Parte 46

227 36 8
                                    

El viento helado, por primera vez en semanas, soplaba a favor del Reino.

El puerto ahora se fortificaba con la ayuda de los soldados que habían decidido unirse a la causa del rey santo, luchando contra sus antiguos caciques.

Pero si había algo que realmente era nuevo, era un pequeño campamento construido gracias a personal del reino santo y hechicero.

Algunas carpas habían sido levantadas para brindar un centro de mando, así como barracas y puestos de almacenamiento, pues mientras mantenían la seguridad del puerto, Ains se había ocupado de suministrar tanto recursos como nuevas órdenes e inclusive mano de obra.

"necesito que construyan una pista de aterrizaje en las cercanías del cuartel del reino santo y se preparen para la llegada de refuerzos"

Ordenes sencillas, aunque dificil de ejecutar, ya que el 203 no eran precisamente ingenieros, tuvieron que recurrir a el conocimiento general de todo el batallón para idear un aerodromo meramente funcional, pues en conjunto sabían lo suficiente para tener un par de pistas aéreas operativas.

3 pistas habían sido construidas junto a algunos rudimentarios hangares y zonas de control.
Lo que anteriormente fue el campamento del ejército aliado, ahora era un puesto de vigilancia mágica con equipo del propio reino hechicero y del imperio, desde donde todos los días se escribían reportes tanto de la actividad aliada como de la enemiga a fin de enviarla al propio Ains.

Tanya estaba ansiosa, había terminado sus tareas satisfactoriamente, pero la verdadera causa de su malestar se debía a una de las personas que mas contribuyó a la construcción del aeródromo.

Era una niña de tal vez 13 años, usaba un atuendo mayormente blanquecino muy elegante de un saco de gala y una falda corta que exponía sus piernas de color caramelo, pues aunque al principio todos habían quedado deslumbrados por su belleza, rápidamente tres hechos enviaron al 203 de regreso al mundo real.

1-Se trataba de una niña pequeña, por lo que cualquier movimiento estaba mas que prohibido

2-Sus orejas daban una impresión de pertenencia a otra raza, por lo que la cautela rápidamente se sobrepuso a la atracción

3-Finalmente se trataba de una subordinada del rey hechicero, por lo que no sería extraño pensar que estaba más que fuera del alcance de cualquier persona en ese modesto batallón.

Mare era una persona de carácter modesto y tímido, la primera vez que Tanya se reunió con ella su conversación fue corta y centrada en las instrucciones que la propia Tanya le dio para la construcción de las pistas.

Su poder era inmenso, movilizando cantidades ingentes de tierra y roca para crear las areas de aterrizaje y desplazamiento de los aviones, camuflando con pasto y arboles el lugar, creando parapetos y areas de vigilancia en los alrededores, dejando prácticamente obsoletos a los golems, quienes fueron entregados a las fuerzas del reino santo para ayudarlos a mejorar las defenzas en la ciudad portuaria.

Tanya ya no se sentía impresionada por esto, pues tras conocer el alcance del poder del rey hechicero, comprendía que sus subordinados seguramente estaban, como mínimo, a la par de él.

Ahora mismo, Mare simplemente se limitaba a observar las acciones del 203, lo que preocupaba a todos.

Visha y las otras mujeres del batallón se acercaban con frecuencia a ella, pero era diferente para los hombres, que ahora se negaban a apartarse de su trabajo inspeccionando el lugar únicamente para descansar o hacer ejercicio a plena vista de la niña elfa.

"Patético...aunque supongo que tanto tiempo sin mujeres alrededor podría llegar a afectar a cualquier hombre"

El nuevo cuerpo de Tanya era útil de vez en cuando, una de esas ocasiones era esta, pues era aún muy pequeña como para que su libido representara una función básica de su cuerpo, aunque mientras pensaba en eso no pudo evitar recordar los hermosos ojos carmesí de shalltier cerca de su rostro, lo que innegablemente le daba una incomoda sensación de calor en el cuerpo.

Overlord: La niña y el nigromanteWhere stories live. Discover now