander apareció frente a ellos tallandose un ojo.

—¿Iremos a casa de Maya?—pregunto sentándose en las piernas de su madre.

—¿Por que lo preguntas?—le pregunto Caleb mientras se levantaba para prepararle el desayuno al menor.

Sander solo levantó los hombros y luego se acurruco en el pecho de Sadie.

Unas noches atrás, cuando Sadie recién había llegado desde que sucedió el accidente de sus padres, ella y Caleb habían conversado el tema sobre explicarle a los niños lo de su separación.

Empezarían primero hablando con Sander, y aprovecharían el día en el que los dos tenían libre para estar con los pequeños y así ellos no se tomen mal la noticia, en realidad Caleb y Sadie estaban más preocupados por Sander, ya que Sidney recién tenía dos años y la pequeña no entendería.

—Aqui tienes—Caleb puso un plato de cereal y leche frente al pequeño. Sadie sentó a Sander en su silla y ella se paró junto a Caleb, ambos observaban al pequeño comer, y este ya se estaba asustando.

—Yo no rompí el jarrón de su habitación, fue Sidney—exclamo Sander levantando las manos como si lo fuesen a llevar preso.

Sadie lo observo molesta, el jarrón había desaparecido hace unos días y los niños no habían dicho nada. Decidió no regañar al pequeño, romper un jarrón no era nada comparado con enterarte que tus padres se van a separar.

—No es eso—le dijo Caleb—Con mamá queremos explicarte algunas cosas.

—No quiero más hermanos, con Sidney ya me basta y sobra—advirtio el niño.

Caleb y Sadie negaron rápidamente.

—Tu sabes que cuando dos personas se aman, pues se aman, ¿no?—dijo Sadie, la chica se estaba poniendo nerviosa, así que Caleb le tocó el hombro para ayudarla—La mayoría de veces estas personas suelen estar juntas...como pareja.

—¿Como ustedes?

—De hecho, también hay personas que luego de formar una familia o de amarse durante años, dejan de amarse, el cariño sigue presente pero no como antes y por ende estos se separan—Al escuchar lo que dijo su padre, el pequeño dejo de comer su cereal y observo a sus padres arqueando una ceja.

Sadie siempre decía que los niños no debían tener control sobre sus padres o tomar una decisión por ellos, pero esta vez, ella tenía miedo, tenía miedo de que su hijo la odie por completo y ella se vea obligada a estar obedeciendo en todo al pequeño.

—Eso fue lo que nos sucedió con tu padre, cariño—murmuró la pelirroja agachando la cabeza.

Fue en ese momento en que Sander empezó a negar con su cabeza.

—Ustedes son mis padres, no pueden separarse—exclamo.—No pueden hacernos esto, se supone que deben cuidarnos.

—Y eso hacemos, el hecho de que con mamá ya no estemos juntos no quiere decir que vamos a dejar de preocuparnos por ustedes—explano Caleb.

Why are we famous?|| Fillie||#wawf1Where stories live. Discover now