Capítulo 22

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—Deberías sonreír así más a menudo, te queda muy bien.

—Ya, déjame trabajar—dijo el pálido sonrojándose sin miramientos a lo que Jimin rió.

—Si en algún momento no sabes qué hacer, dime.

Yoongi asintió, estando concentrado en los ingredientes que tenía en frente, esperaba hacerlo de manera perfecta, no quería molestar a Jimin estando en su trabajo y el metido ahí como si de un intruso se tratase, aunque de cierta forma lo era.

Se dispuso a mezclar los primeros dos ingredientes que mencionó Jimin mientras le enseñaba minutos antes, azúcar y mantequilla en un mismo recipiente.

Por otro lado estaba Jimin, trataba de centrar su atención en el gran pastel de tres pisos que se encontraba sobre la mesa, le habían pedido un estilo floral muy detallado y limpio, con las flores de un tono muy delicado, sin embargo, constantemente su mirada se dirigía a Yoongi, verlo tan relajado y concentrado en otra cosa que no fueran sus pensamientos, le hacía querer sonreír. El pálido de vez en cuando fruncía el ceño, Jimin suponía que era algo inconsciente al pensar que paso era el que continuaba.

Ambos estaban en un silencio cómodo, se escuchaba de repente pequeñas quejas de Yoongi dichas en voz baja y Jimin intentaba no prestarle demasiada atención a su linda cara, el pastel era difícil y contaba con numerosos detalles que tendría que acabar antes de que su turno terminara, aparte de tener que decorar otro pastel aunque éste sería sencillo, no llevaba más que unas cuantas flores azules y fondant en forma de círculo.

—Listo—exclamó Yoongi seguido de un suspiro de cansancio, y las culpables yacían sobre una charola metálica, acomodadas pulcramente.

—¿Has terminado?—llevaban encerrados una hora los dos solos, tiempo en el cual no se habló para nada.

—Si, ¿puedes ver si lo he hecho bien?—preguntó con un deje de emoción en la voz, dándole un toque de infantilidad a su persona, algo extraño viniendo de él.

Jimin caminó hacia donde estaba parado, colocando las manos en su cintura.

—Vaya Yoongi, ¿no te gustaría trabajar aquí?

La verdad es que las galletas estaban hechas muy prolijamente, pareciese que Taehyung, él o algún otro pastelero de ahí les hubiere dado forma, al menos en apariencia daba una muy buena vista al ojo.

—Ya, es la primera vez que hago galletas, no podría trabajar aquí.

—Claro que sí, si dices que es la primera vez, ¿puedes imaginar cómo te quedarían en unos cuantos meses?

Jimin lo observó dudar, llevando su boca a un lado como hacía casi siempre, negó con la cabeza, el flequillo le tapó los ojos así que con el dedo índice Yoongi lo acomodó de tal forma que ya no le molestara.

—No podría.

—Piénsalo, ¿si?

—Tengo un trabajo—cambio el pie donde dejaba caer su peso. —Bueno, no hago mucho y la paga no es muy buena.

—No sabía que lo tenías, ¿qué haces?—preguntó Jimin, que había retomado su labor de decoración.

Habían metido la bandeja al horno precalentado con anterioridad y ahora Yoongi veía lo que Jimin hacía, enfocando su vista en el rubio, no podía despejar sus ojos de esos labios rechonchos, pues continuaba humedeciéndolos cada poco tiempo, dejándolos con brillo.

—Sólo tengo que revisar ciertas columnas que me mandan de un periódico y a veces me piden que escriba algo para ellos.

—En ese caso, si te hartas de ese empleo, puedes trabajar aquí—se enderezó para posar su vista en Yoongi. —Sería grandioso verte todos los días.

𝑻𝒂𝒄𝒊𝒕𝒖𝒓𝒏𝒐. «𝑱𝒊𝒎𝒔𝒖»Where stories live. Discover now