Parte 20

662 72 14
                                    

El desierto, de los lugares más bellos del planeta si te consideras una persona tranquila, hermoso por su ausencia y pleno en simpleza, aun así, la guerra había creado su propia belleza dentro del lienzo blanco de la arena y la nada.

Buscar y destruir.

Cuando Tanya consideró el plan previamente le había parecido una mala idea, pues contaba con un número limitado de tropas que si se desperdigaban por el desierto tarde o temprano terminarían rodeados y sin posibilidades de escape, sin embargo, pensándolo más, la persecución del enemigo era su mejor opción.

No les brindarían tiempo de reagruparse mientras seguían avanzando, la federación había concentrado prácticamente todos sus recursos en el escenario europeo, por lo que seguramente tardarían mucho en organizar una fuerza de apoyo para retener sus pozos petroleros, así que si lograban expulsar a los combatientes que aún se encontraban en las cercanías, todo lo que les quedaría por hacer sería establecer puestos de defensa para evitar la recaptura de la zona, sin mencionar que establecería un buen precedente para la futura Blitzkrieg que Ains deseaba librar.

Finalmente el avance se decidió tal cual, el ejército se dividiría en 4 columnas conformadas por tanques, infantería y artillería remolcada. Cada unidad sería acompañada por un soldado del reino hechicero para proporcionar comunicación directa entre todas las otras fuerzas así como con las reservas de suministros en la retaguardia mientras que los magos del 203 y los restantes magos de la naval, buscarían y destruirían cualquier cosa que pudiera representar una amenaza para el avance.
Cómo última instrucción, se les pidió a las unidades terrestres evitar lo más posible el uso de las radios, debido a que la misma podía ser interceptada y usada pora coordinar las defensas contra las columnas atacantes.

.... .... .... .... .... .... .... .... .... .... .... .... ....

Los muelles en la playa estaba repletos de material bélico, tanques, aviones, cañones, rifles, ametralladoras, bombas y munición era solo algunas de las cosas que se descargaban de los buques aparcados junto a la pequeña ciudad de Benda, un puerto costero por el que se había decidido iniciar la invasión.

Joshua Peter mittherson, era un teniente de baja categoría seleccionado por el ejército del éste para participar en la operación tormenta del desierto, su batallón había sido seleccionado por ser de naturaleza autónoma, lo que significaba que solo el general del ejército del éste podía darles ordenes

No era una persona excepcional, era de estatura normal y de cabello castaño, usaba lentes, pues el humo y el gas de las trincheras había dañado su visión; no tenía talentos especiales, no era más rápido o fuerte que sus compañeras e incluso sus camaradas de batallón solían llamarlo 'el pequeño Pit', pese a todo, había algo que le encantaba hacer y que quizás podía considerar como su único talento...la fotografía.

Desde que consiguió una cámara mediante el trueque en la batalla de Dacia, Pit se había dedicado a fotografiar cada escenario importante en el que se hubiera encontrado, dando lugar al reconocimiento de sus compañeros e incluso algunos superiores.

Nuevamente Pit había sido enviado a pelear a un lugar extraño, pues solo pudo maravillarse y horrorizarse cuando toda su unidad fue introducida en una especie de portal para ser escupidos horas después en las entrañas de un acorazado, del cual ahora descendían.

Cientos de hombres habían tenido que esperar en aquel lugar extraño, un hermoso coliseo con el cielo más despejado y estrellado que nadie hubiera visto nunca, con estructuras tan imponentes como bellas, aunque nadie tuvo el tiempo de regocijarse demasiado, pues una vez se les dio la orden, atravesaron su segundo portal hacia lo desconocido y, después de todo, habían terminado en una playa desértica con un pueblo de mala muerte sin saber exactamente cómo o porqué.

Overlord: La niña y el nigromanteWhere stories live. Discover now