Capítulo 7.

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Hoseok y Jin vieron casi todo el tiempo al pálido, los dos estuvieron de acuerdo en varias cosas con tan solo darse una mirada.

Se ve más relajado, tal vez sea porque ya no estamos ahí, pero quiero creer que no es por eso, se dijo Jin mientras veía de vez en cuando al más bajo por el espejo retrovisor.

Yoongi tiene el amago de una sonrisa en su rostro, este fue el día más extraño de todos los que he vivido con el, ese fue Hoseok.

Después de unos 20 minutos en auto llegaron al complejo de apartamentos donde los menores vivían, Jin solo los dejó en la entrada dado que había quedado con su madre a ayudarle con ciertas cosas.

Hoseok y Yoongi tomaron el rumbo hacia el elevador, caminando con parsimonia uno junto al otro.

—¿La has pasado bien, Yoon?—. Cuestionó el pelicafe al ingresar al elevador y presionar el botón correspondiente a su piso.

—Mhm—. Su tono de voz daba a entender que era, al parecer, un 'sí', a Hoseok le hubiera gustado que ese sí saliera de sus labios, pero se conformaba con eso, lo importante ahora era que esperaba que Jimin estuviera más presente en sus vidas de ahora en adelante.

Cuando llegaron al departamento, Yoongi se quitó los tenis rápido y fue hacia su habitación. El mayor suspiró, pensé que se quedaría en la sala. Sin más preámbulo fue hacia su cuarto también, pensando que el día había salido mejor de lo esperado.

Yoongi estaba confundido tirado en su cama, ¿por qué se había sentido así con Jimin? Oh dios, le he contestado a Jimin, debí ignorarlo desde la primera provocación, genial Yoongi, más imbécil no puedes ser, se dio bofetadas mentalmente mientras que otra parte de él decía que estaba bien dejarse llevar por sus sentimientos, aunque ese pensamiento no duro ni 3 segundos en su mente.

Sinceramente esperaba encontrarse de nuevo con el rubio, pero no lo admitiría nunca, más vale muerto.

Se sentía raro, no sabia como describirlo, pero era extraño para el. Debo estar volviéndome loco. Al sentarse su mirada se topó con su escritorio y su laptop en el, de inmediato, como balde de agua fría, un pensamiento vino a su mente. Jungkook. Y es que, demonios, durante toda la estadía en la cafetería, con la presencia de Jimin, Yoongi se había olvidado de él.

Sus ojos se aguaron de inmediato, sintiéndose mal por olvidarlo, era estúpido pero no podía evitarlo, el ha de pensar que soy malo por no ir tras el, ni siquiera grité su nombre, debe pensar que ya no me importa.

No merezco sentirme bien si el ha estado mal, todos estos años que no lo encontré. Un sensación de culpa inundó su pequeño ser, otra vez, su respiración de entrecortaba y sus ojos habían llegado al límite y ahora derraman el líquido salado que resbalaba por sus mejillas. Se acomodó mejor en la cama, tapándose hasta la cabeza con el cobertor, sintiéndose la peor escoria que el mundo había creado, después de todo Nana tenía razón.

Hoseokkie, ¿todo bien? ¿Yoongi hizo una pataleta de camino a casa? ¿Se ha intentado tirar por la ventana? Cuéntame todo—. A veces odiaba a Taehyung que le daban ganas de ir a su casa darle un buen zape y ponerle un bozal. Después de darse una rápida ducha, Tae lo había llamado soltando un sinfín de preguntas.

—¿Quieres callarte por una jodida vez en tu vida?—. Le espetó bruscamente mientras miraba el techo de su habitación y suspiraba fuertemente cerrando los ojos.

No hubo respuesta del otro lado de la línea durante un momento.

Lo siento, creo que esta vez me he pasado—. Murmuró en voz baja y tono inseguro.

𝑻𝒂𝒄𝒊𝒕𝒖𝒓𝒏𝒐. «𝑱𝒊𝒎𝒔𝒖»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora