Capítulo 24

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El rugido del motor del automóvil llenaba todo el ambiente, al principio cuando recién Hoseok los recogió en la pastelería, estaban animado, hasta Yoongi sonreía ligeramente y no mantenía su pose defensiva, sin embargo, después del furor del momento las cosas se calmaron.

Sumando a la oscuridad plena el cansancio de su primer día, daba como resultado que estuviera quedándose dormido en los asientos traseros. Jimin iba a su lado, de vez en cuando Hoseok y el rubio intercambiaban ciertas palabras para después caer otra vez en el silencio total.

Los ojos le pesaban mucho, pero no quería dormirse en el auto, no quería que al llegar, le despertasen para que bajara.

—Yoongi, puedes dormir. Te avisaré cuando lleguemos—escuchó decir muy lejanamente a Hoseok.

Estaba seguro que lo veía por el espejo retrovisor. Se enderezó un poco y soltó un bostezo alargado, para después negar con la cabeza.

—No, estoy bien.

—Te estás cayendo del sueño—volteó hacia el rubio quien le había dicho lo anterior.

—No falta mucho, lo soportaré.

No lo soportó. A los cinco minutos un Yoongi dormido reposaba sobre el hombro de Jimin, quien reía al recordar lo dicho por el pálido minutos atrás.

—¿Crees que se moleste si le tomo una foto?—preguntó el rubio a Hoseok, quien rió bajito.

—Mientras siga dormido no creo que haya mayor problema.

Confiando en las palabras de su amigo, como pudo tomó su celular del bolsillo, abrió la cámara y la apuntó al pálido, seguía impasible, dentro de los brazos de Morfeo.

—Me alegra verlo dormido.

—¿No duerme mucho?—Jimin guardó el celular.

—Hubo un tiempo en el que no, lo escuchaba caminar al rededor de la habitación o el sonido de las teclas al escribir—Hoseok frunció el ceño. —Nunca supe si esas veces logró dormir algo, me quedaba dormido antes que pasara.

—Hoseok—dijo en voz baja, el mencionado murmuró algo parecido a un "si", en señal de que le escuchaba. —¿Sabías que Yoon hace ejercicio hasta el punto de casi desmayarse?

El silencio sepulcral hizo acto de presencia en el auto, un silencio pesado, la atmósfera era completamente tensa. La respiración acompasada de Yoongi lograba llenar algo del vacío.

—No lo sabía—el tono serio de Hoseok rompió el silencio.

No quería ventilar los problemas de Yoongi, sin embargo, algo como eso podría tener consecuencias fatales y no quería averiguar qué pasaría si no lo contase.

—Lo descubrí el día que durmió en mi casa, bueno, a la mañana siguiente.

—¿Desde cuando lo hace?—preguntó Hoseok con pesar en la voz, más para si mismo que para el rubio.

—No lo sé, pero dudo que empezara hace poco—aún así, Jimin le respondió, no soportaba el silencio abrumador en el auto.

—¿Por qué insiste en hacerse daño?

—No creo que lo haga por gusto, sino por obligación—Jimin miraba el rostro de Yoongi o lo poco que podía ver por la posición en la que se encontraba.

—Pero nadie lo está obligando—la frustración de Hoseok era totalmente comprensible, apretaba ambas manos en el volante y respiraba pesadamente.

—Tal vez fue una persona del pasado—contestó el rubio cuando estacionaron frente al edificio departamental.

—Debemos hacer algo estar pendiente de el, pero tengo trabajo y salgo hasta tarde.

𝑻𝒂𝒄𝒊𝒕𝒖𝒓𝒏𝒐. «𝑱𝒊𝒎𝒔𝒖»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora