Capítulo 21

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Estaban sentados en el sofá, cada uno mantenía una distancia prudente al igual que cuando vieron aquella película infantil, sin embargo, ahora en la pantalla se reproducía Seven  y no una animación, dándole al ambiente uno más serio y menos aniñado. A ambos los tenía inmersos, no podían despegar la vista de la pantalla aún y cuando la persona a su costado era la causante de todo el remolino de emociones en su interior, pero por ese corto momento, no les importó en lo más mínimo, el centro de atención era quién era el asesino de la película.

Yoongi de manera inconsciente comía palomitas, las tomaba del bowl que estaba entre los dos, habían hecho en el microondas tres paquetes, y por fortuna porque de no ser así, desde hace mucho tiempo ya no tendrían palomitas.

Jimin se levantó despacio de donde estaba cuidando de no molestar al pálido, para dirigirse a la cocina por un vaso de limonada fría, a pesar de las bajas temperaturas fuera de ahí, sirvió otro para Yoongi. Al volver la película siguió su curso pero apenas tomó asiento vio como uno de los protagonistas golpeaba al supuesto asesino, dando por finalizado el filme.

—Wow, ¿puedes creer que encontró la cabeza de su esposa?—preguntó Jimin, dándole un sorbo a su bebida, pasó el vaso al otro.

—Debe ser traumático—murmuró Yoongi, observando de cerca el vaso transparente.

—La verdad, no me esperaba ese final. Queria que fuera uno más alegre, por ejemplo, que el asesino hubiera sufrido igual que las víctimas.

—Lamentablemente, es lo más parecido a la realidad Jimin, no puedes querer inventarle un final feliz a todo, no es lo más sano—dijo Yoongi, perdido.

Ahora estaba arrepintiéndose de poner esa película tan depresiva a una persona que aparentemente no se encontraba del todo bien anímicamente.

—Ya pero, inventarse finales felices hace que vivas más alegre o en paz.

—No, solo caer de más alto cuando llegas a la vida real—Yoongi se encogió de hombros. —Aunque bueno, todos nos inventamos lo que queremos que sea, o lo que nos parece bueno.

Jimin se preguntó el por qué Yoongi tendría ese pensar, la mayoría de las personas crean en su mente diversos escenarios positivos con tal de vivir mejor la vida, para serenarse ante un tormenta que no se puede controlar, ¿el orfanato tendría algo  que ver?

—Yoongi—llamó en voz baja, mirando hacia su vaso—¿por qué no quisiste regresar a tu departamento?

Volteó a verlo, notando como mantenía fija la mirada en la pantalla con la carátula de la película y la sinopsis de la misma.

—N-no quería regresar por ese camino específicamente—el pálido posó sus ojos sobre el pecho de Jimin. —Te confesaré que planeaba tomar otro camino, pero después me propusiste venir aquí, y no quise negarme.

El tono rojizo llegó a las mejillas de Yoongi, y éste desvió la mirada, queriendo esconderse donde fuera o que la tierra se lo tragase.

—¿Querías estar conmigo entonces?—Jimin usó un tono burlón sin afán de ofenderlo. Se le implantó en toda la cara una sonrisa divertida pero llena de ilusión y el brillo en sus ojos era más grande de lo usual.

—No te des tanto crédito Jimin—el rubio rió al rodar de los ojos de Yoongi—Siendo sincero, d-digamos que me s-siento en p-paz cuando estoy c-contigo.

Jimin contuvo el aliento, pasmado ante esas palabras. Yoongi se levantó deprisa y sin previo aviso huyó a donde Jimin creía, el baño, murmurando de paso un "enseguida regreso".

El rubio suspiró con felicidad, no se esperaba tal confesión pero sin duda alguna siempre la guardará en su corazón. Resistió las ganas de ir tras Yoongi y estamparle un beso en los labios, o en cualquier otro lugar, probablemente después de eso quiera ir de vuelta al departamento, aunque no lo dejaría ir, mantendría la promesa hecha a Hoseok de no dejarlo solo por mucho tiempo.

𝑻𝒂𝒄𝒊𝒕𝒖𝒓𝒏𝒐. «𝑱𝒊𝒎𝒔𝒖»Where stories live. Discover now