Parte 40

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Elevando su temerosa cabeza por sobre el humo y los restos, el mago herido contempló la dantesca escena, lo que hasta hacía poco era una bella plaza se había reducido a escombros humeantes, sus líderes, camaradas y subordinados habían sido pulverizados a la nada misma, dejando ocasionales restos de ellos manchando la nieve; más allá de los edificios, campanas sonaban de forma histérica mientras un pequeño enjambre de magos imperiales asediaba el puerto.

-MUEVANSE, MUEVANSE MUEVANSE!!!-

-FUERA DE LOS MUELLES!!!-

Los sub comandantes que recibían a las tropas en los muelles intentaban desalojar las barcas lo más rápido posible...sin tener éxito.

Una nueva ráfaga de artillería mágica impactó en las embarcaciones aún amarradas al puerto, arrojando madera y cuerpos en todas direcciones mientras su estructura se incendiaba irremediablemente.

Los mástiles crujieron con fuerza al derrumbarse sobre si mismas, aplastando a quien estuviese en sus alrededores, las velas cubrieron las cubiertas junto a sus ocupantes, quemando los casi al instante.

En lo alto de una de las iglesias, tocando desesperadamente una enorme campana, un par de soldados acudieron al grito de uno de los pocos oficiales aún vivos que, desde el suelo, los llamaba.

-Que ocurre?!-

-NOS ATACAN!!!-

-Desde qué dirección?!-

-DESDE TODAS!!!-

" Maldición, esos estúpidos magos no hicieron bien su trabajo...como sea necesitamos recuperar la iniciativa"

Agarrando a uno de los soldados cercanos con fuerza, el oficial prácticamente gritó instrucciones a su cara.

-TU, VE A LAS BARRACAS DE LOS MUELLES Y DILES A LOS MAGOS QUE INICIEN UN BARRIDO POR LA CIUDAD, QUE NOS CUBRAN DESDE EL AIRE Y NOS DEN ALGO DE TIEMPO!-

-A LA ORDEN!-

Apenas concluyeron su oración, la torre de la iglesia estalló con violencia tras el paso rápido de un par de magos imperiales, quienes sin detenerse, siguieron disparando indiscriminadamente contra cualquiera tumulto de gente o estructura importante.

Los escombros callejón con fuerza, impactando contra la armadura y los brazos del oficial, que recuperándose del golpe, se dispuso a iniciar su camino hasta el cuartel general en la plaza principal.

Su carrera fue interrumpida por otra explosión que lo arrojó contra la vitrina de una pastelería abandonada destruyendo el vidrio de su aparador y desmayando se casi al instante.

-Donde están los magos?-

-Sus barracas fueron destruidas, están muertos!-

-arqueros, necesitamos a los arqueros!-

-reunanse con sus unidades y protejan a...-

Nuevas explosiones, hechizos de perforación o incendiarios golpearon la ciudad, dejando una imagen sorprendentemente familiar para aquellos responsables de llevarla a cabo.

"que asco...otra vez tengo que hacer este tipo de trabajos...enserio, se piensan que los subordinados son los conserjes de una empresa aquí o en el otro mundo, siempre llevando a cabo el trabajo sucio de los superiores..."

Tanya miraba tranquila el ambiente mientras flotaba pacientemente sobre la plaza principal, pues aunque ella debía guiar uno de los equipos de asalto, la verdad era que para este momento le parecía un despropósito, pues sus unidades estaban demostrando ser demasiado efectivas.

Overlord: La niña y el nigromanteWhere stories live. Discover now