Capítulo 9

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La alarma de Jimin a las 7 en punto de la mañana, estaba sonando, dándose una ducha rápida y tomando unos panecillos que tenía en la alacena, se dirigió a la parada de autobús más cercana, al llegar se colocó sus audífonos y esperó. Tiene solo dos horas de una materia en su facultad, su clase comenzaba en media hora, solo esperaba que no tardara tanto en llegar, si bien el profesor era bastante bueno explicando, era muy estricto en cuanto a la puntualidad, y eso le crispaba los vellos de la nuca.

Despues de 5 minutos de espera, el transporte llegó, subió y tomó asiento a la altura media del bus, recargó su cabeza en la ventanilla, y se perdió en el paisaje, los grandes árboles verdes que se dejaban ver cada ciertos metros, el cielo grisáceo con nubes arreboladas que amenazaban con dejar caer una lluvia intensa.

Cuando llegó a su destino, faltaban unos minutos para las 8, afortunadamente el salón correspondiente no estaba lejos de la puerta principal, por lo que llegó a buen tiempo, tomó asiento donde usualmente lo hace, abrió y libro una vez el profesor entró al aula, y comenzó la clase.

La materia era bastante interesante, bajó la vista al libro que tomó prestado de la biblioteca desde el inicio del semestre, observó una imagen de una pintura en el, bajo ésta profesaba: "Saturno, de Rubens". Jimin no podía dejar de mirar la carita del niño que estaba siendo devorado por su padre, su expresión era de dolor puro e inocente, fue incapaz de no pensar en el pálido, aunque el padre de Yoongi no lo devoró, se dijo con obviedad, pero no pudo evitar comparar al infante con el, notaba la agonía en esos ojos oscuros, sus acciones no lo demostraban pero estaba seguro que ansiaba la ayuda y el estaba dispuesto a dársela.

Acarició el rostro del niño con parsimonia, lanzó un suspiro, esperando a que Yoongi asista, solo quiere verlo, aunque sea solo eso.

Cerró el libro y tomó de su mochila la única libreta que había, la abrió por la parte trasera y en la hoja en blanco escribió hasta arriba "Ideas para ver sonreír a Yoongi", podría ser cliché, sin embargo, tiempos desesperados, requieren medidas desesperadas. No quería que el pelinegro sea un cuerpo sin alma, quiere ver un montón de emociones atravesar por su rostro.

Bien, número uno. ¿Sería prudente marcar una salida a comer en un restaurante de manera romántica?, pensó, no comas ansias Jimin, muy apenas y te dirige la palabra. Bufó de manera exagerada.

—Joven Park, ¿se encuentra bien?— Pegó un brinco al escuchar la voz del profesor demasiado cerca, volteó hacia su izquierda levantando la mirada para posarla sobre los orbes del mayor, tragó saliva ruidosamente.

—Sí, lamento interrumpir—. No quería que lo sacaran del salón, nunca en toda su carrera había pasado aquello, y esperaba que esto no fuera la excepción.

—Bien, si gusta despejarse, es libre de salir a tomar aire fresco y regresar al aula, joven Park—. ¿Me está corriendo amablemente? No, si esa hubiera sido su intención, no habría dicho que regresara al salón. Solo fue capaz de dar un leve asentimiento, el profesor volvió al frente de la clase.

Jimin se contuvo para no salir corriendo de ahí, sintió una adrenalina invadir su torrente sanguíneo pero tampoco quería perderse la clase, así que muy a su pesar, cerró la libreta y prestó atención por lo que restaba de la hora.

O

Al finalizar las clases, guardó sus cosas y se dirigió a la salida, al ya estar fuera de la institución, se quedó parado, es muy temprano para ir a la pastelería, pero me queda más cerca. Tomando la decisión de ir directo a su trabajo. Acomodó los audífonos en sus oídos y empezó a caminar.

Tal vez, si Yoongi asiste puedo tratar de conversar con el, tal vez le pediría su número o qué tal si lo invito a tomar un café el y yo. No, es demasiado pronto. Esto es más difícil de lo que pensé.

Tratando de tranquilizarse se concentra en la música que fluye por sus oídos, observa a su alrededor, si bien era temprano en la mañana, a la luz del día, no podía bajar la guardia. Cualquiera podría llegar y arrebatarle las cosas de valor que llevara encima.

Luego de quince minutos de caminata, llegó a la pastelería, que lleva solo unos minutos abierta. Al entrar se encuentra al señor Kim, en ese momento estaba limpiando el mostrador color blanco.

—Oh, ¿qué haces aquí Jimin? ¿Todo está bien?— Le pregunta dejando de pasar el trapo por encima del mueble, mirándolo con un gesto de preocupación implantado en su cara.

—No, está todo bien. Después de clases no tenía nada mejor que hacer así que he decidido llegar un poco más temprano—. Menciona  rascándose el brazo por encima del suéter, mostrando una tímida sonrisa.

—Jimin, son las diez con quince, tu turno empieza hasta la una de la tarde—. El mayor le sonríe con burla negando con la cabeza.

—Lo siento, iré atrás para seguir con los pedidos—. El señor Kim asintió. El rubio primero fue hacia el sanitario, a colocarse el uniforme, y después llegó a la cocina y empezó a colocar los ingredientes en la mesa de centro.

Al empezar a cocinar, hizo una nota mental de agregar a su lista desesperada el hornear un pastel para Yoongi, la verdad no tenía idea de si le gustaban los sabores dulces, en ese momento una idea llegó a su cabeza, colocaría en pequeños platitos diferentes golosinas, unas serán dulzonas, otras amargas, ácidas. Emocionándose por su "elaborado" plan, se pone a dar brinquitos. Calma Jimin, ¿qué pasaría si no prueba ninguna golosina? Dejó de saltar y puso ambas manos en su cintura bajando la cabeza con mueca pensativa. Mmm, ya se me ocurrirá algo, por lo pronto tendré esperanza.

Poniéndose manos a la obra comienza a preparar el pastel.

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Tres horas después, tiene la maravillosa tarta enfrente de el, tiene una sonrisa plasmada en la cara y es que, sin duda alguna, era hermosa, constaba de 3 pisos, con las tonalidades del blanco y azul pálido, tenía solo pequeños girasoles que hacían armonía con el color de fondo, era sencilla, pero le había puesto todo su corazón y esfuerzo.

Sacó su celular del bolsillo, presionó el icono de cámara y tomó una foto, ese era sus segundo pastel, y estaba contentísimo con el resultado. Aprovecha el tiempo para mandarle un mensaje a Taehyung, sin embargo no alcanza a mandarlo cuando divisó al más alto bajo el marco de la puerta, mostrándole esa sonrisa peculiar que lo caracteriza.

—Te ha quedado grandiosa, Minnie—. Con  gesto altivo, Jimin levantó el mentón, colocando sus manos en la cintura.

—Dime algo que no sepa TaeTae—. Éste rió más alto y avanzó hasta posicionarse al lado del rubio, contemplando la torta.

—Mmm, mis pasteles quedan mejor que los tuyos—. Dijo con burla.

El más bajo gira la cabeza en su dirección, con una ceja levantada y una sonrisa ladina.

—Ya quisieras—. Ambos tenían a cargo pasteles diferentes, Taehyung hacía los más extravagantes, los de colores llamativos, y Jimin los más delicados y detallistas, sin embargo, ambos se ayudaban. Por ejemplo, el rubio siempre se encargaba de los detalles en los pasteles de Taehyung y éste en la mezcla de colores que podría utilizar.

—Ahora que lo recuerdo y antes que se me olvide, ¿ya sabes que día iremos a tu departamento?— Preguntó el más alto, mientras seguía admirando la torta.

—Oh sí, justo cuando llegaste iba a enviarte un mensaje, ¿crees que podrían todos el miércoles?

—Mmmm, yo sí puedo, ese día no tengo clases y la pastelería no abre, pero no estoy seguro de los demás, les mandaré mensaje—.
Tomando el celular, lo desbloqueó y mandó un mensaje rápido a Hoseok.

"Jimin a dicho que el miércoles, estamos en problemas vaquero. TT"

Sin esperar respuesta, pues sabe que su amigo está en el trabajo, apagó la pantalla y guardó el aparato.

—Oye Tae—. Le habló Jimin con voz tímida mientras el sacaba la libreta del cajón para checar que pastel seguían de hornear.

—¿Sí?

—¿Crees que Yoongi asista?— El de cabellos castaños volteó a verlo y hace una mueca, cosa que no le da buena espina al rubio.

—No te quiero hacer ilusiones Minnie, pero es muy probable que no lo haga, aunque daré mi mayor esfuerzo para que asista—. Le dijo sonriendo ampliamente.

O

A eso de las 7 Taehyung se retira, después de realizar cada uno otros dos pasteles. El castaño tenía clases de 8 a 10 de la noche, por lo que se fue dejándole a el solo el trabajo de limpieza, no es que le molestara, pero era cansado.

La pastelería iba por buen camino, a pesar de no tener muchos empleados se daba por bien cuidada con los que eran. Solo estaban el señor Kim, dueño del lugar, Taehyung y el, los que se dedicaban a hacer los pasteles a pedido y de vez en cuando ayudaban a los demás realizando donas y pastelillos, y otros dos jóvenes que eran los encargados de hacer los bocadillos.

El señor Kim era un hombre bonachón, apenas vio a Jimin mostrar sus habilidades en la repostería, lo contrató ese mismo día sin pensárselo mucho, cosa que agradeció ya que necesitaba un trabajo urgente al ahora vivir solo.

Una hora y media después, salió de la cocina y se fue al baño a cambiarse de prendas, tomó sus cosas y se dirigió a la salida del lugar, despidiendose del señor Kim, realizó su caminata hacia la parada de autobús.

Ya dentro de éste, se sentó en la última fila.

Veinte minutos después llegó al edificio donde vive y avanzó con lentitud sobre los pasillos de éste.

La construcción no era lujosa, estaba bien para vivir, las personas eran amables y hasta ese momento no había tenido problema alguno con sus vecinos, no se los había topado nunca pero al parecer nunca estaban en casa, porque no escuchaba absolutamente nada. A veces estaba feliz por eso, es decir, no había mucho ruido y todo estaba en paz, sin embargo, había otros días que eso le ponía los pelos de punta, ¿qué tal si algún día se meten a robar a su departamento y nadie se da cuenta? Jimin se estremeció con solo pensarlo.

Al adentrarse a su queridísimo hogar, dejó todas sus cosas en el salón y avanzó rápido a ducharse, sintiendo los músculos tensos. ¿Qué haré si Yoongi no viene? ¿Llorar como magdalena? Bueno, la idea no es tan descabellada después de todo.

Salió y se encaminó a la cocina, tomando del refrigerador un tupper con uno de los tantos guisos que había preparado el día de ayer, devorandolo casi al instante, no sabía que se encontraba tan hambriento hasta que sintió el olor emanar del platillo.

¿Qué otra cosa podré agregar a la lista? Podría ser, ¿caminar por un parque? No es mala opción. Cuando fueron a la cafetería, notó a Yoongi algo reacio a mantener el contacto visual con cualquier persona de ahí, solo con el se atrevió a mirarlo a los ojos. Así que ir a un parque no sería tan denso para el pálido, solo tenía que asegurarse de que dicho lugar no fuera tan concurrido.

Con los ojitos brillosos, acabó rápido su cena para dejar los trastos sucios en el lavabo, corrió hasta la sala y tomó su mochila caminando a paso rápido hacia su habitación.

Entró y cerró la puerta para después aventarse a su cama, sacando sin cuidado alguno la libreta color blanco, sacó un bolígrafo y se dispuso a escribir otra idea más.

"
-1° Invitar a Yoongi a dar una caminata por el parque.
-2° Cocinar para Yoongi un pastel.
-3° Pedir el número de celular a Yoongi.
-4° Entablar una conversación con Yoongi.
                                                                                 "

Obviamente no era necesario ir en orden con las opciones que iban surgiendo, tenía que establecer bien una forma de atraer la atención del pálido, y eso sera muy difícil, pensó.

𝑻𝒂𝒄𝒊𝒕𝒖𝒓𝒏𝒐. «𝑱𝒊𝒎𝒔𝒖»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora