Parte 29

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Albedo bebía una taza de té pulcramente mientras el sonido del papeleo invadía el cuarto, una habitación bastante Adecuada para una reunión de tal importancia estratégica.

Sillones de Terciopelo, una mesa artesanal de madera tallada, cortinas de seda que dejaban ingresar levemente la luz del sol y una alfombra roja de un material tanto fino como desconocido.

Demiruge miraba curioso una carpeta de cuero que contenía todo tipo de información recolectada recientemente por la primer ministro durante su estadía en el imperio.

Las tropas en el frente se habían segregado incluso más que antes bajo el impulso silencioso de Ains, que seguía controlando a oficiales de primera línea para aflojar la presión sobre la disciplina de la infantería, lo que finalmente había comenzado a generar algunos roces entre unidades vecinas, aunque sin llegar a afectar la estabilidad de las batallas.

Con tanta gente inconforme y luchando por un ideal tan flojo como la soberanía de un reino con un gobernante tan tonto, solo se necesitaba una muestra de poder y grandeza por parte del reino hechicero para que las leales filas del imperio marcharan bajo su bandera, aunque eso tendría que esperar un poco.

Los demás informes revelaban información interesante de igual forma, pues albedo había conseguido capturar a un espía de los estados unificados, logrando hacerse con un agente interno de dicha nación y finalmente haciéndolos movilizar una fuerza de choque contra un objetivo fuertemente defendido, finalizando con la captura de un objetivo prioritario

La maga que contactaba con dios...Mery.

También había logrado acercarse a su segundo objetivo, el científico Adelheid Von Schugel, quien hasta ahora permanecía fuertemente custodiado por la guardia real en el corazón del imperio, dejando a los espías de Ains un poco al margen para evitar posibles confrontaciones.

Demiruge leyó la situación en el frente, además de una serie de actualizaciones sobre el equipo que el reino enano fabricaba, llegando a leer algo bastante preocupante en la papelería en sus manos.

-Albedo...esto es verdad?-

El demonio parecía haberse detenido en una sección en específico, dejando que su acompañante lo notara al menear las páginas de forma vistosa en el aire.

-Por supuesto, crees que haría una anotación así en un documento oficial?-

-Bueno...la verdad es que me preocupa un poco esto...No es normal que Ains omita un detalle como este...-

Albedo sonrió irónicamente mientras llevaba la taza de té nuevamente a su posición original sobre el pequeño plato que reposaba en la mesa, luego simplemente miró confiada a su acompañante, hablando con un tono tanto confiado como un poco sarcástico.

-Me decepcionas Demiruge, realmente crees que nuestro Ains-sama dejaría un asunto tan importante como ese de lado?...es más que obvio que él planea usar este evento para su beneficio y el de toda Nazarick-

El demonio, ligeramente irritado, realmente no pudo refutar la lógica de su acompañante, aunque igualmente deseaba conectar algunos golpes como ella hizo con él.

-Entonces supongo que puedes decirme la razón de este desliz?-

La confiada expresión de albedo se congeló mientras lentamente miraba en otra dirección.

-...y bien?...-

-Bu...bueno...no puedes esperar que una simple sirvienta como yo, incluso siendo quien más comprende a Ains-sama, llegue a siquiera acercarse al celestial nivel de pensamiento en el que él se encuentra verdad?...-

Overlord: La niña y el nigromanteWhere stories live. Discover now